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Netanyahu forma un Gobierno de unidad nacional antes de ordenar la invasión de Gaza

Dos exjefes de las Fuerzas Armadas se suman al Gabinete de guerra aunque el líder opositor lo rechaza por la permanencia de partidos ultraconservadores. Los bombardeos israelíes arrasan la periferia de la franja palestina para allanar el camino a los carros de combate mientras se despliega a 300.000 soldados

Guerra entre Israel y Gaza
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el domingo durante una reunión en Tel Aviv.AMOS BEN-GERSHOM/GPO HANDOUT (EFE)
Juan Carlos Sanz

Israel se prepara para la guerra con un Gobierno de unidad nacional en un momento en el que afronta el conflicto más sangriento en 20 años. El referente más próximo es el de Yom Kipur, en 1973, que estuvo a punto de perder. El miércoles, el primer ministro, el conservador Benjamín Netanyahu, dejó de arrastrar los pies en su respuesta a la ofensiva de Hamás del sábado y ha cumplido con la tradición de conformar gobiernos de amplia base en tiempo de guerra en el Estado judío.

Dos exgenerales que ejercieron como jefes del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y dirigieron operaciones de Gaza, los dirigentes políticos centristas Benny Gantz y Gadi Eisenkot, se suman al núcleo duro del Gabinete de guerra. El líder de la oposición, el ex primer ministro liberal Yair Lapid, se ha negado a formar parte de una gran coalición mientras permanezcan en su seno los partidos de la extrema derecha y las fuerzas xenófobas antiárabes. En principio, Gideon Saar, líder conservador disidente del partido Likud de Netanyahu, se incorpora también al Ejecutivo.

Gadi Eisenkot (a la izquierda) y Benny Gantz, dos exgenerales que ejercieron como jefes del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y dirigieron operaciones de Gaza.
Gadi Eisenkot (a la izquierda) y Benny Gantz, dos exgenerales que ejercieron como jefes del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y dirigieron operaciones de Gaza.getty

Netanyahu afirmó el miércoles que “todo miembro de Hamás es hombre muerto”. Mientras, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha prometido “borrar a Hamás de la faz de la tierra”. En la presentación del nuevo Gobierno de emergencia, flanqueado por Netanyahu y el opositor Benny Gantz, Gallant ha afirmado que la ofensiva que Hamás empezó el sábado es el peor ataque contra judíos desde el Holocausto.

El ejército israelí, que ha bombardeado unos 200 objetivos en Gaza durante la madrugada del martes, ha desplegado en la frontera con la Franja a 300.000 soldados, según el Ministerio de Defensa. La tardanza en el despliegue ha sido criticada en la prensa hebrea. “Netanyahu soñó durante años que era Winston Churchill. Ahora está llevando a cabo esta guerra como Neville Chamberlain, el primer ministro conservador británico a quien la II Guerra Mundial lo tomó por sorpresa”, advertía el columnista de Yediot Ajronot Nadav Eyal. “Al igual que le pasó a Chamberlain, todavía no ha entrado en razón. Más judíos han sido asesinados ahora en Israel en un solo día que cualquier otro de la historia reciente”, apostillaba este analista.

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El nuevo Gobierno de unidad nacional tendrá un objetivo central: vengar el ataque de la milicia islamista, que desde el sábado ha causado la muerte de 1.200 israelíes y ha dejado heridos a otros 2.700, además de haber tomado como rehenes a más de un centenar de civiles y militares. Después de haber liquidado a los comandos de Hamás infiltrados en su territorio, Israel ha lanzado centenares de oleadas de ataques aéreos y andanadas de su artillería contra la franja costera palestina. Los bombardeos están allanando el terreno para una operación terrestre del ejército, que los analistas de la prensa hebrea consideran inevitable para dar respuesta a la agresión sin precedentes del movimiento de resistencia islámica. Tanto Gantz como Eisenkot pilotaron desde el puesto de mando el curso de la guerra de 2014.

El número de palestinos desplazados en la franja de Gaza a causa de los bombardeos de Israel es ya de 263.934 personas, con 175.486 alojadas en escuelas de la UNRWA, según datos de la ONU. La Media Luna Roja egipcia ha anunciado el envío de un convoy de ayuda humanitaria al paso fronterizo de Rafah, que conecta la península egipcia del Sinaí con la franja de Gaza, para recibir los casos críticos que requieran ser trasladados a través de la frontera egipcia. Fuentes de la Media Luna Roja egipcia han confirmado a la agencia Efe que han enviado “un convoy de ayuda humanitaria al paso fronterizo terrestre palestino para recibir los casos críticos que requieran ser trasladados a través de la frontera egipcia”, sin dar más detalles hasta el momento.

