_
_
_
_
_

Las protestas fuerzan la dimisión del presidente de Kirguistán

El mandatario Sooronbai Jeenbékov sostiene que renuncia por la unidad del país y para evitar un derramamiento de sangre

Varios simpatizantes del opositor Zhapárov, durante una protesta contra el resultado de las elecciones el 4 de octubre en Biskek, la capital de Kirguistán, el 14 de octubre de 2020.
Varios simpatizantes del opositor Zhapárov, durante una protesta contra el resultado de las elecciones el 4 de octubre en Biskek, la capital de Kirguistán, el 14 de octubre de 2020.IGOR KOVALENKO (EFE)
Moscú -

El presidente de Kirguistán, Sooronbai Jeenbékov, presentó este jueves su dimisión para facilitar una salida a la profunda crisis política e institucional que atraviesa la antigua república soviética desde las elecciones parlamentarias del pasado día 4. “La paz en Kirguistán, la integridad del país, la unidad de nuestro pueblo y la paz en la sociedad son todo para mí. No me aferro al poder. No quiero que la historia me recuerde como el presidente que derramó la sangre y disparó a sus ciudadanos. Por eso, he tomado la decisión de dimitir”, señaló en una declaración a la nación recogida por la agencia kirguís AKIpress. El anuncio llega después de varios días de intensas protestas en las calles de Bishkek, la capital del país centroasiático.

El mandatario Jeenbékov, en el poder desde hace tres años, ya había adelantado que estaba preparado para renunciar al cargo, pero recalcó que lo haría solo una vez el Parlamento hubiera aprobado un nuevo Gobierno y el país hubiera vuelto al marco legal tras los disturbios y protestas masivas en las calles de Bishkek de la última semana y media.

Kirguistán se encuentra en una grave crisis después de las elecciones parlamentarias del pasado 4 de octubre, en las que solo dos fuerzas opositoras habrían entrado en el Parlamento y cuyo resultado fue denunciado como fraudulento por los partidos que no superaron el umbral del 7 % requerido para lograr representación.

El resultado desató disturbios la madrugada del día siguiente a los comicios, en los que una persona murió y más de 1.000 resultaron heridas. La Comisión Electoral Central anuló finalmente el resultado, pero los llamamientos de varios líderes políticos para que se abriese un proceso de destitución a Jeenbékov, o que renunciase voluntariamente, se hicieron cada vez más fuertes. El presidente impuso finalmente un toque de queda y el estado de emergencia en Bishkek.

De acuerdo con la Constitución, el presidente del Parlamento, el diputado de la fracción Kirguistán Kanat Isáev, asumirá de forma interina la Presidencia del país hasta que haya nuevas elecciones presidenciales, que deberían celebrarse en un plazo de tres meses.

Además, el Legislativo adoptó el miércoles el nombramiento del nuevo primer ministro, Sadir Zhapárov, un dirigente opositor que fue liberado la semana pasada de la cárcel por sus propios partidarios durante los disturbios postelectorales, así como la composición del Gabinete, el programa y la estructura del nuevo Ejecutivo.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Este jueves unas 1.000 personas se reunieron en las proximidades de la residencia presidencial Ala Archa para aumentar la presión sobre el líder kirguís, según la agencia rusa Interfax. El presidente de Kirguistán sostuvo en su declaración a la nación que los militares y la Policía tienen el deber de proteger incluso con sus armas la residencia presidencial y por otro lado las protestas no ceden, por lo que tarde o temprano habría “sangre”. “Insto a Zháparov y a otros políticos a retirar a sus seguidores de [las calles de] la capital de nuestro país para que pueda haber de nuevo una vida pacífica para los ciudadanos de Bishkek. Ningún poder merece [jugarse] la integridad de nuestro país y la armonía en la sociedad”, indicó Jeenbékov.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_