No sabía escribir sin marinar sus frases de adjetivos. Luego un amigo le recomendaba que los quitara. Pero le quedaba un texto en los huesos que no servía para nada.
Adjetivar es un peligroso ejercicio para la mente. Produce lesiones irreversibles como sucede con ciertos lances de cualquier deporte. Se trata de lesiones muy curiosas, que conducen a simplificar los movimientos mentales, de forma que al final la propia capacidad de adjetivar queda reducida a dos o tres imprecaciones.
Los adjetivadores más impenitentes se arriesgan a terminar en un asilo blasfemando por los pasillos y recuperando el lenguaje escatológico y obsceno de su infancia.
Comentarios
Los adjetivos sirven para cortar, a modo de machete, la maraña de ideología que subyace a cada palabra que un progre pronuncia.No sabéis aceptar lo que se os escapa, os burláis de quién no sigue vuestros preceptos, tenéis al parecer todas las soluciones, escritas en seis, o veinti-cuatro libros del siglo XVIII.Sois PASTO de los adjetivos, sois capellanes, ideólogos, afrancesados, prejuiciosos, aristócratas, cínicos, una entera colonia de crustáceos al margen de los más importantes acontecimientos que haya presenciado la historia de la humanidad, como son la Sociedad Abierta (dónde nadie tiene ninguna razón absoluta) o el libre mercado (dónde yo elijo qué hago y cómo me gasto mi dinero).Son otros lugares, progres, lugares dónde se vive en libertad y al margen de parasitismos ideológicos, y dónde la democracia encuentra su límite en la libertad individual y la privacidad.Es por todo ello, que váis a imantar adjetivos hasta vuestra penible desbandada, desbandada de alimañas viejo-europeas y prescriptoras.La libertad y la sociedad plural, no ideada de antemano, os son ajenas. No por naturaleza, sí por educación.
El adjetivo, un arma de doble filo que se te puede volver como un búmeran, sobre todo si piensas que nunca vuelven, como el del anuncio. ¡Error! Unamuno habría querido vaciar las novelas de todo aquello que le sobraba y dejarlas en lo esencial, novelas en esqueleto las llamaba, y seguro que los adjetivos no figuraban en el osario. Un adjetivo dice mucho pero, ay, cómo sea el inapropiado. Cuántas veces no hemos detectado como síntoma de inopia un adjetivo extraordinariamente inadecuado. Casi tanto como cuando lo es con un nombre: ¡Qué furia tenía, estaba hecho un obelisco! Por no hablar de Gila: mi marido se emociona mucho. ¡Es todo un semental!Por lo demás, cuando la idea es buena, buena, se sostiene por sí sola, sin muletas. Cuántas veces los adjetivos son apoyos para sostener la nada. Pobres adjetivos, cómo los estamos poniendo.
Si habláramos de poetas el adjetivo sustenta parte del contenido,pero hablando de columnista el abuso de adjetivos es su falta de contenido.Su origen para tal despliegue de adejtivos es un cómo un amor en negativo ,lo que Heráclito definió cómo "amor invertido",que le lleva al final a descargar rabia de esta manera tan pueril.¿Cúmulo de frustraciones?¿situaciones adversas que no pudo superar?,quién sabe.Suerte que llegue a un asilo blasfemando porque cómo somatice podría caérsele hasta los dientes y más.Mejor que se cure.Saludos a todos.
Resulta curioso, el daño que puede hacer la imposición de la cultura dominante. Efectivamente, de no disponer de referencias de otras fuentes, las secuelas son de por vida. Sin duda muchos son los condicionantes que desde la cuna quedan grabados en nuestra particular biblioteca bilógica. Afortunadamente, con mucho tesón y esfuerzo para siempre, se puede aprender adaptarse al progreso del conocimiento y, a una aproximada mejor interpretación de la caducada realidad del momento, que sigue su curso implícito dinámico irreversible. Sin duda, la libertad y libre elección, es de los pocos bienes supremos de los seres Humanos inteligentes, responsables conscientemente, que debiera protegerse sin reserva alguna. Mientras llega el día en que nuestros comportamientos y actitudes trasciendan a las normas sociales impuestas, deberemos encontrar, establecer y armonizar, cómo hacemos para seguir progresando civilizadamente como seres Humanos Inteligentes, de modo que todo cuanto lo creado por el hombre esté a su servicio y no al revés como sucede.
"El sustantivo es la virtud; el adjetivo, el vicio. Como el vicio, el adjetivo nos atrae, sensual, chocante, femenino. ¡Y caemos en él tan a gusto, tan a gusto, tan a gusto! Toda la obra está llena de adjetivos como la vida de caídas. Frente a la aurora, uno se propone no caer, pero ¡quién puede liberarse de las redes de la siesta, del ocaso, de la noche! El sustantivo es la verdad propia. El adjetivo es lo otro, los otros, otro todo, todo, todo." Juan Ramón Jiménez
Muy cierto lo que dice Lluís.Ezra Pound era el primer consejo que daba a los aprendices de poetas,ni un adjetivo.Estos dejan por bueno a Emilio Romero y Pemán juntos.
Prosa florida, aburrida. Prosa desnuda, c....uda. No encontraba otro más a medida.
Lluís, muy buena diana sensible. Se siente en el ambiente que el verano toca a su fin. Veremos que tal movido nos llega el otoño.
Mi opinión: claridad y exactitud, las normas del buen escritor, y si eres periodista, lo mismo pero con concisión.
Ciro 3,no se olvide del humor,que tan bien emplea usted y tan buenos momentos me hace pasar.Muy agradecida siempre por ellos.Saludos a todos
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