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La reinvención del mundo

Las cifras de 2011 serán famosas. Los años son como los seres humanos: hay muchos anodinos y grises y solo unos pocos consiguen permanecer en las memorias al menos para una larga época. Este que ahora termina ha hecho todos los méritos para merecer el recuerdo, con tanto o incluso mayor mérito que el que le precedió en envergadura, que fue 1989, el año de la caída del muro de Berlín y punto final al mundo bipolar y a la guerra fría.

Las imágenes emblemáticas de este año son las de los tiranos caídos, entre las que destacan la de Mubarak enjaulado y Gadafi detenido, linchado y sumariamente ejecutado. Los álbumes de fotos de los derrocados no pueden ser más sorprendentes, porque tuvieron las mejores compañías y amistades del universo y en un parpadeo se han visto arrastrados al exilio, la cárcel o la muerte.

Nada simboliza más plásticamente el tumbo que ha hecho este año: celebrados como parte de un paisaje inmutable todavía hace doce meses y ahora ya no están. Pero ninguna de estas imágenes de desposesión y deshonra consigue captar por sí sola el tamaño del cambio que alcanza a todo el planeta.

Algo más se aproximan las escenas del fin del mundo que nos proporcionó el tsunami de Japón, en el que centenares de cámaras nos ofrecieron un despliegue icónico nunca visto de humanos, casas, enseres y coches arrastrados y tragados como hormigas por las olas gigantes. El símbolo mayor y más abstracto de esa crisálida naciente es que Standard & Poors, una de las denostadas agencias de rating, haya quitado la máxima clasificación triple A a la deuda de Estados Unidos.

Y más. Estados Unidos ha ido dando una y otra vez con los límites de su fuerza, aun con la presidencia menos arrogante de su reciente historia: interiormente, en un bloqueo institucional que impide recortar su déficit astronómico e impulsar la creación de puestos de trabajo; exteriormente, en una obligada autolimitación de su poder, que abre huecos estratégicos y conduce en Libia a la primera guerra librada por la OTAN pero sin su liderazgo. Dirigir desde atrás: así ha quedado rotulada esta nueva conformación a una potencia más acotada. Más acotada no quiere decir impotente.

Osama Bin Laden, el jefe terrorista que lanzó su desafío hace diez años, cayó abatido por los soldados enemigos desembarcados en su escondite paquistaní, en una acción que refleja la derrota del yihadismo, descabezado de sus jefes y desbordado por la acción pacífica del islamismo político triunfante en las urnas: Washington se impone límites, pero sigue teniendo dientes y vaya sí sigue enseñándolos cuando conviene.

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Por una extraña inversión entre norte y sur, en el mismo momento en que mengua el terrorismo de la media luna que había atemorizado a las poblaciones europeas y americanas durante una entera década, resurge un terrorismo blanco y europeo, fruto de la siembra populista y xenófoba: jóvenes socialdemócratas fueron las víctimas de la matanza de Utoya en Noruega, y trabajadores inmigrantes, turcos sobre todo, los asesinados por una red de criminales neonazis alemanes; objetivos ambos privilegiados del odio y la denigración verbal por parte de la extrema derecha convencional europea.

La idea de cambio queda corta para expresar lo sucedido este año en que todo cambia. Y en que todo sucede a la velocidad de la luz, como si un acelerador hasta ahora desconocido estuviera impulsando cada una de las acciones que pretenden modificar la realidad. En doce meses se han acumulado tantos acontecimientos como en doce años.

Conocíamos estos acelerones de la historia, pero no podíamos sospechar hasta ahora que la aceleración pudiera tener explicaciones tecnológicas. Es lo que sostienen muchos expertos, apoyados en el papel que han jugado los teléfonos móviles y las tecnologías digitales en estos terremotos políticos. Las redes sociales, Twitter y Facebook sobre todo, han estallado en 2011 en número de usuarios y en relevancia en todos los ámbitos, pero han destacado como instrumentos de organización y comunicación vírica en los movimientos de los indignados o en las revueltas árabes.

