Estado de emergencia y evacuaciones en el oeste de Canadá por los gigantescos incendios
Yellowknife, capital de los Territorios del Noroeste, se convierte en una ciudad fantasma al irse la gran mayoría de sus 20.000 habitantes
Yellowknife, la capital de los Territorios del Noroeste de Canadá, amaneció este sábado como una ciudad fantasma después de que la inmensa mayoría de sus 20.000 habitantes cumpliese la orden de evacuar la ciudad. Un inmenso incendio desatado hace un mes por los rayos de una tormenta amenaza la que es la única ciudad de un territorio casi despoblado. Además de los Territorios del Noroeste, ha declarado el estado de emergencia la provincia de Columbia Británica, también en el oeste del país, al empeorar en la zona la crisis provocada por miles de incendios forestales que castiga Canadá desde hace meses.
Según los datos de las autoridades, solo en los Territorios del Noroeste ha habido este año 269 incendios forestales, de los que 236 siguen activos, que han afectado a 2,13 millones de hectáreas (21.300 kilómetros cuadrados), una superficie equivalente a más de 10 veces la isla de Tenerife. En el conjunto del país, unos 5.700 incendios han quemado una superficie de más de 137.000 kilómetros cuadrados, como toda Andalucía y Extremadura juntas. Este viernes había 658 incendios fuera de control, 160 contenidos y 227 bajo control, según el Centro Interinstitucional Canadiense de Incendios Forestales, cuyo mapa es un poema. Más de 1.000 incendios activos.
El que acecha a Yellowknife tiene una extensión de más de 1.600 kilómetros cuadrados, se encuentra a 15 kilómetros de la ciudad y se ha saltado tres líneas de contención por el viento, la sequedad del clima y la densidad de la vegetación. Ante el temor de que llegase a la ciudad, en la orilla de un lago y sin escapatoria fácil, las autoridades ordenaron la evacuación.
Alrededor de 19.000 personas habían abandonado Yellowknife en menos de 48 horas, de las cuales casi 15.000 salieron por carretera y cerca de 4.000 en vuelos especiales de emergencia, según las autoridades. Quedan en la ciudad empleados de servicios básicos y algunos centenares de habitantes que no han cumplido aún la orden de retirarse. Los que se marchan no saben cuándo podrán volver, pues el fuego lleva un mes activo y no tiene visos de poder ser extinguido ni controlado pronto. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se desplazó el viernes a la ciudad de Edmonton para visitar uno de los centros de acogida para los evacuados de Yellowknife.
Los servicios de emergencia han abierto un cortafuegos con ayuda del ejército para evitar el avance del fuego hacia la ciudad. También han rociado la zona con agua para evitar que el fuego se extienda. Los aviones cisterna trabajan a destajo.
Cerca de 7.000 personas de otras ocho comunidades de los Territorios del Noroeste ya habían evacuado sus casas. La pequeña comunidad de Enterprise ha quedado destruida por las llamas en su mayor parte, aunque todos sus habitantes pudieron escapar antes con vida.
Las llamas amenazan también otras poblaciones mayores en la Columbia Británica, que declaró este viernes el estado de emergencia. “En las últimas 24 horas, la situación ha evolucionado rápidamente y nos espera una situación extremadamente difícil en los próximos días. Hay numerosos incendios en toda la provincia que amenazan a las comunidades. Miles de personas tienen órdenes de evacuación y decenas de miles más están en alerta de evacuación”, señaló David Elby, el primer ministro de la provincia, a través de un comunicado.
La mayor amenaza de la provincia es para Kelowna, una ciudad de 132.000 habitantes y para la vecina West Kelowna, de unos 38.000. En esta última ardieron viviendas este viernes después de que un incendio forestal avanzase mucho más de lo previsto durante la noche. Las autoridades de West Kelowna han ordenado la evacuación de 2.400 propiedades y alertaron a otras 4.800 para que se preparasen para marcharse.
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