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El pan y las tortas

Lluís Bassets

El pan: Bachar el Asad accederá a la entrada de los inspectores de Naciones Unidas, entregará las armas químicas y se verá arrastrado a una negociaciones de paz que conducirán a ceder el poder a un gobierno provisional. La guerra civil terminará y el dictador y su entera familia se exiliarán a Rusia. La comunidad internacional aprovechará la experiencia de Irak para no repetir en Siria los errores allí cometidos en la reconstrucción, como desmontar el Estado y el Ejército. Será la oportunidad para incluir a Irán y entrar en negociaciones fiables sobre sus armas de destrucción masiva. Si se quiere continuar el cuento de la lechera se puede añadir la esperanza de una pacificación de la región, que facilitaría incluso la paz entre israelíes y palestinos.

Las tortas: Bachar el Asad evita el ataque aéreo de Estados Unidos y aprovecha la dilación diplomática para vencer a los rebeldes y controlar todo el territorio con las armas que le suministran rusos e iraníes. Despacha en cuanto puede a los inspectores de Naciones Unidas y rompe las negociaciones de paz. Endurece la dictadura. Su ejemplo estimula el programa nuclear iraní y ensancha los márgenes de acción de Moscú. EE UU se encuentra de nuevo en la tesitura de atacar o dar por perdidas sus palancas en la región. Israel fia a su propia capacidad militar y al apoyo de Washington en la distancia para mantener su seguridad en la nueva etapa, con una Siria instalada en la fragmentación y el sectarismo. Y quizás ataca a Irán.

Rusia ha entrado en escena con una capacidad de iniciativa y un protagonismo que evocan los tiempos de la guerra fría, todavía añorados por algunos de sus espías y diplomáticos. Según la versión más difundida, el Kremlin se acogió a un sarcasmo de John Kerry, en el que el secretario de Estado admitió que había remedio para el ataque contra El Asad: "Seguro que sí, podría entregar todas y cada una de sus armas químicas a la comunidad internacional la semana próxima —entregarlas todas y sin retraso—, pero no lo va a hacer y además no se puede hacer", dijo. Y no sospechaba que, en cosa de horas, Siria anunciaría su intención y Putin y Obama su luz verde para hacerlo.

La vía diplomática, tan súbitamente emprendida, permite a Obama salvar la derrota que se preparaba en el Congreso. Se ha sabido luego que ya trató con Putin hace más de un año el grave problema que significa el arsenal químico de Siria, país que no ha firmado el convenio de destrucción de tal tipo de armas y al que se considera la tercera potencia mundial en esta tenebrosa espacialidad, detrás de EE UU y Rusia, potencias firmantes que cuentan con programas de eliminación pero todavía no los han concluido.

Es difícil creer que el último quiebro diplomático de Washington sea fruto de una decisión estratégica de la Casa Blanca y no resultado de la astuta diplomacia rusa, que vio una ventana de oportunidad para evitar el ataque y erigirse en el árbitro del conflicto, lanzando a la vez un cable al presidente de EE UU del que deberá estar agradecido.

Se sabe de tiempo que Obama no es un presidente transformacional, pero sí lo es el actual momento y lo son las difíciles circunstancias de la crisis siria. La organización de NN UU, a la que se da siempre por fallecida, acaba de recibir un balón de oxígeno. También sacan buena tajada Rusia e Irán, o mejor dicho, Putin y Rohani.

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Es difícil imaginar las consecuencias para la presidencia de Obama. No pueden ser buenas. No sale debilitado tan solo el presidente, sino los propios poderes presidenciales y los márgenes de acción de EE UU en el mundo. Europa hace tiempo que no entra en los balances, pero su camino es el del desentendimiento, una forma de aislacionismo gemelo del estadounidense. Este balance quedaría compensado si tuviéramos la certeza de que todo esto conduce al final de la guerra siria y que serán panes y no tortas lo que sacaremos, aunque fuera con mucho provecho para Putin y escaso para Obama.

