8 fotosVivir o morir en Estados UnidosTestimonios de niños migrantes en un albergue en MéxicoSaúl Ruiz MataSaltillo - 29 jun 2014 - 03:54CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceDenise (nombre falso) tiene 10 años, le gusta leer todo lo que encuentra a su paso y sueña con la comida de EEUU. Viaja con su tía. Son hondureñas , es decir, proceden de un país con un gasto sanitario per cápita 42 veces menor que EEUU y una tasa de homicidios casi 20 veces superior. Y no parece que les asuste la deportación. En Estados Unidos ven simplemente un mundo mejor, donde estudiar o trabajar. “En lo que sea, amigo”, subraya la tía de Denise. Casa del Migrante. Saltillo, Coahuila. México. 23 de junio, 2014.Saúl RuizFranzua (14 años, Esquipulas, Guatemala). No deja de sonreír. Aunque no tenga dinero, ni sepa inglés, este muchacho guatemalteco de 14 años no pierde la esperanza de llegar a Estados Unidos y huir de la miseria. "Si he venido hasta aquí, tengo que salir adelante. He sufrido mucho, ¿sabes?”. Casa del Migrante. Saltillo, Coahuila. México. 23 de junio, 2014.Saúl RuizCarlos (16 años, Honduras). A sus 16 años, Carlos habla con aplomo, sin estirar las frases. En el patio, se machaca con las pesas. Quiere entrar en Estados Unidos para “ganar dinero”. Atrás deja una áspera vida entre cafetales y frijolares, una habitación compartida con su hermano y algunos vídeos romanticones de Romeo Santos y Enrique Iglesias. Dice que no se lo quiere pensar mucho, que lo suyo, ya llegados al norte de México, es contactar con el coyote “de confianza” y cruzar la frontera. Ha leído que a los menores no les dan asilo, pero no le importa. Quiere dejar atrás la miseria y la violencia de Honduras; trabajar en la construcción o donde pueda. Tampoco importa mucho en qué: “Necesito llegar ahí para ser algo; y si me deportan, lo volveré a intentar”. Casa del Migrante. Saltillo, Coahuila. México. 25 de junio, 2014.SAÚL RUIZFernando (15 años, El Salvador). Fernando, salvadoreño, de 15 años, tiene cicatrices de su viaje. De cuando cayó de La Bestia y fue arrastrado por el convoy. Pero ni la caída le hizo dudar de su propósito: saltar la frontera de Estados Unidos de la mano de un coyote. “Estoy dispuesto a trabajar en cualquier cosa”, afirma. Casa del Migrante. Saltillo, Coahuila. México. 25 de junio, 2014.Saúl RuizMarbely (7 años, Honduras). La pequeña hondureña dice que sabía inglés, pero que se lo olvidó. También asegura que nació en Nueva York y que su mamá, nada más llegue a Estados Unidos, construirá una casa y se podrá a trabajar. Marbely tiene siete años. Casa del Migrante. Saltillo, Coahuila. México. 25 de junio, 2014.SAÚL RUIZYeison (13 años, Honduras). Casa del Migrante. Saltillo, Coahuila. México. 25 de junio, 2014.SAÚL RUIZNiña hondureña peina el cabello de un compañero de viaje en la Casa del Migrante. Saltillo, Coahuila. México. 25 de junio, 2014.Saúl RuizNiños hondureños juegan fútbol en la Casa del Migrante. Saltillo, Coahuila. México. 25 de junio, 2014.SAÚL RUIZ