Los pasajeros del vuelo MH370
Mientras la búsqueda del avión sigue sin resultados, empiezan a emerger detalles sobre las vidas de algunos viajeros
Diez días de investigación y rastreo de una amplísima zona no han permitido avanzar en la búsqueda del vuelo MH370 de Malaysa Airlines desaparecido el pasado 8 de marzo. Mientras el recelo a la hora de compartir información militar entre los países involucrados en las investigaciones dificulta las operaciones, emergen más detalles sobre las identidades y las vidas de los pasajeros a bordo de aquel avión. En el desaparecido vuelo MH370 viajaban 239 personas (227 pasajeros y 12 miembros de la tripulación), por un total de 15 nacionalidades. 50 de ellos eran malasios —los miembros de la tripulación y 38 pasajeros— aunque 152 chinos representaban la nacionalidad dominante entre los ocupantes del avión. Había, además, seis ciudadanos australianos, dos canadienses, cuatro franceses, un ciudadano de Hong Kong, cinco indios, siete indonesios, dos iraníes (Pouri Nourmohamadi y Delavar Mohamadreza de 18 y de 29 años, que viajaban a Europa con pasaportes robados en Tailandia a un ciudadano austriaco y a un ciudadano italiano), un holandés, dos neozelandeses, un ruso, un taiwanés, dos ucranios y tres estadounidenses.
Los perfiles de algunos de ellos se han ido conociendo a lo largo de los últimos días:
Yuchen Li
Yuchen Li, ingeniero chino de altos vuelos, terminó a finales de 2013 un doctorado en la universidad británica de Cambridge. Acababa de ser contratado por una empresa de Pekín, según un información confirmada por la propia universidad, que explica además que Li se casó hace poco y que su esposa, Mingei Ma, no se encontraba en el avión. “Yuchen tenía muchísimo talento y perspectivas de emprender una brillante carrera”, ha declarado un portavoz de Cambridge a la cadena británica BBC. Antes de mudarse a Reino Unido, Li estudió ingeniería civil en la Universidad Tsinghua de Pekín.
24 artistas chinos
Un grupo de 24 artistas chinos procedentes de distintas regiones del país y sus cinco acompañantes volvían de una visita a una exposición en Kuala Lumpur. Entre ellos estaba Lou Baotang, de 79 años, el más anciano de los pasajeros, cuyas caligrafías han sido incluidas en varias publicaciones chinas y occidentales. También Zhao Zhao Fang, de 73 años, calígrafo y profesor jubilado, estaba en el Boeing 777 de Malaysa Airlines.
Tres parejas australianas
“Rumbo a China”. Son las últimas palabras que Catherine Lawson escribió en su página de Facebook antes de embarcar en el vuelo MH370 con su marido Robert. La pareja, ambos de unos cincuenta años, procedía de Springfield Lake (Australia). Sus amigos, entrevistados por el periódico británico The Guardian, les describen como “viajadores apasionados”. Padres de tres hijas, el hermano de Robert, David, ha explicado a la agencia Associated Press que habían planeado su viaje con sus amigos Mary y Rodney Burrows, de Middle Park, también entre los pasajeros del vuelo. Los vecinos de esta pareja, Mandy Watt y Don Stoke, les definen en sus declaraciones a la cadena estadounidense CNN como grandes trabajadores, padres de tres “exitosos y felices” hijos. Rodney Borrows había planeado su viaje a China tras haber sido despedido el año pasado, informa AP.
Los otros dos ciudadanos australianos presentes en el aparado eran Li Yuan y Gu Naijun, de 32 y 31 años respectivamente. De origen chino, se conocieron en Sidney. Vendieron hace poco su casa de Sylvania, 30 kilómetros al sur de la metrópoli australiana, y pasaban la mayor parte de su tiempo en China.
Ju Kun
Experto en artes marciales y especialista de escenas de riesgo, Ju Kun, de 35 años, participó en películas como The Grand Master y El reino prohibido, en la que actúan estrellas del género como Jackie Chan y Jet Li. Tenía programado empezar a trabajar en las grabaciones de la serie Marco Polo patrocinada por la página de televisión en streaming por Internet Netflix, que lo ha definido como “un gran talento, parte integrante del equipo de producción”.
Paul Weeks
La cadena estadounidense CNN cuenta que Paul Weeks dejó en su casa su alianza y su reloj antes de mudarse a Mongolia, donde iba a empezar a trabajar en una mina. Weeks, uno de los dos neozelandeses a bordo del vuelo MH370, le dijo a su mujer Danica que los dejara a sus hijos “si pasa algo”. Ella sigue aguardando su vuelta: “Espero, espero”, repite.
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