Johnson, de cuarentena forzosa en su semana de Gobierno más complicada
El primer ministro se reunió con un diputado contagiado. “Me siento sano como el perro de un carnicero, pero tenemos que detener la transmisión del virus”, explica en un vídeo
El fin de semana más turbulento ―otro más― del mandato de Boris Johnson ha terminado del modo más imprevisto. El primer ministro ha tenido que volver a recurrir a un vídeo casero para explicar a los británicos que de nuevo se verá forzado a permanecer aislado durante 14 días en Downing Street, después de que se reuniera con un diputado conservador que ha dado positivo por coronavirus. “Da lo mismo que todos estemos respetando las normas de distanciamiento social, da lo mismo que me sienta tan sano como el perro de un carnicero, da lo mismo que ya haya pasado la enfermedad y me salgan los anticuerpos a borbotones. Todos debemos impedir la transmisión del virus y uno de los modos de hacerlo es aislarnos durante dos semanas si así nos indica el sistema de público de localización y rastreo”, explicaba Johnson en su cuenta de Twitter.
La señal de alerta para los suyos no sería el pelo alborotado, sino el hecho de comenzar descorbatado y obligado a volver a dar explicaciones en una semana política especialmente delicada. Cuando se disponía a reestructurar un equipo de asesores dinamitado por la dimisión de su hombre fuerte, Dominic Cummings, y a apretar el acelerador en busca de un acuerdo del Brexit de última hora con Bruselas, Johnson y su entorno se han dedicado durante la mañana del lunes a justificar por qué se celebró una reunión en Downing Street con un amplio grupo de parlamentarios conservadores sin respetar las normas elementales de distancia ni usar mascarillas. Al menos otros tres de los asistentes se han visto forzados a guardar la cuarentena una vez que se supo que el diputado Lee Anderson ―uno de los que se hizo la foto con el primer ministro a menos de dos metros― dio positivo el viernes por coronavirus.
Hi folks, I’ve been instructed by our NHS Test & Trace scheme to self-isolate for two weeks, after being in contact with someone with Covid-19.
— Boris Johnson (@BorisJohnson) November 16, 2020
I’m in good health and have no symptoms, and will continue to lead on our response to the virus & our plans to #BuildBackBetter pic.twitter.com/yNgIme8lOz
“Si eres el primer ministro estás obligado a tener reuniones constantes”, se ha esforzado el ministro de Sanidad, Matt Hancock, en justificar la relajación de las reglas en ese encuentro, y el hecho de que la mascarilla no sea la norma habitual dentro de Downing Street. “No siempre lo es, no. Las normas de seguridad contra la covid-19 en ese edificio no lo exigen en todo momento. Cada lugar de trabajo tiene sus normas particulares”, insistía. “Pero estoy seguro de que el primer ministro podrá hablar con cualquiera, aquí y en Europa, a través de Zoom [videconferencia]”.
El equipo de Johnson había comenzado ya a filtrar nombres de posibles candidatos para incorporarse al núcleo duro del Gabinete, y comenzar así a restañar la imagen de caos que en las últimas horas había producido la dimisión de Cummings, el asesor estrella e ideólogo del Brexit, así como su aliado Lee Cain, el director de Comunicación del Gobierno. Se había preparado además un gran discurso sobre los planes de “economía verde” para comenzar a reconstruir un Reino Unido seriamente tocado por la crisis, y la necesidad de enderezar una situación tan complicada había despertado la esperanza de que Johnson interviniera directamente en las negociaciones de un acuerdo comercial post-Brexit con Bruselas, para poder producir avances antes del Consejo Europeo del jueves. Con todos estos planes trastocados, la prioridad del equipo del primer ministro pasa ahora por buscar el modo de que Johnson pueda participar en la sesión de control parlamentaria del miércoles y evitar así la imagen de un Gobierno paralizado.
El primer ministro, de 56 años, ya cayó víctima de la covid-19 a finales de marzo, y tuvo que ser ingresado en la UCI. Fuentes del Gobierno británico han asegurado que no padece síntomas de la enfermedad en estos momentos, pero el consenso científico asegura que las personas que han desarrollado anticuerpos previamente no están a salvo de volver a resultar infectados.
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