También ha sido el año de la transparencia, algo que puede tener relación con la celeridad de los acontecimientos. Aunque la publicación de los papeles del departamento de Estado por Wikileaks y sus cinco socios periodísticos, EL PAIS entre ellos, se inició el año anterior, el 29 de noviembre, sus efectos y secuelas, incluidos los que ha tenido sobre la Primavera Árabe, pertenecen a 2011.Como sucede con los Papeles de Palestina, la filtración protagonizada por la cadena de televisión qatarí Al Yazira que dinamitó lo poco que quedaba del proceso de paz entre israelíes y palestinos.

Un mayor acceso a las informaciones y un incremento de la conectividad, debidos ambos a la tecnología, no pueden pasar sin consecuencias. El mundo de 2011 es especialmente reacio a la intermediación en cualquier actividad, política, económica o cultural. Los efectos eléctricos sobre las opiniones públicas y principalmente las nuevas generaciones, los nativos digitales ante todo, son fulminantes.

Nunca ha sido neutra la tecnología. Puede servir para hacer revoluciones y para sofocarlas, para mejorar la democracia o para liquidarla. Una guerra silenciosa y subrepticia, que puede suceder y vencerse sin que nadie lo perciba, se ha ido situando este año en el centro de la actividad militar. Los aviones teledirigidos y sin tripulación, los famosos drones o zánganos, se han convertido en los protagonistas en Afganistán, Yemen, Somalia, Gaza o Irán. Sirven para vigilar las instalaciones nucleares iraníes o para liquidar a un dirigente de Al Qaeda en los desiertos de la Península Arábiga.

Estados Unidos, mientras completa su retirada de tropas de Irak y prepara la salida de Afganistán, incrementa su actividad sigilosa en la región, incluida una guerra secreta contra Irán para obstaculizar su ascenso armamentístico y sus ambiciones atómicas. El despliegue tecnológico y el repliegue geoestratégico son la cara y la cruz de la superpotencia americana, desgastada por el decenio de guerra global contra el terror y carcomida por el peso de la deuda y del déficit públicos, en buena medido fabricados por la fracasada ambición neocon de cambiar el mundo por la fuerza de los ejércitos.

Este es el año en que se ha concretado la debilidad de Estados Unidos en Oriente Medio después de la pasada década de intensa presencia militar. Su geometría de alianzas ha quedado debilitada, ya sea por desaparición del socio, como en Egipto, ya sea por enfriamiento de la amistad, como Arabia Saudí. Por no hablar de la quiebra con apariencia definitiva de sus difíciles relaciones con Pakistán, el único país musulmán que cuenta ya con el arma atómica.

Los jeques saudíes del petróleo no pueden estar más insatisfechos con el viejo amigo y aliado americano, al que reprochan todos los males que se les vienen encima: por un lado, las ambiciones de hegemonía del chiismo persa, que cuenta con capacidad de influencia en toda la región del Golfo; por el otro, las revueltas árabes, que ponen en peligro sus coronas y emiratos.

No les falta razón: con la guerra de Irak que Washington organizó se abrió el mapa de Oriente Próximo a la irradiación chiita; y con la oleada revolucionaria, que Washington no impidió, las poblaciones de todo el Golfo reciben el mensaje inequívoco de que las tiranías caen y Estados Unidos no está siempre detrás dando su apoyo a los regímenes en plaza. Así, después del reproche por su altiva hegemonía, llegan ahora los reproches por su humilde deferencia.

Todos los árabes, no tan solo los saudíes, reprochan a Barack Obama que no haya sido capaz de traducir en hechos las buenas palabras de sus discursos a los iraníes, los turcos y los árabes, con las que tendió la mano para el diálogo y ofreció la paz y los dos Estados conviviendo en el respeto mutuo y en fronteras seguras para israelíes y palestinos.

Nada queda del proceso de paz, salvo el resentimiento de las partes. Israel se halla enclaustrada en un aislamiento menos espléndido de lo que fingen sus dirigentes. Y la Autoridad Palestina se encuentra en un callejón sin salida después de su infructuosa petición de reconocimiento internacional en Naciones Unidas.

Benjamin Netanyahu, habílisimo jugador de dos tableros, el Congreso estadounidense de un lado y la Knesset del otro, ha desconcertado a todos los adversarios con su canje histórico negociado con Hamas, la maldita organización terrorista que reina en Gaza: un hombre solo, el soldado Gilad Shalit, por mil prisioneros palestinos.

