EE UU niega que los yihadistas abatieran la aeronave de la coalición

El Comando Central Militar estadounidense ha negado que el Estado Islámico (EI) derribase ayer un avión militar jordano que participaba en la operación multinacional contra el grupo yihadista en el norte de Siria. El Comando central --que supervisa las operaciones de la coalición en la zona-- confirma en un comunicado que los islamistas capturaron a Moaz Kasasbeh, el joven piloto jordano a los mandos del aparato que cayó a tierra, pero sostiene que las “pruebas indican claramente” que el caza no fue derribado. No explica, en todo caso, las causas del incidente.

Mientras, el Estado Islámico sostiene que derribó el avión en las cercanías de la ciudad de Raqqa, considerada la capital del califato que han declarado estos radicales en parte del territorio iraquí y sirio. Afirman que para ello emplearon un misil termoguiado.

El Parlamento de Jordania ha emitido este jueves una declaración en la que exigen la liberación del piloto retenido y advierten al EI de "graves consecuencias" si sufre algún daño. No hay ningún dato sobre el estado del piloto. La familia del piloto, un subteniente de 26 años, ha hecho pedido a los yihadistas que le traten como "hermanos musulmanes" y velen por su vida. En un vídeo hecho público por los medios locales, el padre de Kasasbeh pide clemecia para su hijo y solicita al EI que le traten como a "un invitado". "Vosotros sois musulmanes y él es un hermano musulmán que reza todas las oraciones y ayuna en el mes de Ramadán", dijo.

Ayer, los yihadistas hicieron públicas fotos en las que se ve a varios de sus milicianos custodiando al piloto y con restos del aparato. Aseguran que capturaron al aviador tras derribar el caza con un misil termoguiado cerca de la ciudad de Raqqa, la capital de su califato, mientras participaba en una misión de la coalición internacional contra el Estado Islámico, liderada por EE UU. El Gobierno jordano confirmó que el piloto había sido capturado, pero no aclaró por qué se fue al suelo el avión.

Hoy, EE UU ha querido atajar el temor de que los yihadistas cuenten con armamento suficientemente sofisticado como para derribar un avión –hasta ahora solo habían logrado abatir helicópteros. En una nota, el Mando Central del ejército estadounidense, desmiente el derribo del F-16, el primer avión de combate que ha perdido la coalición desde que comenzase sus operaciones en septiembre. Condena, y confirma, el hecho de que el joven teniente haya sido hecho prisionero, aunque asegura que “las pruebas claramente indican que el EI no derribó el avión, como asegura la organización terrorista”. Advierte, finalmente de que no tolerará “los intentos del EI de tergiversar o utilizar el desafortunado accidente para sus propósitos”.

EE UU lanzó una operación de rescate en cuanto conoció el accidente, pero el piloto había sido ya capturado antes de que pudiese ser rescatado, declaró a Reuters un oficial estadounidense bajo condición de anonimato.