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Los supremacistas blancos de Estados Unidos apoyan a Donald Trump

El líder del Partido Nazi Americano ve una "oportunidad real" en la presidencia de Trump

El presidente del Partido Nazi de EE UU.Foto: reuters_live

El presidente del Partido Nazi de Estados Unidos asegura que una victoria de Donald Trump en las elecciones sería “una oportunidad real” para los nacionalistas blancos. Un ex miembro del Ku Klux Klan y aspirante al Senado por Luisiana dice que sus votantes “son los mismos” que los del republicano. A pesar de que se trate de grupos radicales minoritarios, los expertos alertan de un hecho sin precedentes: la entrada de posiciones supremacistas en la narrativa de un candidato presidencial.

Rocky Suhayda preside el Partido Nazi y ha asegurado en su programa de radio que los supremacistas pueden “empezar a actuar de manera inteligente” para obtener mayor peso político gracias al empuje de Trump, según reveló BuzzFeed este fin de semana. El aspirante republicano ha rechazado cualquier vínculo con estos grupos, pero la tibieza de su condena y el hecho de que repita algunos de sus mensajes siguen poniendo en duda sus intenciones.

El último ejemplo lo ofreció él mismo al pedir a los dueños de armas que frenen a su rival y candidata demócrata, Hillary Clinton. “Para ellos el mensaje no es nuevo”, asegura Angelo Carusone, vicepresidente de la organización Media Matters. El experto añade que Trump también ha dado legitimidad a ideas radicales al reenviar mensajes de supremacistas en Twitter. “No es algo aleatorio”.

Trump cuenta también con el apoyo de David Duke, exlíder del Ku Klux Klan, candidato al Senado y uno de los supremacistas de los que ya tuvo que distanciarse el pasado mes de febrero. Duke ha sido identificado por la organización Southern Poverty Law Center como “la figura más reconocible de la derecha radical americana”, presume de haber acuñado el lema “América primero” que defiende Trump y promete apoyar “como nadie” sus propuestas legislativas. En una entrevista en NPR declaró que los votantes del republicano y los suyos son los mismos.

Los expertos coinciden en que la gravedad de la situación actual radica en que, por primera vez, los argumentos de grupos radicales minoritarios están siendo pronunciados por un candidato a la Casa Blanca. “Apoyan a Trump, pero su campaña es la que ha facilitado con sus propias acciones que esto ocurra”, dice Henry Fernández, investigador del Center for American Progress.

Durante años han sentido que el sistema político no les representaba y ahora se encuentran con un aspirante que repite aquello en lo que creen

Fernández habla de las referencias de Trump a los inmigrantes mexicanos como “violadores” —los grupos supremacistas asocian el crimen con la inmigración—, su promesa de cerrar las fronteras a los musulmanes —los nacionalistas defienden ser víctimas de un “genocidio blanco”— o la puesta en duda de la imparcialidad de un juez por descender de inmigrantes hispanos—Trump, descendiente de europeos, también menciona la “superioridad” de su herencia genética.

"Las declaraciones de Trump han inspirado a los supremacistas blancos a implicarse en el sistema político de una manera que no han hecho antes", explica Heidi Beirich, responsable de las investigaciones del Southern Poverty Law Center. "Y esa entrada en la corriente mayoritaria de ideas basadas en el odio y que hasta ahora eran rechazadas, tendrá un legado amplio y terrible".

Según Suhayda, “los nacionalistas blancos podrán actuar de manera inteligente para aprovechar” la victora del republicano y su campaña es una muestra de que “nuestras posiciones”, en referencia a los valores de los supremacistas, "no son tan poco populares como quieren hacernos creer”. Tanto el Partido Republicano como Trump, aunque con menos contundencia, aseguran que no representan las ideas supremacistas. “Trump repudia a David Duke y seguirá haciéndolo”, dijo su portavoz.

Beirich afirma sin embargo que “no es creíble” que Trump no pueda impedir que los supremacistas le apoyen. “Es una relación mutua, Trump solo ha condenado una vez a un delegado que defendía lo mismo que él dijo anoche”, añade. “No recuerdo a ningún candidato en la historia reciente que haya mostrado este grado de racismo y xenofobia”.

Para el líder del Partido Nazi, su victoria sorprendería a todos los que pensaban que “la clase trabajadora blanca ha perdido la esperanza” de que un político volviera a representar sus intereses. “Durante años han sentido que el sistema político no les representaba y ahora se encuentran con un aspirante que repite aquello en lo que creen”, dice Beirich. “Ven que la política ha regresado a ellos, como si siempre hubieran tenido razón”.

Según la investigadora especializada Sophie Björk-James, de la Universidad de Vanderbilt, los grupos de supremacistas blancos se han centrado en las últimas décadas en reinventar su marca y mejorar su respetabilidad. “Ellos ven a Trump como un símbolo de la entrada de conceptos nacionalistas en la campaña nacional”, explica. “Es el momento que estaban esperando durante años”.

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