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Israel lanza un potente bombardeo al sur de Beirut para matar al previsible nuevo jefe de Hezbolá

El ejército deja inservible la carretera que han usado cientos de miles de personas para escapar de Líbano hacia Siria. Un dron lanzado desde Irak acaba con la vida de dos militares israelíes

Un hombre busca refugio tras un bombardeo israelí en Dahiye, al sur de Beirut, este viernes.Foto: Hassan Ammar (AP) | Vídeo: Reuters

El ejército israelí ha lanzado esta medianoche uno de sus bombardeos más potentes en Dahiye, el suburbio chií al sur de Beirut en el que mató en las últimas semanas al líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, y a la mayoría de la cúpula militar. Varias fuentes han confirmado que el objetivo era el previsible sucesor de Nasralá, Hashem Safieddine, supuestamente reunido con otros altos mandos de la organización. El Estado judío ha dado por muerto al responsable de comunicaciones del grupo, Mohammad Rashid Sakafi, en un ataque a lo que ha denominado la sede de los servicios de inteligencia del partido-milicia libanés.

También ha efectuado el mayor bombardeo en un cuarto de siglo sobre Cisjordania, con 18 muertos, e intensos ataques sobre Gaza, que han dejado decenas de víctimas mortales. Israel ha perdido dos soldados, en un ataque con drones lanzados desde Irak contra una base militar de los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel. Hay, además, una veintena de heridos. La Resistencia Islámica en Irak, un grupo de milicias proiraníes, ha reivindicado el ataque.

El ejército israelí ha afirmado este viernes haber matado a 250 integrantes de Hezbolá en los últimos cuatro días de enfrentamientos. El partido-milicia chií ha lanzado hasta 180 proyectiles contra posiciones israelíes, en un intento de demostrar que mantiene su capacidad ofensiva.

En Beirut, las explosiones del viernes hicieron vibrar los cristales incluso a tres kilómetros del objetivo, con una intensidad que recuerda a la del asesinato de Nasralá, en el que Israel empleó bombas de hasta una tonelada capaces de penetrar búnkeres subterráneos. Ni Israel ni Hezbolá han confirmado que el objetivo fuese Safieddine. Tampoco han informado de su estado.

Penetrada por los servicios de inteligencia israelíes, Hezbolá no ha anunciado aún sucesor de Nasralá, ni fecha para su entierro. El número dos del partido-milicia libanés, Naim Qasem, aseguró el pasado lunes ―en un vídeo grabado desde un lugar desconocido― que el nombramiento será anunciado “lo antes posible”. Líder del Consejo Ejecutivo, Safieddine es considerado el principal candidato (o el nuevo líder, en secreto): es primo de Nasralá, lo que refuerza la apuesta por la continuidad que destacó Qasem; lleva en la organización desde sus inicios, en los años ochenta del siglo pasado; y cuenta con un destacado papel político y espiritual.

Sí se conocen datos que, a fuerza de repetirse en los últimos días, han acabado por parecer rutinarios: Israel mató 37 libaneses en los bombardeos de la víspera y ha exhortado a los civiles a abandonar otras 36 localidades del sur. Ya lo ha hecho con 100, que en su mayoría ya estaban prácticamente vacías, porque más de 100.000 personas huyeron al inicio de los enfrentamientos en la frontera, hace casi un año. La ofensiva iniciada el mes pasado ha empujado a la huida a 1,2 millones más.

Mientras el mundo espera la respuesta de Israel al lanzamiento de cerca de 200 misiles, el ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, ha visitado Líbano, para mostrar su apoyo “en estos momentos difíciles” y reunirse con dirigentes, entre ellos el primer ministro, Nayib Mikati. En la primera visita al país de un alto cargo iraní desde la muerte de Nasralá, hace dos semanas, Araqchi ha insistido en lo mismo que Hezbolá: sí al fin de las hostilidades; no a que se aplique solo a Líbano mientras la guerra continúe en Gaza.

“Apoyamos los esfuerzos para un alto el fuego con la condición de que sea aceptable para el pueblo libanés, aceptable para la resistencia y, en tercer lugar, que esté sincronizado con un alto el fuego en Gaza”, dijo. La mención tanto del pueblo libanés como de la resistencia (Hezbolá) busca advertir contra la tentación de imponer a Hezbolá unas condiciones inaceptables.

La represalia anunciada por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, también ha planeado sobre la visita. La mera mención en la víspera por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de que podría ir dirigida contra la industria petrolera iraní disparó el precio del crudo. “Si la entidad israelí toma cualquier medida contra nosotros, nuestra represalia será más fuerte que la anterior”, dijo el ministro tras reunirse con el presidente del Parlamento, Nabih Berri.

Otro bombardeo israelí esta madrugada no buscaba a ningún líder, sino dejar inservible la carretera que vienen usando cientos de miles de personas para escapar hacia Siria. Según el ministro libanés de Transporte, Ali Hamieh, la ruta ha quedado inservible tras el ataque, cerca de Masnaa, el principal puesto fronterizo con Siria. Se calcula que más de 300.000 personas han cruzado al país vecino. La mayoría, refugiados que escapan ahora en sentido inverso.

Horas antes, el portavoz del ejército israelí en lengua árabe, Avijai Adraee, había difundido por primera vez un mensaje señalando que Masnaa “se ha convertido en el principal cruce fronterizo para las transferencias de armas de Hezbolá”, que trata de ocultarlo entre el trasiego de civiles, y advirtiendo de que el ejército israelí destruyó en el pasado “otros pasos usados con el mismo objetivo”.

La aviación israelí también bombardeó un túnel subterráneo que cruza desde la frontera libanesa a Siria. La infraestructura, de 3,5 kilómetros de longitud, “permite el traslado y almacenamiento subterráneo de grandes cantidades de armas”, según indicó el ejército mediante un comunicado.

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