Tim Farren, elegido nuevo líder del Partido Liberal Demócrata

El Partido Liberal Demócrata, socio del Gobierno de coalición del conservador David Cameron en la pasada legislatura y hoy cuarta fuerza (por detrás de los laboristas y los nacionalistas escoceses) en el Parlamento británico, ya tiene nuevo líder. El diputado Tim Farron, expresidente del partido centrista y uno de los únicos ocho diputados que han conservado su escaño después de las elecciones del pasado 7 de mayo, se ha impuesto por 13 puntos a Norman Lamb, su rival en las primarias celebradas este jueves.

La victoria de Farron (Preston, Lancashire,1970), que siempre fue por delante en los sondeos, no ha sorprendido a nadie. Lamb, que ocupó diversos cargos en el anterior Gobierno de coalición, no ha logrado sacudirse el sambenito de candidato de la continuidad para un partido que busca una redefinición después del dramático castigo electoral que sufrieron tras su experiencia de Gobierno y que provocó la inmediata dimisión del anterior líder, Nick Clegg, vice primer ministro del Gobierno hasta el pasado mes de mayo.

“Este es un país liberal”, ha escrito Tim Farron en Twitter poco después de que el partido anunciara su victoria a través de la misma red social. “Nuestro trabajo ahora es convertir a millones de liberales a lo largo de todo el país en liberales-demócratas”.

Situado más bien a la izquierda, dentro de las dos sensibilidades que conviven en el partido centrista, Farron votó en contra de algunas de las leyes más polémicas del anterior Gobierno. Incluida la de las tasas universitarias, que supuso la ruptura de una importante promesa electoral de su partido y que pudo ser clave en la pérdida en las últimas elecciones del voto joven que les aupó al poder hace cinco años. Casado y padre de cuatro hijos, Farron es un hombre de fuertes valores cristianos, que le llevaron a abstenerse en la votación de la ley sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Obtuvo por primera vez su escaño en el Parlamento en 2005, después de perder tres veces. Ahora se enfrenta al colosal reto de recomponer un partido hecho añicos después de haber sufrido el peor resultado electoral desde que se fundó, con la unión en 1988 del Partido Social Demócrata y el Liberal.