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Bolsonaro divide Brasil: arrasa en los municipios más ricos y blancos

La segunda vuelta confirma la fractura del electorado brasileño. El mapa de los 5.500 municipios es la parte visible de una brecha que también es racial y económica

Kiko Llaneras

El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó las elecciones y será el próximo presidente de Brasil. Consiguió el 55% de los votos y se impuso con cierta holgura sobre el candidato del PT, Fernando Haddad. El apoyo electoral del militar prendió en pocas semanas, pero no alcanzó todo el país con la misma fuerza. Aunque recibió votos de personas de todo tipo —le ha votado más de la mitad del país—, un análisis de los resultados en 5.500 municipios detecta patrones claros: Bolsonaro arrasó en las ciudades, en los lugares más ricos y de mayoría blanca [si no ve el mapa interactivo, pulse aquí].

Pueblo rico, pueblo pobre

Existe una relación fuerte entre el voto de un municipio y la riqueza de sus habitantes. Se puede ver en el gráfico más abajo: Bolsonaro obtuvo hasta el 75% de los votos en municipios de rentas medias o relativamente altas, pero no alcanzó ni el 25% en muchas localidades pobres, que se mantuvieron fieles al candidato del PT, Fernando Haddad.

No es habitual encontrar una brecha tan clara en los votantes. En Brasil existen dos polos y en cada uno se impuso un candidato: Bolsonaro fue el más votado en el 94% de los municipios que son relativamente ricos (aquellos que en 2010 tenían rentas superiores a los 350 reales al mes -83 euros aproximadamente-), mientras que Haddad se impuso en 9 de cada 10 municipios pobres (aquellos con rentas inferiores a los 200 reales -44,45 euros-).

Bolsonaro ganó en las 10 ciudades más ricas de Brasil. En muchas de ellas aplastó a Haddad, logrando hasta seis veces más votos. Haddad se impuso, en cambio, en las 10 ciudades más pobres de Brasil.

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La brecha entre ricos y pobres se observa también en estadísticas como el analfabetismo o el riesgo de pobreza.

Bolsonaro ganó en los municipios más prósperos, mientras que Haddad logró mejores resultados en pueblos y ciudades con altas tasas de analfabetismo y pobreza. Si dividimos el país en dos mitades, una con los municipios con más pobreza y otra con los municipios con menos: Haddad ganaría en el 83% de los municipios del Brasil pobre y Bolsonaro lo haría en el 87% de los del Brasil rico.

Estas diferencias que encontramos entre municipios existen también cuando miramos el voto de personas individuales. Según las encuestas de Datafolha para la segunda vuelta, Bolsonaro habría conseguido el 66% de votos entre personas con rentas medias o altas, en relación al resto del país, mientras que Haddad gana claramente entre las rentas más bajas. Aunque en general no es posible inferir la naturaleza de los individuos a partir de una estadística territorial —porque podríamos caer en una falacia ecológica (error en la argumentación basado en la mala interpretación de datos estadístico)—, en este caso ambas cosas coinciden.

La brecha racial: Bolsonaro y el voto blanco

Las divisiones raciales también tuvieron su reflejo en los votos de la votación definitiva: Bolsonaro se impuso en el 85% de los municipios de mayoría blanca; Haddad, en el 75% de los de mayoría no blanca.

Bolsonaro venció en las ciudades donde casi toda la población es blanca, la mayoría en el sur del país. En Nueva Hamburgo, donde el 90% de las personas son de origen alemán, Bolsonaro logró 3 de cada 4 votos. El candidato del PT obtuvo malos resultados en esas ciudades, pero se impuso en todas aquellas donde los blancos no llegan al 20% de la población.

En muchos municipios las variables renta y raza van de la mano, porque los blancos componen a menudo las clases acomodadas del país. Sin embargo, hemos encontrado que ambas variables tienen un efecto independiente. Es decir, tomando dos municipios con rentas similares, los resultados de Bolsonaro tienden a ser mejores en el que tiene más habitantes blancos. Podría haber ocurrido que fuese la renta la que explicase las diferencias de voto que encontramos al analizar la composición racial de los municipios, pero no es así.

Además, como ya ocurría con la renta, la relación entre raza y voto también se observa con datos de encuestas personales. Según Datafolha, Bolsonaro habría recibido el doble de votos (68%) que Haddad (32%) entre los blancos, mientras que Haddad es el preferido de la población de color.

Las brecha en cada región

En el mapa inicial era evidente que las cinco regiones de Brasil han votado de forma diferente. El PT conservó su bastión en el nordeste, donde Haddad fue el más votado. Es la región más pobre y allí se concentran los beneficiarios de “Bolsa Familia”, el programa de ingresos mínimos que creo el primer Gobierno de Lula en 2003. En cambio, Bolsonaro se impuso en el sudeste (más industrializado) y en el sur y centro-oeste (más agrícolas), donde viven dos terceras partes de la población.

Pero las diferencias regionales no eclipsan la relación entre voto y riqueza. Al contrario, como muestra el gráfico siguiente, dentro de cada región los apoyos de Bolsonaro crecen con la renta de los municipios.

Ocurre lo mismo con la raza. Cuando comparamos los municipios de una región entre sí, encontramos que Bolsonaro recibe más apoyos ahí donde más población blanca. No ocurre en la región nordeste, pero sí en las regiones del norte o del sudeste.

Notas metodológicas. Todas las estadísticas de los municipios se han tomado del Censo 2010 del IBGE. Los datos del voto en la primera vuelta se tomaron del escrutinio al 100%, según la web de Globo. La variable «renta» es el ingreso mensual mediano de los hogares por persona, expresado en reales brasileños. La variable «riesgo de pobreza» es el porcentaje de personas en el municipio que tienen ingresos son inferiores al 60% de la renta mediana del país.

Hemos comprobado que la relación entre voto y renta es robusta en sentido estadístico. Para ello hemos construido un modelo de regresión sencillo que incluye controles por población, región, ruralismo, población anciana, sexo e interacciones entre regiones y razas, entre regiones y renta, y entre regiones y números de homicidios. La relación entre voto y renta es significativa al 95% de confianza y el tamaño del efecto es fuerte en todas las regiones. Hemos hecho la misma comprobación con la relación entre voto y raza del municipio.

Sobre la firma

Kiko Llaneras
Es periodista de datos en EL PAÍS y doctor en ingeniería. Antes de llegar al periódico en 2016 era profesor en la Universitat de Girona y en la Politécnica de Valencia. Escribe una newsletter semanal, con explicaciones y gráficos del día a día, y acaba de publicar el libro ‘Piensa claro: Ocho reglas para descifrar el mundo’.

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