Comentarios

Se ha estado diciendo durante mucho tiempo, pero nadie parecía hacer caso: desde la independencia de Kosovo, Rusia volvió a desconfiar por completo de Occidente y su nivel diplomático subió a niveles de la URSS. Ya no se puede descontar el factor ruso, por mucho que a los autodenominados demócratas occidentales les disguste.
Obama, un gendarme-mamporrero de baja intensidad. Con drones asesinos, lo que quieras, pero con invasiones, se achanta. Por lo demás, el ataque con gas estaba milimétricamente calculado, no sé por quién o quiénees, pensado más, quizás, como acelerante de la resolución del conflicto por la vía pacífica que para aumentar su poder destructivo, paradójicamente. Qué no nos sorprenderá en el arte del matar, que no otra cosa es la guerra. Y al final firmarán hasta un convenio bilateral de buen entendimiento Obama y el asesino sirio, que ya sería el acabose de este esperpento dantesco, que da hasta la risa si no fuera por que hay personas inocentes muriendo para que puedan encajar las estrategias de unos y otros. Vamos, lo de siempre.
Siria forma el eslabón más amenazante al estado israelí del llamado eje de la resistencia con los otros jugadores Irán y Hezbollah. Romper este eslabón facilitaría acabar con el resto. Esto es el primordial objetivo de los imperialistas norteamericanos y los que añoran a su pasado colonialista, Francia y Bretaña además de los entusiastas aliados en la región particularmente Arabia Saudi, Qatar, Turquía e Israel. Mantener la hegemonía militar israelí es, obviamente, su misión desde que crearon a este estado tan peculiar y ajeno a la región.Siria aunque se le critica por ciertos árabes el no haber enfrentado a Israel desde hace casi cuarenta años, ha sabido siempre buscar a otros actores a los que apoyaron para enfrentarse y ganar al “invencible” ejército israelí. Israel fue expulsado en 2002 del sur del Líbano, y militarmente perdió la guerra con Hezbollah en 2006 y su población sintió la guerra en sus ciudades, y no como lo habían vivido hasta entonces en tierras de vecinos países árabes. El arsenal químico sirio es para neutralizar el arsenal israelí de armas de destrucción masiva (entre 200 y 400 cabezas nucleares, químico, fósforo blanco como de uranio fundido) proporcionados por los Estados Unidos. Aunque se presiona Israel para no declarar nada y estar al margen del conflicto sirio, resulta que hace pocas horas había declarado que intervendría militarmente en Siria si la propuesta rusa no resulte seria y no se desmantele todo su arsenal químico. Esto hace sospechar que toda esta manifestación pre -bélica es a favor de Israel y es una clara señal para quienes pretenden amenazar su seguridad. Obama como Aquí está el verdadero objetivo de toda esa demora en poner fin al conflicto. Ha llegado la hora después de la fabricación del uso de armas químicas, de proceder a los mismos pasos a los que recurrieron los responsables del crimen de la agresión contra Irak, acusar al régimen de la masacre y culparle si no por ser el responsable del uso de armas químicas por lo menos no poder controlar su almacenamiento. Curiosamente, hasta el momento los asignados inspectores de la ONU no han entregado su veredicto sobre su naturaleza y autoría, pero las acusaciones han señalado al régimen de ello.Ahora que se han descubierto todos los papeles del juego, resulta obvio pensar que Siria es el escenario de la nueva guerra fría, entre jugadores de los cuales unos han perdido poder del que viene ostentando desde la Segunda Guerra Mundial, otros lo recuperan desde que lo perdieron al desmembrar la URSS y terceros que lo han ganado paso a paso más bien en el aspecto económico. El mundo no es el mismo que hace 22 años. Ya no se acepta la unipolaridad y el papel de gendarme estadounidense. Para que haya paz en la región debe, ante todo, resolverse el tema palestino: levantar la ocupación; reconocer al estado palestino; indemnizar a los refugiados que no quieran volver a Palestina; eliminar todo el arsenal de armas de destrucción masiva en la región comenzando por el israelí; obligar y condenar a Israel cada vez viole las normas internacionales y lo más importante, respetar la soberanía de todos los países, incluido Irán. Pero lamentablemente la política es un juego sucio de los más poderosos y lo que predomina son los intereses de estos.De momento el partido sigue en el tiempo reglamentario y los goles los marcarán Putín y Obama.
