Regreso del averno
Salir de la mina es una tarea ardua. "Los gases venenosos hacen de esa caminata una auténtica tortura para los mineros. Sin máscaras de gas, sin guantes, sin la protección adecuada, caminando por senderos imposibles cargados con hasta 100 kilos de azufre solidificado a sus espaldas, se juegan la vida cada vez que bajan al volcán", describe Sistiaga.
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