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La OTAN activa sus defensas contra ataques con armas químicas, biológicas y nucleares

Biden advierte a Rusia de que si usa armas no convencionales responderá “en función de la naturaleza del ataque”

En primer término a la izquierda, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, saluda al canciller alemán, Olaf Scholz, ante el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y la presidenta de la ComisiónFoto: MICHAEL KAPPELER (AFP) | Vídeo: EPV
Manuel V. Gómez

Las amenazas de Moscú esgrimiendo sus armas químicas, biológicas y nucleares calan. Tanto es así que la OTAN ha activado sus defensas contra ataques con este tipo de armamentos, según ha anunciado su secretario general, Jens Stoltenberg, tras la cumbre de la Alianza celebrada este jueves en Bruselas, en la que estaban presentes los líderes de los 30 Estados miembros, con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a la cabeza. Además, los aliados interpelan directamente a China en su comunicado final para que se abstenga “de dar a Rusia cualquier tipo de apoyo en la guerra y ayudarle a evitar las sanciones”.

El régimen de Vladímir Putin lleva casi desde que comenzó la invasión de Ucrania recordando que Rusia es una potencia nuclear y que si sienten que el Estado ruso está en peligro pueden recurrir a estas armas tan mortíferas. Estados Unidos y la OTAN ya han dejado claro en días anteriores que se toman en serio esta amenaza, al menos en el escenario bélico de Ucrania. De ahí que en la reunión que los líderes de la Alianza han mantenido en su cuartel general de Bruselas hayan acordado enviar a Ucrania material para protegerse de estas agresiones si llega el caso. No serán armas sino “material de protección, detección, descontaminación, sanitario, de entrenamiento...”, según ha explicado Stoltenberg.

Pero la Alianza va más allá: “El general Wolters [comandante supremo de las fuerzas aliadas] ha ordenado activar los elementos de defensas químicas, radiológicas y nucleares y las defensas [contra este tipo de armamento] de las fuerzas desplegadas en los países del este de la Alianza”, ha añadido Stoltenberg. Y los aliados “han desplegado defensas adicionales químicas, biológicas y nucleares para reforzar a nuestros batallones ya existentes y a los nuevos”.

La OTAN ha acordado este jueves desplegar cuatro batallones (en Rumania, Hungría, Eslovaquia y Bulgaria), que se suman a los cuatro desplegados en Polonia, Estonia, Letonia y Lituania. En total, hay unos 40.000 soldados a las órdenes directas de la Alianza y unos 100.000 soldados estadounidenses en suelo europeo.

La Alianza teme que Rusia lance un ataque químico en Ucrania utilizando como excusa la presunta intención del Gobierno de Volodímir Zelenski de recurrir a ese tipo de armamento. Moscú propaga desde hace días el bulo de que Ucrania se ha dotado, con ayuda occidental, de armas químicas, una acusación que China también ha contribuido a difundir. Los occidentales sospechan que se trata de asentar ante la opinión pública una coartada que permitiría justificar el uso por parte del Ejército ruso de armas prohibidas.

Biden ha avisado al término de la cumbre de que el Gobierno de EE UU responderá si Rusia emplea armas químicas en Ucrania. “Responderemos, responderemos si él [Vladímir Putin] las usa, y la naturaleza de esa respuesta dependerá de la naturaleza del uso”, ha sostenido el mandatario.

El secretario general de la Alianza también ha advertido de que si Rusia recurre a estas armas en Ucrania puede llegar a verse “contaminación” en los países de la OTAN. También ha recordado que el régimen de Vladímir Putin ya ha recurrido a estos ataques “en su propio territorio, contra sus oponentes, en Salisbury [en referencia al envenenamiento del exespía ruso Serguei Skripal] y en Siria”.