Clausurado el proceso de Oslo, las posiciones cambian a ambos lados de la disputa. Unos ahora creen solo en el fortín cercado y en la guerra permanente. Otros en la creación de un solo Estado laico y sin identidad étnica alguna, pero democrático y para todos. Cada vez menos son los que todavía tienen fe en la fórmula de los dos Estados. El cambio de época es tangible en este proceso enquistado y todo se traduce en incertidumbre sobre el mañana en la tierra más disputada del mundo entre el Jordán y el Mediterráneo.

Es un momento de redefinición. Muchos conceptos útiles hasta 2011 no sirven a partir de ahora. De ahí que sea un año lleno de quiebros, súbitos cambios de políticas, sorpresas geoestratégicas, inversiones de alianzas, bruscas mutaciones en los mapas. En los colores, sobre todo: Europa teñida toda entera de azul conservador; el mundo árabe virando del gris policial al verde islámico.

También cambios en los mapas: en mitad del año y de África, de la costilla de Sudán, país musulmán que era hasta ahora el de mayor extensión territorial de toda Africa y de toda la geografía árabe, ha nacido otro país, Sudán del Sur, mayoritariamente cristiano, situado entre los más pobres de la tierra solo ver el mundo y de dudosa viabilidad futura. La mayor paradoja es que se trata del único cambio de fronteras que se ha producido durante el año de las revoluciones árabes aunque nada tenga que ver con una Primavera Árabe que ni siquiera han rozado a los sudaneses.

Ya no es tiempo de emergencias: se han producido en los años recientes; es tiempo de emergidos. África entera crece porque China invierte. Hay que contar con los emergentes para cualquier cosa. Las potencias de antaño puede que sean todavía necesarias, pero es bien claro que son insuficientes.

Crujen las cuadernas de la vieja arquitectura internacional, pésimamente adaptadas a los cambios que este año han tomado forma a la vista de todos, gracias a la nula capacidad de adaptación de quienes construyeron sus edificios. Nada expresa mejor las contradicciones de la deficitaria gobernanza mundial que el funcionamiento tanto de Naciones Unidas como del G20, el grupo ampliado de los países más ricos y decisivos del planeta, que ha venido a sustituir al G8 desde que la Gran Recesión empezó a instalarse entre nosotros en otoño de 2008.

El Consejo de Seguridad, viejo escenario de todos los vetos y bloqueos a cargo de las superpotencias surgidas de la Segunda Guerra Mundial, consiguió este año, ante los desmanes de Gadafi acosado por su población, la insólita gesta de avalar por primera vez una acción militar en aplicación de la responsabilidad de proteger, incorporada desde 2006 en la Carta de Naciones Unidas. Puede que sea el canto del cisne del nuevo derecho internacional humanitario, como podría demostrar la incapacidad internacional para frenar a continuación la represión del régimen de Bachar el Assad contra los manifestantes que quieren echarle del poder. Pero constituye en todo caso un antecedente que puede valer en el futuro.

Basta con observar el pésimo sendero de las negociaciones sobre el protocolo de Kioto sobre cambio climático para tener la medida de las dificultades del multilateralismo. El carbón está de nuevo en alza, los países emergidos quieren seguir emergiendo y por eso avanzan sin miramientos, y la mayoría parlamentaria republicana que reina en Washington jamás ha estado para estas cosas.

La conferencia de Copenhague en diciembre de 2009, en la que China se entendió con Estados Unidos a espaldas de Europa, fue la primera señal tajante de este nuevo mundo de difícil gobierno; y la de Durban, ahora dos años después, confirma que solo hay consenso cuando lo que se decide es aplazar la toma de resoluciones.

No es solo el gobierno del mundo lo que no funciona, ese G20 casi siempre sin capacidad resolutiva en sus cumbres, sino los gobiernos a secas que antes funcionaban. Funciona China, donde sus ciudadanos apenas tienen noticias del Gobierno, ni buenas ni malas. Funciona Rusia, a pesar de la incipiente desafección electoral contra Putin captada en unos comicios sin garantías. Pero no funciona la Unión Europea, ni funcionan los Estados Unidos de América, donde el veto y el bloqueo, la polarización y el radicalismo, conducen a la inacción y al fatalismo. La crisis galopa a caballo de las transacciones especulativas fulgurantes y la política anda cansina a paso de hormiga.