En el norte, las tropas israelíes y la milicia libanesa chií de Hezbolá han intercambiado ataques en la frontera de Líbano. A primera hora de la mañana de este miércoles, una posición del ejército israelí estacionada junto a la frontera ha sufrido un ataque con un misil antitanque desde territorio libanés. Poco después, el grupo chií ha reivindicado el ataque, asegurando que ha causado “un gran número de bajas”. El Gobierno israelí no ha especificado si se han producido muertes en sus filas. La respuesta no se ha hecho esperar y las fuerzas israelíes han bombardeado posiciones en el sur de Líbano. Por la tarde, las Fuerzas Armadas decretaron el estado de alerta ante el riesgo de una infiltración aérea desde Líbano que finalmente no se concretó. Una alerta nacional lanzada a primera hora de la noche por error resultó ser un fiasco debido a un fallo técnico.

Israel solo ha precisado que un destacamento había sido atacado cerca del pueblo beduino de Araba Al Aramshe, situado frente al pueblo libanés de Dhayra. El ejército informó de que “la fuerza aérea ha atacado posiciones de reconocimiento de Hezbolá en represalia por los disparos desde el otro lado de la frontera”. Hasta ahora, los diversos incidentes se han saldado con la muerte de tres miembros de Hezbolá, además de algunas bajas en las filas de la Yihad Islámica Palestina (YIP) y en el ejército israelí, al otro lado de la frontera, durante una infiltración perpetrada desde el Líbano por ese movimiento proiraní.

La guerra ya está teniendo otras consecuencias políticas. El Ministerio del Interior de Israel anunció este miércoles que se posponen indefinidamente las elecciones municipales previstas para el 31 de octubre. La última vez que se aplazaron unos comicios en Israel fue durante la Guerra de Yom Kippur, en 1973.

Anular durante muchos años las capacidades bélicas de Hamás y de la Yihad Islámica fue también la meta de las invasiones israelíes en las operaciones de Plomo Fundido (a caballo entre 2008 y 2009) y Margen Protector (que se prolongó durante más de dos meses en el verano de 2014). El ciclo de violencia se repite ahora, pero si en la primera de las operaciones la cifra de soldados israelíes muertos se limitó a nueve, en la segunda se elevó a 66.

El ministro de Defensa, Yoav Gallant, en una imagen del 28 de septiembre.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, en una imagen del 28 de septiembre.TOBIAS SCHWARZ (AFP)

Las brigadas Ezedín al Qasam, el barco armado del movimiento islamista, han mostrado ahora su fuerza, al golpear sin piedad en territorio israelí, y nivel de entrenamiento, en una operación inédita y por sorpresa ejecutada en pocas horas. La invasión de Gaza no será ahora una misión tan asequible para el ejército israelí como lo fue hace 15 años. La presencia de un tan alto número de rehenes representa además una pesadilla para los planes del Estado Mayor. El propio Netanyahu se vio obligado a excarcelar en 2011 a un millar de prisioneros palestinos a cambio de la liberación del soldado Gilad Shalit, que permaneció secuestrado por Hamás durante cinco años en la Franja.

Desde Gaza, el Ministerio de Sanidad palestino ha contabilizado 1.100 muertos en los combates e incursiones y 5.339 heridos en solo cuatro días, lo que ha colapsado el sistema hospitalario de la Franja. La misma fuente asegura que el 60% de las bajas registradas dentro del territorio del enclave corresponde a mujeres y niños. Entre las víctimas mortales también hay siete periodistas palestinos y 11 trabajadores de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).

Apagón a la fuerza

Después del anuncio de cerco total a Gaza lanzado el lunes, la única central eléctrica de la Franja, que operaba a medio rendimiento tras sufrir daños en los bombardeos de 2014, ha dejado de funcionar este miércoles por falta de combustible. Desde el sábado, Gaza había sufrido más de 600 cortes de luz. El enclave depende de Israel para recibir el suministro eléctrico, así como para la importación de combustible para alimentar su única planta, pero desde el sábado no recibe ni una cosa ni la otra. El bloqueo completo ejercido por Israel comenzó el lunes en Gaza, donde viven 2,3 millones de habitantes en 365 kilómetros cuadrados. Se ha vetado por completo el suministro de combustible, comida, agua y energía tras el ataque del sábado.

Un bombardeo israelí contra la Universidad Islámica de Gaza, la más importante de la Franja, ha destruido prácticamente el campus principal de la institución, según se puede apreciar en un vídeo difundido por la cadena de televisión árabe Al Arabiya. La cuenta en X (antes Twitter) del ejército de Israel ha confirmado el ataque asegurando que “Hamás había transformado un instituto de conocimiento en un instituto de destrucción”. El mensaje define esa universidad como “un importante centro operativo, político y militar de Hamás en Gaza” y asegura que sus instalaciones servían de “campo de entrenamiento para ingenieros” del grupo fundamentalista.

Un carro de combate del ejército israelí disparaba un obús cerca de la frontera con Gaza el miércoles.
Un carro de combate del ejército israelí disparaba un obús cerca de la frontera con Gaza el miércoles.JACK GUEZ (AFP)

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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