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Israel retira los detectores de metal de la Explanada de las Mezquitas

Las fuerzas de seguridad israelíes implementarán un nuevo sistema de vigilancia

Varios personas retiran detectores de metales en la entrada de la Explanada de las Mezquitas.Vídeo: Mahmoud Illean

Israel ha retirado durante la madrugada del martes más de una decena de detectores de metales que había instalado en los accesos a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, a raíz del asesinato de dos agentes de policía de origen druso, tiroteados por tres árabes israelíes que salieron armados del complejo sagrado el pasado 14 de julio. "Los detectores de metales serán sustituidos por unos controles de seguridad basados en tecnología avanzada y otros medios que se implementarán a lo largo de los próximos seis meses", según informa el Gobierno a través de un comunicado. 

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El sistema de vídeo vigilancia inteligente con el que Israel pretende sustituirlos, costará unos 25 millones de euros y tardarán unos seis meses en colocarlo. Según fuentes consultadas, el sistema no será instalado directamente en los accesos a la Explanada de las Mezquitas, sino “en otros lugares del casco histórico de Jerusalén que conducen hacia ellas”. De este modo, Israel trata de evitar un nuevo encontronazo con el Waqf (custodio de los lugares sagrados en Jerusalén) y las autoridades religiosas palestinas y terminar con el boicot a los arcos de seguridad, que en los últimos diez días llevó a miles de fieles a rezar en la calle y a protagonizar violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes. Para acceder al Muro de las Lamentaciones, lugar sagrado para los judíos, también hay que superar fuertes medidas de seguridad.

Las puertas del noble santuario (como se conoce en árabe) amanecieron sin detectores pero empapeladas con pasquines anónimos en árabe que seguían pidiendo a los palestinos no ceder “el la lucha por liberar [la mezquita de] al-Aqsa”.

El Waqf a primera hora hizo público un comunicado en el que insistía que no aceptarán nada que no sea una vuelta a la situación previa al 14 de julio y que Israel debe permitir que los fieles utilicen todos los accesos al complejo. La misma postura defendida por la Autoridad Palestina y por el Gran Mufti de Jerusalén, el Jeque Mohamed Hussein, quien fue tajante: “cualquier nueva medida israelí en al-Aqsa será rechazada”, reiteró.

Un día más los fieles rezaron en la calle y de nuevo se vivieron momentos tensos con las fuerzas de seguridad israelíes en la Puerta del Consejo, donde los funcionarios del Waqf se pasan el día sentados a modo de protesta. Anoche, también hubo enfrentamientos en otro de los accesos a la Ciudad Vieja, en la Puerta de los Leones, donde según la Media Luna Roja Palestina 15 personas fueron atendidas por las heridas.

El Consejo de Ministros palestino aprobó este martes una serie de medidas económicas de apoyo a la población de Jerusalén Este, perjudicada por los disturbios de los últimos días. Entre ellas, una paga de 1000 dólares (860 euros) mensuales durante tres meses para los comerciantes de la ciudad vieja afectados; cubrir la factura eléctrica de todos los residentes del casco histórico durante los meses de julio y agosto de este año; recompensar a los guardianes de la mezquita de al-Aqsa con 1000 shequels [moneda israelí] (250 euros) y destinar una ayuda de unos 430.000 euros para los centros de la Universidad de Jerusalén situados dentro de la muralla.

También se destinarán 13 millones de euros a la restauración de viviendas dañadas y se aprobó entregar una cantidad, aún por determinar, que irá a parar al Hospital Islámico Makased, en el Monte de los Olivos, donde las incursiones de las fuerzas de seguridad israelíes son frecuentes

Desde que comenzaran las protestas ya han muerto cuatro palestinos en enfrentamientos en Jerusalén Este y tres israelíes de una misma familia que fueron apuñalados el pasado viernes por un joven palestino en su casa en el asentamiento judío de halamish, al norte de Ramala. Según la Media Luna Roja los enfrentamientos han dejado también cerca de un millar de heridos.

Ola de violencia

El Gabinete de Seguridad del primer Ministro, Benjamín Netanyahu, volvió a reunirse la noche del lunes para analizar la situación en Jerusalén y la crisis desatada con Jordania a raíz de un tiroteo que se produjo en el complejo de la embajada israelí en Amán.

El domingo por la noche, mientras varios trabajadores de una empresa local cambiaban los muebles de uno de los apartamentos de la legación diplomática hebrea, se produjo una disputa —según medios locales a cuenta de los detectores de metales de la Explanada de las Mezquitas— y uno de los operarios atacó a un agente de seguridad israelí con un destornillador, hiriéndole en el pecho. El israelí lo abatió a tiros y una de las balas, también alcanzó al dueño de la vivienda, también jordano, que estaba supervisando los trabajos.

Ambos murieron y estalló una crisis diplomática entre Israel, que trató de repatriar a su agente y Jordania, que se negaba a dejarlo salir del país hasta ser interrogado. Con todos los diplomáticos israelíes encerrados en la embajada, acordonada por las fuerzas de seguridad jordanas, se inició una carrera diplomática por resolver la crisis en la que también intervino el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

El lunes Netanyahu envió a Jordania a Nadav Argaman, el jefe del Shin Bet (el servicio de inteligencia interior israelí) para resolver la crisis con los jordanos. Argaman regresó en el día y según medios hebreos, informó al gabinete de de seguridad. De acuerdo con el comunicado hecho público de madrugada, el gabinete, “aceptó la recomendación de todos los cuerpos de seguridad de incorporar medidas basadas en avanzadas tecnologías y otras medidas en lugar de los detectores de metales para garantizar la seguridad de los visitantes y fieles en la Ciudad Vieja y en la Explanada de las Mezquitas”, decía el texto.

Alrededor de las 22:45 horas, los diplomáticos israelíes destinados en Jordania, incluida la embajadora Einat Shlain, regresaban a casa por el paso fronterizo de Alleby y horas después, Israel comenzaba a desmantelar los detectores de metales instalados el 16 de julio. La Oficina de Netanyahu niega que, como recogen varios hebreos, se acordara con Jordania la vuelta del personal diplomático a cambio de la retirada de los polémicos arcos de seguridad.

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