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Los primeros 16 migrantes deportados por Italia desembarcan en Albania

La nave militar italiana ‘Libra’ atraca en el puerto albanés de Shengjin para iniciar los trámites en un centro de acogida

Solicitantes de asilo, escoltados por personal de seguridad, tras desembarcar en el puerto de Shengjin (Albania), en la mañana de este miércoles.Foto: Florion Goga (REUTERS) | Vídeo: EPV (REUTERS)
Íñigo Domínguez (ENVIADO ESPECIAL)

La nave militar italiana Libra ha llegado a las 8.00 de la mañana al puerto de Shengjin, en Albania, y poco después, a las 9.39, han comenzado a desembarcar los 16 migrantes rescatados el lunes en el Mediterráneo. Han descendido en grupos de cuatro y en solo 15 minutos ya estaban todos en tierra. Serán los primeros en alojarse en el nuevo centro de internamiento que Italia ha construido en el país balcánico, tras el polémico acuerdo firmado con el Gobierno de Tirana en 2023, que inaugura este modelo de centros de retención para solicitantes de asilo gestionados fuera de la UE. El buque militar sobresale sobre los pesqueros del pequeño puerto de esta localidad turística, de playa y hoteles. Las autoridades albanesas no dejan acercarse a la prensa, alejada del barco a 200 metros.

El Libra está atracado en el muelle frente al centro de acogida e identificación construido por Italia, con barracones y delimitado por un muro, donde las 16 personas deportadas (10 bengalíes y 6 egipcios) serán sometidos a un examen médico. Después podrán hacer ahí mismo sus peticiones de asilo y empezará el plazo de 48 horas para que un juez en Roma convalide o rechace la solicitud de iniciar un procedimiento de gestión acelerado con retención del afectado, el método que Italia va a emplear en Albania. Es un trámite decisivo y lleno de incógnitas, porque el juez puede negar el permiso. Es lo que están haciendo, de hecho, los tribunales de Palermo y Catania en un 90% de los casos. La cuestión judicial es la verdadera prueba de fuego para el Gobierno italiano, para comprobar si este nuevo sistema en Albania puede funcionar. También la UE está muy pendiente, porque la Comisión Europea se plantea extenderlo y lo toma como un experimento.

Dentro de las muchas preguntas pendientes de respuesta está esa, qué ocurrirá si el juez rechaza la petición de aplicar a estas 16 personas el procedimiento rápido. En principio, deberían ser trasladadas a Italia, porque en Albania no pueden quedarse y se completaría así un viaje absurdo. El gasto de transportarlos a Albania se ha calculado en 18.000 euros por persona. El centro en Albania cuesta 800 millones en cinco años.

La clave del rechazo o aceptación de la petición de procedimiento rápido es una reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la UE que ha recortado de 22 a 7 los países considerados seguros a cuyos ciudadanos Italia puede aplicar este sistema veloz de tramitación de asilo y retención, y si es el caso expulsión, en frontera. Es el pilar sobre el que se sustenta todo el protocolo ideado en Albania, y si falla, podría derrumbarse. Y el hecho es que la sentencia ha dejado fuera de este procedimiento todos los principales países de origen de los migrantes que llegan a Italia por el Mediterráneo, como Bangladés, Egipto, Túnez y Libia. Precisamente en este primer buque italiano que acaba de atracar en Shengjin los migrantes son de Bangladés y Egipto. Entre los únicos siete países considerados seguros por el tribunal europeo solo hay uno africano, Cabo Verde, con poquísimas llegadas, y el resto son balcánicos, entre ellos, paradójicamente, Albania.

Los 16 migrantes, una vez efectuados los primeros trámites de llegada en el centro de Shengjin, donde no hay camas y solo es de tránsito, serán trasladados en autobuses al gran centro de internamiento de Gjader, a 23 kilómetros. Es una gran cárcel italiana fuera de la UE. Los internos no pueden salir de ahí. Tiene capacidad para un millar de plazas. Es allí donde los migrantes deportados permanecerán recluidos a la espera de que se resuelvan sus expedientes. En teoría, según prevé este procedimiento rápido, debería ser en 28 días. Luego, si su petición de asilo es rechazada, deberán ser repatriados, aún no está claro cómo. No se sabe si en avión o barco desde Albania, o antes tendrán que ir a Italia. En realidad los datos dicen que en Italia actualmente solo son repatriados el 20% de aquellos a quienes se da orden de expulsión, por la dificultad de llevar a la práctica los traslados a los países de origen. El resto quedan libres y desaparecen, o quedan retenidos en centros de repatriación, ya muy sobrecargados. El proceso suele tardar, cuando tiene éxito, entre tres y seis meses. Con estas cifras como referencia, la duda es si el centro no se saturará rápidamente y si, de todos modos, la mayoría de las personas recluidas acabarán siendo trasladadas a Italia.

Médicos Sin Fronteras, una de las ONG que rescata migrantes en el Mediterráneo, ha condenado duramente la puesta en marcha de las deportaciones: “Es probable que la última estrategia de Italia para eludir y externalizar sus responsabilidades respecto a las personas que buscan seguridad y protección se traduzca en más abusos y violaciones de los derechos humanos. Esta medida impedirá a los supervivientes acceder a los procedimientos de asilo y a las evaluaciones de vulnerabilidad adecuadas, lo que contraviene las obligaciones de Italia en virtud del derecho internacional y europeo”.


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Sobre la firma

Íñigo Domínguez (ENVIADO ESPECIAL)
Corresponsal en Roma desde 2024. Antes lo fue de 2001 a 2015, año en que se trasladó a Madrid y comenzó a trabajar en EL PAÍS. Es autor de cuatro libros sobre la mafia, viajes y reportajes.
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