Misiles antibuques, armas antitanques y drones

Como en la cumbre de la Unión Europea, que se celebra en la tarde de este jueves también en Bruselas, en la de la OTAN ha intervenido el presidente de Ucrania, quien, siempre según la versión de Stoltenberg, ha agradecido la ayuda prestada a su país y ha pedido más apoyo. En esa petición se incluyen tanques y aviones de combate, algo que hasta ahora no se ha enviado a Ucrania. “Hemos sido honestos”, ha aclarado el mandatario de los aliados, “y le hemos dicho que no vamos a entrar en la guerra”.

Lo que sí van a enviar los países de la Alianza a Kiev son misiles antibuques de guerra, drones y armas antitanques para frenar el avance ruso hacia la capital ucrania y aliviar el asedio en la costa del mar Negro. El desarrollo de la invasión en Ucrania en sus últimos compases ha dado protagonismo a estos escenarios. El contraataque ucranio habría aflojado algo el asedio que intenta desplegar en la capital ucrania el Ejército ruso. En cambio, el cerco a la ciudad portuaria de Mariupol, en el mar de Azov, no deja de estrecharse, con consecuencias trágicas sobre la población civil, y, además, continúa el hostigamiento de otra ciudad portuaria, Odesa.

La reunión de este jueves ha concluido con la exigencia a Putin de que permita la apertura de corredores humanitarios para que los civiles puedan huir “de Mariupol y otras ciudades sitiadas” y que muestre que se toma en serio las negociaciones de paz decretando un alto el fuego. Entretanto, los aliados seguirán con la política mantenida hasta ahora: “Se han impuesto sanciones masivas y con un alto coste político a Rusia para poner fin a esta guerra. Seguimos decididos a mantener la presión internacional coordinada sobre Rusia. Continuaremos coordinándonos estrechamente con las partes interesadas y con otras organizaciones internacionales, incluida la Unión Europea. La coordinación transatlántica sigue siendo crucial para una respuesta eficaz a la crisis actual”.

A continuación, los 30 Estados aliados interpelan directamente a China, potencia que mantiene una neutralidad escorada hacia Rusia en este momento: “Hacemos un llamamiento a todos los Estados, incluida la República Popular China (RPC), para defender el orden internacional, incluidos los principios de soberanía e integridad territorial, consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, a abstenerse de apoyar el esfuerzo bélico de Rusia de cualquier manera, y a abstenerse de cualquier acción que ayude a Rusia a eludir las sanciones. Estamos preocupados por los comentarios públicos recientes de los funcionarios de la República Popular China y pedimos a China que deje de amplificar las narrativas falsas del Kremlin, en particular sobre la guerra y la OTAN, y que promueva una resolución pacífica del conflicto”.

Entre los planes previstos que la guerra ha cambiado está también el relevo al frente de la Secretaría General de la OTAN, que se iba a decidir el próximo junio. Stoltenberg continuará en el puesto finalmente hasta el 30 de septiembre de 2023, según han aprobado este jueves los líderes de los 30 Estados de la Alianza. La invasión de Ucrania por Rusia ha llevado a los aliados a prorrogar su mandato. “Stoltenberg ha estado haciendo un trabajo fantástico, un día tras otro ha jugado un liderazgo crítico para la OTAN”, declaró el consejero de Seguridad de Estados Unidos, Jake Sullivan, un día antes. “Es un activo valioso para la Alianza”, concluyó.

La salida del noruego, después de ocho años en el cargo, estaba ya decidida y él mismo había sido ya elegido como próximo gobernador del Banco Central de Noruega a partir de finales de año, un puesto para el que se convocó un concurso al que él se había presentado. Stoltenberg es un político de larga trayectoria en el país nórdico, donde ha sido ministro de Finanzas y primer ministro, antes de llegar a Bruselas para dirigir la Alianza.

En principio, estaba previsto que la cumbre que la OTAN celebrará en Madrid en junio eligiera al sucesor a partir del 30 de septiembre. Incluso habían comenzado a sonar nombres, todos de mujer, porque había bastante consenso en que era el momento en que la mayor alianza militar tuviera una mujer al frente. Entre los nombres que se han oído estaban los de la ex primera ministra británica, Theresa May, la ex alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini o la exministra de Defensa alemana Annegret Kramp-Karrenbauer.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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