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Erdogan advierte de que no cederá a las presiones de “grupos extremistas”

Después de los duros enfrentamientos de ayer, esta tarde también hay convocadas protestas

Foto: atlas | Vídeo: MURAD SEZER

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha advertido que no cederá a las presiones de "los grupos extremistas", en sus primeras declaraciones en público sobre las protestas de estos días en Estambul. "La policía estaba en Taksim ayer, estará hoy y estará también mañana. Taksim no puede ser un sitio donde grupos extremistas campan sin control", ha señalado. Erdogan, del que se ha pedido su dimisión por estos incidentes, también ha admitido que podría haber habido un mal uso del gas lacrimógeno y ha señalado que el Ministerio del Interior y el Gobernador de Estambul han iniciado una investigación. "Pido a los manifestantes que cesen estas acciones inmediatamente", ha añadido el primer ministro en un discurso por televisión.

La violencia apenas cesó en Estambul durante la noche y agentes antidisturbios y grupos de manifestantes seguían enfrentados al menos a las cinco de la mañana de hoy. Algunos grupos de jóvenes lanzaban botellas de vidrio y piedras a los policías, que respondían con cargas, vehículos con cañones de agua y disparos de latas de gas lacrimógeno. Residentes de las zonas afectadas hacían ruido con cazos y sartenes desde sus ventanas en apoyo a los manifestantes. Horas antes, hubo también cargas policiales en la céntrica plaza Taksim, sin que aparentemente hubiera provocación previa por parte de los manifestantes. Y las calles del centro de la ciudad amanecieron hoy llenas de restos de botellas rotas, piedras y latas de gas lacrimógeno y muchos comercios seguían cerrados.

También esta mañana temprano, al menos varios cientos de personas trataron de cruzar desde el lado asiático de Estambul al europeo para unirse a las protestas a través de uno de los puentes sobre el Bósforo, que no está abierto a los peatones. La policía no les permitió a estas personas internarse en la ciudad tras el puente pero residentes en el lado asiático han convocado otra marcha para esta tarde.

Miles de personas participaron ayer en las protestas, que provocaron más de 100 heridos, según fuentes médicas. Informaciones sin confirmar mencionaban dos personas muertas debido a la acción policial. Solo durante la mañana, la policía detuvo a más de 60 personas, según cifras oficiales.

Las protestas surgieron tras la violencia policial contra un pequeño grupo de manifestantes que, desde el lunes pasado, protestaban contra el derribo de un pequeño parque en el centro de Estambul. Cada día, la represión policial aumentó y el número de manifestantes creció y atrajo también a políticos en la oposición y personalidades de la cultura. Hasta que las quejas por el parque se convirtieron en una protesta mucho mayor contra el Gobierno, que explotó en violentos enfrentamientos anoche cuando la policía usó cañones de agua y enormes cantidades de gas lacrimógeno para intentar evitar que la gente pudiera marchar hasta la Plaza Taksim.

"¡La gente que está protestando no son terroristas!", exclama Ebru, de 35 años y estudiante de posgrado. "La gente no, pero los otros, el Gobierno, sí se están comportando como tales", añade Sinan, un hombre de negocios de 36 años. Ambos están en una calle de Nisantasi, una zona lujosa más alejada de Taksim y donde la policía también ha usado gas lacrimógeno ayer y hoy.

"Yo me he unido hoy a las protestas tras ver los sucesos de ayer, he visto que no es algo pequeño y que no se va a acabar", comenta Sinan, que como muchos repudia la respuesta policial. "Es fascismo, (las autoridades) no saben lidiar ni con una historia pequeña por unos árboles y, además, los medios de comunicación turcos lo han ignorado y, mira, este tipo de acciones muestran que Turquía no es una democracia", añade mientras otras personas intentan bloquear la calle para evitar que la policía pueda volver a pasar. Más lejos, un grupo de personas ayuda a un chico que ha resultado herido en una carga policial. Ni Sinan ni Ebru quieren dar sus apellidos. "Nos da miedo", dice ella.

Muchos manifestantes lamentan que la mayoría de los medios generalistas turcos apenas hayan hecho referencias a las protestas y a las cargas policiales de ayer. Organizaciones defensoras de la libertad de expresión y de los derechos humanos han criticado repetidamente la actitud del Gobierno en este sentido.

El Comité para la Protección de los Periodistas señaló en diciembre que Turquía es el país del mundo con un mayor número de periodistas encarcelados, 49. Ayer, Human Rights Watch y Amnistía Internacional condenaron el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía.

Participantes en las protestas señalan que el Gobierno se está comportando de forma cada vez más autoritaria y que la violenta respuesta policial a la manifestación en el parque fue "la última gota que ha colmado el vaso".

Hay varias marchas y manifestaciones previstas para hoy más tarde en Estambul, en las principales ciudades de Turquía e incluso en otras ciudades europeas con una población turca significativa. Por su parte, Ebru y Sinan aseguran que, aunque se han unido hoy, van a seguir manifestándose mientras duren las protestas.

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