El Tea Party, organizado para frenar los ímpetus reformadores de Obama, se ha convertido en el paradigma de un rampante populismo anarcoide de derechas que prolifera en todas partes. Primero sugirió que no habría nuevo mandato de Obama en 2012, pero ahora ya sugiere que no habrá tampoco candidato republicano útil capaz de vencer a un Obama desgastado y sin pulso, pero todavía vivo.

En Europa, en cambio, ha bastado la ruptura de la UE de 27 socios para que los 23 que lo desean empiecen a construir el gobierno posible del euro: el Reino Unido euroescéptico, con la prensa ultraconservadora del australiano Rupert Murdoch como cheerleader, era nuestro Tea Party antes de que se inventara el Tea Party.

Todo indica que ha terminado mucho más que una época. Quizás una edad o un eón geológico. El tiempo que se está yendo pedía a gritos nuevas ideas, nuevas esperanzas, formas distintas de hacer las cosas. Sarkozy, el más gallardo de todos, quería refundar el capitalismo.

Nada como un buen consenso para no hacer nada o para decidir la fecha en que decidiremos algo. Llegó 2011 y los deberes estaban por hacer. Y así fue como el mundo empezó a reinventarse a sí mismo. Sin avisar, que es como suceden estas cosas.

Comentarios

Resumen en esqueleto de la situación internacional. Austero en la descripción, profundo en el análisis. Que es que está uno harto de leer paja en todos los sitios.
Después de todo este análisis del año que dejamos, solo queda decir que el que venga lo haga con más alegría y cambios en el rumbo de la economía...Feliz Navidad
Algo superficial diría yo. Funciona Rusia? Menos mal que no funciona y la gente esta protestando como nunca. Ya no hay camino para atrás para Putin. pongase al dïa, vámos!
No estoy de acuerdo en que 2011 supera a 1989. En 1989 cayó la idea de una alternativa revolucionaria que había marcado el s. XX. Como decía Fukuyama "el fin de la historia" llegó al reconocerse que no existía un sistema más avanzado que el de la democracia liberal. El siguiente paso que algunos creyeron que suponía la democracia popular marxista, fracasó. Sólo queda la democracia liberal, básicamente sostenida sobre un sistema capitalista pero con un fuerte componente social derivado de los procesos electorales. En 2011, igualmente, en diversos países árabes, elementos de la democracia liberal precisamente se han elevado sobre restos de la democracia popular...mientras en Europa tratamos de superar los pasos que nos llevaban hacia el sistema feudal bancario en que los bancos pasarìan a representar en el Parlamento a los deudores hipotecarios, que perderían su derecho al voto en tanto no saldaran sus deudas. Bueno, realmente algo así ya ha sucedido en Grecia e Italia, con Papademos y Monti....
Es qué los eeuu son los culpanbles y los inocentes de todo lo que pasa? ¿es que no se dá cuenta vd que reproduce los mismos esteriotipos sobre los "terceros" que tanto daño han causado a la humanidad?Reflexione.Los musulmanes estamos aquí.Y estamos dotados...
LA OLEADA democrática árabe la comenzó Bush en Irak; es verdad que por la fuerza militar, pero también así, 'manu military', llegó la democracia a Europa, y con muchísimos mas muertos: 60 millones!! contra sólo 100 mil en Irak!! Donde no llega la democracia sino que se aleja, es en la Administarción Palestina, que no ha tenido mejor idea que aliarse con el terrorismo Hamas (peón de los ayatolas) renunciando así una vez mas a un Estado propio vecino a Israel. La alianza de Abbas con Hamas no logrará su objetivo genocida de 'Borrar del mapa Israel', y ésta democracia sí se prepara para liquidar el Plan Nuclear iraní, tema CLAVE para 2012 del que no se ocupa esta larga nota.
Don Lluis, que el proximo ano le traiga un poco de sabiduria que le permitan ver con algo de objetividad ciertos hechos por los que ahora navega con indisimulado sesgo
Son el islamismo fundamentalista y el marxismo comunista socialista ,los principales asesinos de la libertad y la democracia en nuestro mundo
Hezbolá ha demostrado que la lucha por la libertad se puede ganar. No importa que Israel disponga del apoyo militar de EE.UU. y Europa, así como de decenas de cabezas nucleares. En el Líbano Hezbolá demostró que en una guerra asimétrica con escasos medios se puede vender a la potencia ocupante.
