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Reportaje:

El autobús del sexo

La reacción de un conductor ante una pareja que se abrazaban en un bus crea una ola de protestas entre los jóvenes turcos

"¡Este no es un autobús para tener sexo!" les espetó el chofer a Onat Bas y a su novia antes obligarlos a descender del vehículo que conducía. Su comportamiento obsceno se reducía a tomarse de la mano y abrazarse mientras esperaban en el asiento de detrás del conductor a que éste acabara su cigarro y arrancara. Nadie movió un dedo por la pareja salvo otro joven que también fue obligado a bajarse del bus y posteriormente golpeado por uno de los pasajeros cuando intentaba tomarle una fotografía al vehículo. El evento, que ocurrió hace 10 días en Estambul, ha vuelto a traer la polémica a Turquía sobre su supuesta islamización.

"Un conductor es un funcionario público, no un policía de la moral. Esto ha ocurrido en la zona más cosmopolita de la ciudad más abierta de Turquía" cuenta con rabia Gökçen Koç, de 28 años, el único pasajero que decidió salir en la defensa de la pareja. Mientras toma un café en una terraza frente a la plaza de Taksim, donde ocurrieron los hechos, explica que decidió escribir la historia en el popular foro de Internet, Eskis Sözlük (Diccionario Agrio), ante la pasividad de los policías que lo atendieron. Fue una bomba. La historia se expandió inmediatamente por la red. A los pocos días tenía su propio grupo de Facebook: Seks Otobüsü: 34 TN 1992 25T (autobús del sexo con la matrícula del autobús) con 10.500 miembros. De ahí la noticia saltó a la prensa, a la televisión y a las columnas de opinión de todo el país.

"El Gobierno, las municipalidades está recortando poco a poco la libertad a la gente, como subir la edad legal de consumo de alcohol de 18 a 24 años" razona Koç, como ejemplo de que la sociedad turca se está tornándose más conservadora bajo el gobierno islamista moderado del AKP.

La prensa reporta cada semana algún incidente relacionado con el conservadurismo turco. El mes pasado la hija del Primer Ministro, Reccep Tayyip Erdogan, obligó a clausurar una obra de teatro porque uno de los actores le guiñó un ojo durante la representación. "Los jóvenes queremos vivir en una sociedad moderna, donde nos dejen ser libres. Con este Gobierno no vamos a conseguirlo" razona Fuliah Senez, profesora de Inglés que también reside en Estambul.

En el caso del transporte público, no es la primera vez que una pareja es insultada por un conductor en Turquía. En 2009, la columnista Ece Temelkuran denunció la agresión a una pareja que se besaba en un transporte público. Ese mismo año una joven fue vejada por un chofer simplemente por llevar el pelo demasiado corto. Si embargo, aunque muchos de estas actitudes no son castigadas por la empresa municipal de transporte, tan solo una minoría de la población turca los apoya. El grupo de Facebook Otobüs seks yapma yeri de?il" diyen ?ETT ?öförünü destekliyoru (El autobús no es el lugar para tener relaciones sexuales. Apoyo al chofer IETT), creado por un grupo de conductores, tan solo cuenta con 56 miembros. Entre las entradas de la página se puede leer Deje a los conductores de la IETT -empresa municipal de transporte- hacer su trabajo. No les obligue a conducir bajo el ruido de los besos.

Turquía, país laico pero con un 99 % de población musulmana, los autobuses interurbanos están segregados por sexos. Una ley prohíbe que un hombre y una mujer que no se conocen compartan asientos en las largas distancias. La ley hace que cada persona tenga que identificar claramente su sexo al comprar un billete. Muchos jóvenes consideran esta ley atrasada, sin embargo, a pesar de sus ansias de aperturismo, pocos se besan abiertamente en la calle. Las muestras de cariño entre parejas se suelen restringir a caminar de la mano, un abrazo, y a lo sumo, un beso en la mejilla.

"Claro que estas reglas no son las mismas para los extranjeros" explica Fatma Gül, informática que trabaja en el aeropuerto de Estambul. "Si una pareja de extranjeros se besa en público se les excusa por no ser musulmanes. La sociedad turca es mucho más estricta con los suyos".

Bas, el joven de 20 años que provocó todo este escándalo es muy consciente de ello, por eso es reacio a hablar con la prensa. Al contrario que Koç, no ha acudido a ningún programa de televisión y pide que no se mencione el nombre de su universidad por posibles reprimendas. "Ahora mi nombre está en todas partes, estoy empezando a hacer entrevistas de trabajo y me van a rechazar por esto", explica por teléfono entre clase y clase. "Mi novia no quiere hablar con la prensa y yo quiero olvidarlo. Nos insultaron sin motivo, pero no queremos más publicidad", se despide.

Pero son muchos los que no quieren dejar pasar esta oportunidad para protestar. Este fin de semana 40 parejas se subieron a un bus de la misma línea para besarse durante el trayecto entre dos paradas -el tiempo que tardaron Bas y su novia en bajarse del autobús-. "Fue una protesta muy bonita, muy civilizada, contra unas personas incivilizadas" reflexiona Koç que argumenta que el ataque del conductor fue un ataque a todos lo jóvenes turcos.

De momento el autobús del sexo no conduce más y su chofer está suspendido mientras se investigan los hechos. Este domingo se sabrá si recupera su empleo o y si los enamorados turcos pueden abrazase tranquilos en un transporte público.

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