Un estudiante de 13 años mata a tiros a ocho alumnos y un vigilante en un colegio de Serbia
El autor de los disparos tenía una lista con los nombres de los compañeros a quienes pretendía asesinar, usó dos pistolas de su padre y fue detenido por la policía
Un estudiante de 13 años ha sido detenido como sospechoso de matar a tiros a ocho alumnos y a un vigilante de seguridad en un colegio de Belgrado. El menor abrió fuego a las 8.40 de este miércoles en la escuela primaria Vladislav Ribnikar de la capital serbia. Una profesora de 53 años, que impartía una clase de Historia, resultó herida grave. Además de ella, hay seis alumnos hospitalizados, según el Ministerio del Interior. La policía se llevó esposado y con la cabeza cubierta con una prenda de vestir al sospechoso de la matanza de sus compañeros.
Tras el suceso, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, informó de que el autor de los disparos fue trasladado a una clínica psiquiátrica. El ministro de Educación, Branko Ruzic, declaró tres días de luto nacional en un país de siete millones de habitantes donde nunca antes se había producido una matanza en un colegio.
Veselin Milic, jefe de la policía de Belgrado, aseguró que el detenido llegó a la escuela con un revolver de 9 milímetros, otro de menor calibre y dos cócteles Molotov en la mochila. Añadió que el adolescente abrió fuego al entrar a la escuela, mató primero al guardia y a tres estudiantes que estaban en los pasillos, y después entró en el aula de la clase de Historia. “Tan pronto como cruzó la puerta, disparó a la profesora y a los otros estudiantes”, precisó el portavoz policial. Las víctimas mortales entre los alumnos son siete niñas y un niño nacidos en 2009, 2010 y 2011, informa France Presse. La policía fue alertada primero por el subdirector de la escuela, pero dos minutos después llamó el propio agresor. “Dijo que disparó a varias personas en la escuela primaria”, aseguró Milic.
El jefe de la policía de Belgrado añadió en conferencia de prensa que el adolescente lo había planeado todo de forma minuciosa durante un mes. “Incluso tenía una lista con los nombres de los menores que quería matar y con sus clases”, apuntó. El ministro del Interior, Bratislav Gasic, anunció que el padre del supuesto autor también había sido detenido. La Fiscalía serbia declaró a la agencia de noticias Tanjug que será el padre quien sea imputado por el tiroteo, pero no el hijo, ya que aún no ha alcanzado la edad legal de responsabilidad penal, que es de 14 años. El menor los cumplirá el próximo 30 de julio.
Evgenija, una estudiante de 14 años, afirmó que conocía al agresor. “Era algo callado, parecía simpático y tenía buenas notas. Yo no sabía mucho de él, no era muy abierto con la gente”, declaró a Reuters. La joven narró cómo presenció parte de la escena antes de salir corriendo: “Oí ruidos y pensé que unos chicos estaban tirando petardos... Pero entonces vi al guardia de seguridad que caía al suelo”. La clase en la que entró el atacante se encontraba en la planta baja de la escuela, según informó el periódico local Danas. Esto facilitó que varios alumnos pudiesen escapar por las ventanas.
Milan Milosevic, padre de una de las alumnas, relató a la emisora N1 que acudió al colegio tras el tiroteo: “Vi al vigilante de seguridad tumbado debajo de la mesa. Vi a dos niñas con sangre en la camisa”. Una joven que estudia en un colegio de secundaria próximo a la escuela declaró a la televisión estatal RTS: “Vi a niños salir corriendo del colegio, gritando. Vinieron los padres, estaban aterrorizados. Después oí tres disparos”.
El menor detenido era aficionado a la caza y había aprendido a disparar mientras practicaba esa actividad, según señaló el ministro Gasic, informa Efe. “El padre afirma que las armas estaban guardadas en una caja fuerte con código, pero al parecer el agresor conocía el código, ya que logró coger las dos pistolas y tres cargadores con 15 balas cada uno”, informó Gasic.
Los tiroteos masivos son poco frecuentes en Serbia, que tiene leyes muy estrictas de tenencia de armas. Pero los Balcanes occidentales están inundados de cientos de miles de armas ilegales tras las guerras y los disturbios de la década de los noventa. Las autoridades serbias han concedido varias amnistías para que los propietarios las entreguen o registren.
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