La juventud se echa a la calle y la senectud se echa al poder. Siempre igual. Ocurre en los países árabes. Se ponen a cambiar para que todo cambie y al final nada cambia aunque cambien las caras. Cambian las caras pero no las edades. Y así no hay manera. Ahora en España acabamos de estrenar gobierno, y nos hemos topado con el ejecutivo más viejo de la democracia. No discuto su valía como tampoco discuto la utilidad de la máquina de escribir, pero ¿será lo que necesitamos para el momento acelerado que vivimos? ¡Hombre al agua! Y se lanza un socorrista dotado con la frescura del siglo pasado. Por otro lado, no comparto la sumisión sobrevenida experimentada por Duran hacia los nuevos titulares, y que todos sabemos bien a qué responde. ¡Qué sensación más nauseabunda la sumisión, aunque se viva como necesaria! Personalmente, empiezo a pensar que con el maduro equipo que nos ha recetado Rajoy se tratarán de resolver problemas nuevos con recetas viejas, y lo que es peor, con recetas pensadas para un horno de leña cuando lo que tenemos es una placa de inducción ultrarrápido. Nuevas tecnologías, nuevas formas de cocinar, salvo que quieras que se te queme el guiso.
Sr. ENRIQUE: es usted mas optimista que el Alcoyano! si Hezbollá ha ganado algo a Israel, lo disimula muy bien, ya que desde la última guerra en 2006 Hezbollá no atacó nunca mas a Israel, y su jeque Nasralla sigue escondido en su cueva sin ver la luz del sol. Si en 2006 hubieran ganado algo a Israel ¿cómo es que no han intentado repetir ese 'triunfo'? Tan mal le fue en esa guerra que hasta perdió las elecciones últimas. Son datos duros, vio? Le aconsejo que deje usted de leer el 'Gara' y el 'Al Qaeda Times' y utilice mas la cabeza propia para el análisis de los hechos que, por otra parte, están a la vista, como le he apuntado!
Felicidades Lluís. Excelente radiografía del gran teatro del planeta tierra, en que la audiencia expectante parece se precipita al abismo de las gradas para ser devoradas por las fieras. Ciertamente el año 2011 ha sido relevante por los acontecimientos sucedidos. Casi todo cuanto ha sucedido en cada segundo de este año 2011 que termina, es el resultado de la concurrencia de miles de millones de decisiones y acciones, condicionadas la mayoría en multitud de cuestiones. Prever por anticipado el punto 0 del resultado en las grandes cuestiones, en las que deciden y actúan unos pocos cientos de miles de personas, supone asumir un gran margen de error. Lo mismo sucede al revés de prever por anticipado desde el punto 0 de decidir y actuar, cuál será el resultado y concurrencia con el resto de miles de millones de decisiones y acciones. A destacar de todo cuanto ha sucedido la acción de la naturaleza, con el terremoto en Japón y la grave incidencia en Fukusima, que supone poner patas arriba cualquier condicionante, poniendo de inmediato cuanto sea necesario de recursos para restituir el equilibrio y recuperar el funcionamiento solidariamente colaborando. Esto nos lleva a que solo ante lo irremediable ajeno a la condición humana, sirve para unirnos a todos en resolver la emergencia sobrevenida, en especial cuando nos es ajena a la especie humana. La imposibilidad de hacer previsiones y prever por anticipado, a consecuencia de la velocidad, caducidad y obsolescencia de las cosas, supone todo un reto para los próximos años, que más que seguro serán mucho más relevantes que este 2011 que dejamos y que solo será el inicio de un punto y seguido que facilitará cambiar de sistema. Si resulta cierto en base a los registros históricos, que en este 2012, se puede producir una gran tormenta solar que nos puede dejar a ciegas sin comunicaciones a casi todo el mundo durante bastante tiempo, posiblemente así nos aunemos y dejemos atrás el lastre que nos tiene prisioneros de tantas injusticias y condicionantes. Esperemos que cualquier vestigio de dictadura ideológica, religiosa, económica y cualquier otra, definitivamente desaparezcan y empecemos a progresar como seres humanos inteligentes. Veremos en el 2012.Felices Fiestas y próspero Año Nuevo para todos.
