Segunda condena de cárcel contra Navalni, el gran crítico de Putin
El tribunal suspende la pena del opositor pero envía a su hermano a prisión
Alexéi Navalni, el principal opositor al presidente ruso, Vladímir Putin, ha sido declarado culpable de fraude a dos empresas y condenado a tres años y medio de prisión. Quedará en libertad condicional, lo que significa que, si no comete otro delito, no irá a la cárcel. Junto con el líder de la oposición extraparlamentaria se ha sentado en el banquillo su hermano Oleg, que fue sentenciado también a tres años y medio que, él sí, tendrá que cumplir en prisión. Navalni sostiene que el juicio tiene carácter político, y la defensa ya anunció que apelará.
Esta es la segunda pena condicional que recibe Navalni, que desde febrero se encuentra en arresto domiciliario con una condena de cinco años de cárcel por el robo de 100.000 metros cúbicos de madera, cuyo valor ascendía a más de un millón de euros. Hoy mismo, el opositor intentó asistir a una manifestación en protesta por la segunda sentencia en su contra, y la policía lo detuvo y devolvió a su casa.
Navalni, de 38 años, asegura que sufre una persecución política. El Departamento de Estado de Estados Unidos expresó este martes su inquietud a este respecto y consideró que la decisión judicial persigue “castigar” el activismo político en el país. Los defensores de derechos humanos denuncian el uso selectivo de la ley contra los enemigos del régimen, recurriendo en muchas ocasiones a delitos económicos. El caso más famoso es el de Mijaíl Jodorkovski, que fue amnistiado por Putin el año pasado y que ha preferido instalarse en el extranjero, pues teme ser encarcelado nuevamente. Otros opositores, como el ex campeón mundial de ajedrez, Gari Kaspárov, se han librado de la cárcel, pero han emigrado.
Navalni se hizo popular gracias a campañas anticorrupción y lideró varias protestas multitudinarias contra Putin hace tres años. En 2013 fue candidato a alcalde de Moscú y quedó segundo, con el 27,24% de los votos.
La crisis de Ucrania ha sido una dura prueba para él, puesto que muchos rusos han interpretado su posición prooccidental como antipatriótica. Navalni, conocido en el pasado por su discurso nacionalista, ha mantenido una actitud ambigua ante la anexión de Crimea. En un artículo publicado el 19 de marzo en The New York Times titulado ¿Cómo castigar a Putin?, recomendaba sanciones contra el círculo cercano al Kremlin y hablaba de “invasión” de Rusia, lo que decepcionó a sus partidarios nacionalistas. Más tarde, cambió de discurso y declaró que, si fuera presidente, no devolvería Crimea a Ucrania, lo que provocó críticas de sus seguidores liberales. Mientras, la popularidad de Putin ha alcanzado su nivel más alto. Navalni reaccionó este martes con indignación a la condena de su hermano menor y, según su secretaria de prensa, le gritó a la jueza: “¿No le da vergüenza? ¿Por qué lo encarcela? ¿Para castigarme aún más a mí?”. Más tarde, en el microblog de sus seguidores comentó: “De todas las sentencias posibles, esta es la más canalla”.
La sentencia impone, además, una multa de 500.000 rublos (7.240 euros) a cada hermano y la devolución de 4,4 millones de rublos a una empresa de procesamiento de pagos electrónicos. Navalni estaba acusado de robar 26,7 millones a la filial de la firma Yves Rocher de Vostok y de blanquear otros 21 millones.
Para Alexéi Venedíktov, redactor jefe de la radio liberal Eco de Moscú, en el caso Navalni “hay mucho más política que justicia”. Según Venedíktov, el hermano del opositor se ha convertido en un rehén que mantendrá atado al principal enemigo de Putin. Al mismo tiempo, Venedíktov considera que si Navalni se salvó de la cárcel fue también debido a Putin, que reaccionó indignado cuando fue puesto tras las rejas en 2013 y exigió que lo dejaran en libertad condicional
Cientos de detenciones
Unas horas después de la sentencia en su contra, Alexéi Navalni fue detenido frente al céntrico hotel Ritz Carlton de Moscú, donde se había unido a un grupo de sus partidarios para dirigirse a la plaza del Manezh, frente al Kremlin y participar en una manifestación no autorizada contra el acoso que considera que sufren él y otros miembros de la oposición contraria al presidente Vladímir Putin. Los policías lo devolvieron a casa, donde debe cumplir arresto domiciliario.
Hasta 18.000 personas habían anunciado en Facebook su asistencia a la concentración, pero el frío de 15 grados bajo cero redujo la afluencia a unas 1.500 personas, según la agencia Interfax.
Más de un centenar de manifestantes fueron detenidos. “Putin fuera”, “Año Nuevo sin Putin”, “Nosotros somos el poder” y “Vergüenza” fueron algunos de los mensajes coreados. La policía antidisturbios disolvió la concentración cerrando una cadena humana sobre ella y procedió a las detenciones. Protestas similares se celebraron en San Petersburgo y en Yekaterimburgo (en los Urales).
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