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Israel cumple nueve meses de guerra con marchas contra Netanyahu y por la liberación de los rehenes

Con más de 38.000 muertos en Gaza y una posible escalada en la frontera de Líbano, se suceden los actos de protesta en las principales ciudades israelíes en la jornada bautizada como Día de la Resistencia

Manifestación en Tel Aviv este domingo, cuando se cumplen nueve meses del inicio de la guerra, claman contra Netanyahu y por la liberación de los rehenes secuestrados por HamásFoto: Luis de Vega | Vídeo: EPV
Luis de Vega

Este domingo, primer día de la semana en Israel, ha sido bautizado como Día de la Resistencia. Se cumplen nueve meses desde que estalló el sangriento conflicto armado y los actos de protesta se multiplican por todo el país. Comienzan a las 6.29 de la mañana, la hora exacta a la que Hamás puso en marcha la carnicería en la que murieron unas 1.200 personas el 7 de octubre. Fue el aldabonazo de una contienda, cuyo final no se atisba a corto plazo, pese a que estos días hay cierta esperanza ante un próximo acuerdo de alto el fuego.

El primer ministro Benjamín Netanyahu ha querido fijar, una vez más, su postura este domingo. “La firme posición del primer ministro contra el intento de detener la acción del ejército en Rafah es lo que ha llevado a Hamás a entablar negociaciones”, señala un comunicado de su oficina. El plan, que se está negociando “con el beneplácito del presidente [Joe] Biden”, servirá para “devolver a los rehenes sin interferir en los demás objetivos de la guerra”, añade el texto. Netanyahu cita expresamente su derecho a retomar los ataques una vez finalizado el cautiverio.

En una calle céntrica de Tel Aviv, a pleno sol y a primera hora de la tarde, suena por unos segundos la banda sonora de la La guerra de las galaxias. Es la señal que lanza a un millar de personas a avanzar por la avenida al ritmo de tambores, bocinas y trompetas mientras profieren gritos contra Netanyahu y a favor de un pacto con Hamás que permita el regreso de los rehenes, secuestrados desde el 7 de octubre.

Al frente de la marcha, un joven hace sonar una campana para indicar que se ha acabado el tiempo. Entre los participantes, una veintena de hombres y mujeres autodenominados Frente Rosa, vestidos de ese color, con banderas y símbolos LGTBI+. Otros llevan carteles con los rostros de los cautivos o banderas nacionales a las que se ha añadido un lazo amarillo, símbolo de solidaridad con los secuestrados. “¡Que pare la guerra. Fuera Bibi!”, grita, en referencia al apodo con el que se conoce popularmente a Netanyahu, una joven llamada Eden mientras avanza con el grupo hacia un importante cruce. Lo mantienen cortado durante varios minutos sin que se produzcan incidentes ni con la policía ni con los conductores.

El destino de la marcha es la sede de Histadrut, la central sindical del país. Hasta 150 compañías han autorizado a sus empleados participar en las protestas pese a ser el domingo una jornada laboral, según el diario Times of Israel. Previamente, se habían llevado a cabo otros actos similares con cortes de calles y carreteras en otras zonas de Tel Aviv. Los agentes detuvieron a media docena de personas e impusieron algunas multas a conductores que emplearon sus vehículos para cortar las vías, según medios locales. También hubo una manifestación en Haifa, la gran urbe del norte.

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Al caer la tarde, siguen celebrándose actos de protesta, como el que parte desde un parque junto a la sede del Parlamento en Jerusalén en dirección a la residencia privada de Netanyahu. Igualmente, Tel Aviv es escenario de otra concentración, con miles de ciudadanos que no dejan de expresar su hastío.

Una pegatina en Tel Aviv que muestra al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, besándose con el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir.
Una pegatina en Tel Aviv que muestra al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, besándose con el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir. LUIS DE VEGA

La contienda está en pleno apogeo, con más de 38.000 muertos en Gaza, según los datos del Ministerio de Sanidad gazatí, y la posibilidad de que se abra una guerra a gran escala en el norte entre Israel y la guerrilla libanesa chií Hezbolá, apoyada por Irán. Esa frontera, que está siendo reforzada por el ejército israelí, sigue acogiendo ataques diarios de uno y otro lado.

Pese a todo, en el ambiente flota cierta esperanza ante la posibilidad de un acuerdo que conduzca a una tregua y a la liberación de los más del centenar de rehenes, unos 40 ya muertos. La calle no oculta su miedo a que, como en ocasiones anteriores, sea el primer ministro Netanyahu el que se encargue de dar al traste con las negociaciones, algo que no ha ocultado ni el propio presidente estadounidense.

Así se dejó entrever en la gran manifestación del sábado en el centro de Tel Aviv. Allí, los familiares de los rehenes pidieron al primer ministro israelí que no deje escapar la actual oportunidad de lograr una tregua. El propio ministro de Defensa, Yoav Gallant, reconoce que nunca antes se ha estado tan cerca de pactar la salida de los cautivos de Gaza. “Primer ministro, dé margen al equipo de negociación para que regrese con un acuerdo. Ningún ciudadano en Israel convive con esto en paz, independientemente de su postura política”, reclamó Danielle Aloni, liberada junto a su hija Emilia tras 49 días de cautiverio en la tregua de la última semana de noviembre. “Intentar convertir el acuerdo en un juego político (…) supone una violación fundamental de los principios morales”, añadió Aloni.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear año y medio por Madrid y sus alrededores. Antes trabajó durante 22 años en el diario Abc, de los que ocho fue corresponsal en el norte de África. Ha sido dos veces finalista del Premio Cirilo Rodríguez.
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