Los capitalistas deben comprender que necesitan reducir sus beneficios, no puede ganar cada año más que el anterior, si no la semilla de la destrucción que el capitalismo lleva consigo, terminará por germinarse de manera muy acelerada y descontrolada hasta tumbar el sistema financiero mundial antes de que encontremos los remedios de esa fractura. El neoliberalismo globalizado ha llevado a la regresión social, el empobrecimiento, la desigualdad creciente y la desaparición de la clase media en muchas sociedades y lo más grave aún la pérdida de credibilidad de la práctica democracia en países que selectivamente la aplican. En otras palabras, la globalización neoliberal de mercado, que es la cara evidente del imperialismo financiero, no parece ser un sistema viable. El mundo no puede seguir sumiso a leyes bancarias que conducen a hipotecar tanto estados como naciones. Las revueltas populares árabes se estallaron por dignidad en primer lugar. El 15-M por mostrar quejas al sistema reinante en el mundo capitalista que no asegura ni puestos de trabajo para centenares de miles de universitarios ni seguir socializando las pérdidas bancarias, y a la vez, estas entidades seguir inflando sus ganancias.
Para aquellos que veneran a los terroristas de Hezbola. Este grupo terrorista se mantiene por la intimidacion y el financiamiento de sus tutores, Iran y la Siriia de Beshar Al Assad. Sus objetivos son los de imponer, no tolerar, de ahi que la democracia libanesa tiene en estos rufianers un probllema para largo. Lo de Israel es un pretexto para imponerse y ganar adeptos entre los que odian, no entre los que construyen, claro que si Israel le da papaya, le haran dano, pero, eso no les quedara nada facil.
¿Sufre un mayor aislamiento hoy Israel en Medio Oriente? Veamos: en primer lugar, Israel soportó en el pasado 8 guerras genocidas árabes para destruirlo y 'echar a los judíos al mar', lo cual habla de su soledad total y absoluta en el pasado; sin embargo, hace mucho que ya firmó la paz con Egipto y Jordania, y hasta los islámicos egipcios dicen hoy que esa paz seguirá; mas les vale, por la cuenta que les trae! Alá no es tonto! Ademas, Siria se cae, Líbano no lo ataca mas, y Gadafi, Sadam Husein y los Talibanes son historia antigua y ya no pueden amenazar a Israel. Y la gran novedad es que Arabia Saudita, Kuwait y todos los Emiratos del golfo imploran a Israel que acabe con la amenaza iraní, para lo que le ofrecen el oro (negro) y el moro, y hasta su propio espacio aéreo! Como si todo esto fuera poco, Sudam del Sur reconoce a Israel y recibe inestimable ayuda técnica israelí. Que el turco Erdogan se acerque a Iran y se aleje un poco de Israel (mientras le pide ayuda por su terremoto!) y que los palestinos se unan al Terrorismo Hamas, no hace mas que aislarlos a ambos de occidente! En definitiva, la gran ola democrática en la región, no puede alejar sino acercar, a los nuevos demócratas hacia la única potencia democrática del área... aunque en el proceso puedan producirse algunos inidentes menores!
Observer, cita mucha demagogia. Con su retorica alegación sobre la única democracia de la región no creo que convenza a nadie. La realidad de Israel está tan descubierta para Europa como para muchos israelíes. Las más serias encuestas concluyen que Israel y los Estados Unidos de Norteamérica son la amenaza de la paz mundial. Israel bien conocido como país delincuente con gobiernos que defienden el racismo, sectarismo religioso al exigir de los palestinos su judaización negarse a cumplir con cualquiera de la resoluciones de la comunidad internacional…La falsa democracia israelí ya no puede engañar a nadie. Todos conocemos sus cometimientos de masacres a lo largo de su creación en tierras que jamás han pertenecido a la sociedad israelí. Esta sociedad que procede de distintas nacionalidades ajenas a la región. Ser un judío moldava no le da el derecho a expulsar al palestino cuyos antepasados vivieron en Palestinas desde antes de Cristo. Hamás es un movimiento de resistencia contra un invasor y ocupante que jamás ha respetado treguas. Si los árabes levantaron un lema de echar a los judíos al mar, Israel en contra ha llegado a cometer matanzas, asesinatos, robo de agua subterránea destrucción de casas y mil delitos más. Hoy está más claro que nunca, Israel no pretende hacer la paz con los árabes. Vive enclaustrada. Busca el victimismo y recorre a acusar de antisemitismo a todo que se atreve a criticar su política…

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