Mapas y gráficos para explicar lo que se sabe del accidente de avión en Washington
La señal GPS del helicóptero muestra que había despegado poco antes. Los choques entre aeronaves fueron el año pasado el 13% de todos los accidentes, que siguen siendo extremadamente raros
Un avión comercial y un helicóptero militar chocaron en la noche del miércoles en proximidad del aeropuerto Ronald Reagan, el más cercano a Washington D.C. En la aeronave de pasajeros, procedente de Wichita, en Kansas, viajaban 64 personas. El helicóptero, que estaba desarrollando un vuelo de evaluación nocturna, llevaba tres personas a bordo. Pasadas las 15.00 (hora española), las autoridades han confirmado que no hay supervivientes.
La colisión se produjo a las 20.48 hora local, las 2.48 en España. El vuelo comercial estaba ya en fase de descenso sobre la pista de aterrizaje, donde habría tomado tierra cerca de las 21.00 locales. Según sus últimos datos de posición, se encontraba a una altura de 300 pies (91 metros) en el momento del choque. Los datos de posición del helicóptero son más limitados (al no tratarse de una aeronave comercial) y los últimos sobre su posición le sitúan a unos 400 pies (122 metros).
Hasta el momento se han recuperado los cuerpos de 28 víctimas. Las autoridades locales ya habían avanzado que no se esperaban supervivientes, dada la explosión que ha seguido al choque y las condiciones meteorológicas en la zona: con temperaturas bajo cero en torno al río Potomac y fuertes vientos que complican las labores de rescate. El siguiente mapa muestra el recorrido de tres de los helicópteros que están tomando parte en el operativo sobre el lugar en que cayeron las aeronaves.
Las colisiones, el 13% de los accidentes
Los choques entre aviones no son frecuentes. En 2024 se registraron 25 colisiones entre aeronaves en vuelo en todo el mundo y teniendo en cuenta medios de todo tipo (privados, comerciales, militares, de turismo…). Eso es cerca de un 13% de los 193 accidentes que registra la base de datos de Aviation Safety Network, una cuenta que incluye también pequeños choques en pista que acabaron sin víctimas. Son una parte ínfima de los más de 37 millones de vuelos que se registran anualmente.
Aun así, en Estados Unidos ya hace dos años que se habla públicamente de cómo el creciente tráfico aéreo y la falta de personal ha aumentado el riesgo de colisiones entre aviones. Una investigación de The New York Times concluyó que en 2022 se registraron 300 avisos por riesgo de choque entre aviones que involucraron a aerolíneas comerciales. Casi siempre fueron cerca de los aeropuertos y debido a errores humanos. El número de estos casi-accidentes se ha multiplicado en la última década, aunque no está claro si han empeorado las condiciones de seguridad o ha aumentado la sensibilidad por informar de este tipo de peligros.
Un fallecido por cada 20 millones de pasajeros
Según datos de la asociación internacional de transporte aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), en 2023 se produjo un accidente aéreo por cada 1,26 millones de vuelos.
Durante los últimos 55 años la tasa de fallecidos en vuelos comerciales se ha mantenido en descenso casi constante, con excepciones como la de 1985, cuando murieron casi 2.500 pasajeros (1.500 de ellos en seis vuelos). En 2021, último dato disponible, se produjeron 0,05 fallecimientos por cada millón de pasajeros, (es decir, un fallecido por cada 20 millones de pasajeros).
Teniendo en cuenta las cifras de pasajeros, el accidente de anoche quedaría lejos de los cien peores registrados en la historia la aviación: todos superan el centenar de víctimas. Destaca entre ellos el que ocurrió en 1984 en el aeropuerto de Los Rodeos (Tenerife), donde el choque de dos aviones se saldó con 584 fallecidos.