El paso de cebra que engaña a tu cerebro para que frenes
Un pueblo de Islandia pinta una ilusión óptica en un cruce que obliga a los coches a disminuir la velocidad. El trampantojo ha sido probado con éxito en otras ciudades del mundo
Ísafjörður tiene unos 3.000 habitantes y la casa más antigua de Islandia. Desde el jueves pasado esta pequeña ciudad pesquera, capital de la región de los Fiordos del Noroeste, tiene además de sus pintorescas casitas de madera, una nueva atracción turística: un paso de cebra cuyas barras, gracias a un efecto óptico, parecen flotar tridimensionales sobre la calzada. La idea es que al verlo los conductores frenarán. El efecto inmediato es que un anodino cruce de Ísafjörður se ha hecho famoso.
"Hay tanta gente hablando del paso de cebra que creo que hemos concienciado sobre los límites de velocidad a toda Islandia", explica por conversación electrónica Gautur Ivar Halldorsson, gerente de la empresa Vegamálun GÍH que se dedica a pintar calles, pistas deportivas y aparcamientos en Ísafjörður, y quien en su foto de perfil empuja una máquina pintarrayas. "El efecto óptico solo funciona desde cierto ángulo y durante unos segundos", explica Halldorsson. Es decir, el conductor cree en el trampantojo cuando lo ve a cierta la distancia, pero cuando está cerca se da cuenta del truco: la idea es que vaya frenando, no que frene en seco pensando que va a chocar.
Halldorsson explica que durante toda la semana los peatones también se han detenido sobre sus pasos para tomarse fotos haciendo equilibrios sobre el trampantojo. "Quizás se convierta en un problema cuando el pueblo esté lleno de cruceristas interrumpiendo el tráfico", admite ya que el puerto de Ísafjörður es una parada obligada de los cruceros que recorren cada verano los fiordos.
Halldorsson se inspiró en un paso de cebra semejante de Nueva Delhi, y propuso la idea al ayuntamiento islandés hace un par de semanas. Tras ser aprobado por la policía y las autoridades municipales, pintarlo resultó sencillo, "aunque hubo que practicar un poco el efecto 3-D", admite. "Estoy disfrutando de la atención mediática de este trabajo", dice orgulloso, "todos nuestros otros pasos de cebra son normales, espero volver a hacer más como este".
El cruce de Nueva Delhi (India) que inspiró al pintor islandés se dibujó el verano pasado y ha funcionado tan bien que el ayuntamiento ya planea ampliar la iniciativa a 24 cruces por toda la ciudad. Sin embargo, Nueva Delhi no fue la primera con una paso de cebra falsamente tridimensional. En primavera de 2016 dos mujeres, Saumya Pandya Thakkar y su hija Shakuntala Pandyaand, ambas artistas, pintaron un prototipo en Ahmedabad, la séptima ciudad más poblada de la India. Y desde al menos 2008, varias ciudades chinas y alguna rusa tienen sus propios pasos aparentemente elevados.
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