Miles de personas exigen la dimisión del primer ministro de Macedonia
La oposición anuncia una acampada "indefinida" ante la sede del Gobierno
Miles de personas han salido este domingo a las calles de Skopje, capital de la Antigua República Yugoslava de Macedonia (FYROM, en sus siglas inglesas), para exigir la dimisión del primer ministro del país, Nikola Gruevski, salpicado por un caso de escuchas ilegales en medio de una crisis que se agravó el pasado fin de semana con choques armados que causaron una veintena de muertos.
Los manifestantes, con banderas de Macedonia y Albania -una cuarta parte de los dos millones de habitantes del país balcánico son de etnia albanesa-, han recorrido las calles al grito de "¡victoria!" hasta concentrarse frente a la sede del Gobierno. El principal líder de la oposición, el socialdemócrata Zoran Zaev, aseguró antes de iniciarse la manifestación que "las protestas proseguirán". "Unos 4.600 activistas, la mayoría jóvenes, dicen que se van a quedar, aunque no lo haga nadie más. Por eso hemos decidido quedarnos también", ha explicado Zaev, cabeza de la Unión Social Demócrata de Macedonia (SDSM).
Zaev ha propiciado la publicación de una serie de escuchas realizadas supuestamente por orden del Gobierno de Gruevski a 20.000 opositores, aliados, periodistas, jueces y otras personalidades a lo largo de sus nueve años en el poder. En ellas se apunta al control ejercido por el Gobierno sobre los medios de comunicación, los tribunales y los procesos electorales.
Gruevski sostiene que estas grabaciones las realizaron espías extranjeros y que han sido manipuladas y Zaev está siendo procesado por "violencia" contra el Estado. Además, el partido de Gruevski, la Organización Revolucionaria Macedonia Interior-Partido Democrático para la Unidad Nacional Macedonia (VMRO-DPMNE), ha convocado su propia contramanifestación para la tarde de este lunes.
"No tengo intención de dimitir ni de aceptar un gobierno interino. Echarse atrás sería una cobardía. Me enfrentaré a los ataques", afirmó este sábado Gruevski en declaraciones a la televisión progubernamental Sitel TV.
Este conflicto ha despertado el temor a una desestabilización del país, que ya estuvo al borde de la guerra civil tras el surgimiento en 2001 de una insurgencia albanesa. Diplomáticos occidentales están intentando mediar para lograr una solución, aunque han cuestionado las credenciales democráticas del Gobierno de Gruevski con su reciente giro hacia la derecha nacionalista.
La crisis que sacude al país estalló el pasado fin de semana con graves enfrentamientos que costaron la vida a 22 personas, ocho de ellas policías y el resto, presuntos integrantes de un grupo armado o terrorista que se mantuvo atrincherado durante 48 horas en la localidad de Kumanovo -de mayoría étnica albanesa-, situada a 40 kilómetros al norte de la capital macedonia y cercana a la frontera serbia.
El Gobierno de Skopje agita el fantasma de la intervención extranjera en el país y ha atribuido los incidentes a antiguos milicianos del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK, en sus siglas albanesas). La oposición a Gruevski ha destacado la coincidencia del suceso con una momento de fuerte presión sobre el Gobierno.
La OTAN, que evitó que Macedonia cayera en una guerra civil en 2001, ha solicitado una "investigación transparente" de los hechos. La Comisión Europea también ha expresado su preocupación por la situación en FYROM, el nombre técnico con que se conoce a Macedonia dado que el contencioso entre Atenas y Skopje sobre el uso del nombre histórico aún no se ha resuelto.
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