Sospecho que Obama es un tipo realmente inteligente. Eso, en general, conduce a la incertidumbre y a menudo a la inacción. Supongo que se le recordará por la reforma sanitaria pero no como el gran militar que no dudó en enviar misiles para castigar a un sátrapa matando a unos cuentos sirios, algunos perfectamente inocentes, para demostrar así que USA es una gran nación con un gran garrote que no tolera las armas químicas, pero que no sabe cómo demonios acabar con esa guerra en la que no tiene ni arte ni parte. Si viviera en EEUU estaría bastante contento. Eso de la "Pax americana" cuando implica ir a una guerra en la que no se saben cuáles son los malos y cuáles los peores, es algo para ahorrarse. Además, si lo hiciera, no creo que hubiera ni un árabe que se lo agradeciera en público. En fin. La tragedia de la inteligencia.
Puede ser, Thiebault. A más inteligencia, más dudas. Al final lo que define la acción es el carácter, la habilidad. Maquiavelo: "el príncipe ha de ser astuto como una raposa contra los leones, y un león contra los lobos". Maquiavelo es un mazazo todavía hoy para las mentes, pues dibuja la política tal como es, en vez de cómo quisiéramos que fuera. Por algo en su época fue tan denostado: demostró la hipocresía intrínseca al ejercicio del poder. Algo a lo que Obama está probando como lo que es: amarga hiel. Por algo muchos políticos se vuelven maestros en el cinismo.
Si la paz lleva como consecuencia a la debilitación de Obama y Estados Unidos de América, serán sin duda un mal menor, sobre todo cuando hay tantas vidas humanas en juego. Esperemos que Rusia participe en más conflictos internaciones si eso obliga a aplacar el imperialismo voraz norteamericano y la expresión de su industria armamentística. Pero si Rusia alza la voz sin duda es porque tiene a China detrás apoyando todas las decisiones de Putin. Los tiempos de la Guerra Fría sin duda hace tiempo que están instalados, pero es la China que parece enmudecer la que mueve los hilos de la diplomacia rusa.Esperemos que Obama sea sensato y pase a la historia como un Presidente que se negó a actuar en Siria y provocó la transición al derrocamiento del genocida Asad con la colaboración de Naciones Unidas. No sería del todo extraño que por evolución histórica los presidentes norteamericanos vivieran un proceso de pacificación y sofisticación en su política exterior. Esto no sería entendible para aquellos que defienden la democracia con bombardeos, pero sí para aquellos otros que no piensan que el fin justifique los medios, por otra parte, la mayoría de la población occidental.
Herencia 'positiva' de Irak: ni Obama quiere acabar como Bush ni El Asad quiere acabar como Sadam. Quizás por eso uno arrastra los pies antes de intervenir y el otro acelera los suyos para evitarlo.
¿Obama quiere acabar como Bush? ¿Ah, sí? Pues Bush tiene 20 puntos de ventaja en los sondeos, y si la cosa continúa como va, Obama terminará viviendo en la perrera. ¿Nadie cae en cuenta de por qué Obama quiere bombardear Siria? Pues es claro (si uno lee inglés y se preocupa por averiguar la verdad.) Obama está hundido en escándalos. Desde el contrabando de armas a los narco carteles de México, el famoso Fast and Furious que entregó 2 mil rifles militares a los narcos, y terminó matando a personal fronterizo, al escándalo de Benghasi, el escándalo del abuso de los derechos constitucionales de personas del Tea Party por IRS, al escándalo del ObamaCare que va de mal en peor tanto que los sindicatos tienen bronca con la Obama, al escándalo de Siria, y el de los musulmanes de las bombas en NY, etc, etc, y etc. No hay necesidad de inventarse bellezas de Obama que son más falsas que los agravios de Madrid a los catalanes. El interés de Obama es de levantar la niebla de la guerra para que le tape las miserables políticas que han hecho daños zapateriles a sus mismos seguidores. Quiere tapar su absoluta incompetencia.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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