La lluvias han dejado más de 200.000 damnificados en el Estado de Queensland. En la imagen, la dueña de una carpintería a las puertas de su tienda realiza tareas de limpieza del barro y fango que ha dejado la crecida del río Brisbane a su paso por Ipswich.REUTERSLos ciudadanos se han movilizado desde las redes sociales y las comunidades vecinales. El alcalde de Brisbane, Campbell Newman, indicó que ahora la prioridad es reabrir las calles cortadas, mientras la primera ministra, Julia Gillard, ordenó enviar a 1.200 soldados más a la zona del desastre. En la imagen, voluntarios se afanan en limpiar las afueras de un centro comercial en Ipswich.REUTERSLas inundaciones han provocado que los mercados y el comercio se haya paralizado. Los limpiadores destacan el mal olor: la comida se ha estropeado y mezclado con el agua y el lodo, y eso unido al calor veraniego hace que casi toda la ciudad apeste a podrido. En la imagen, trabajadores retiran pilas de fruta a las afueras de Brisbane.AFPLas inundaciones han afectado a más de 26.000 edificios en la ciudad de Brisbane, la tercera mayor ciudad de Australia. En la imagen, escombros y basura en el distrito empresarial de Ipswich, a 40 kilómetros de Brisbane.EFELos residentes de Brisbane comienzan a evaluar los desperfectos causados en sus casas por las inundaciones, mientras desciende el nivel del río. Más de 25.000 viviendas han sido desvastadas por el agua y el lodo y alrededor de 100.000 se han quedado sin electricidad. En la imagen, un hombre fotografía los muebles y objetos embarrados en el exterior de una casa.Una señora residente en Fairfield revisa sus cajones en el dormitorio de su casa arrasada por las aguas del río Brisbane, donde el nivel del agua ha bajado hasta los 2,5 metros, desde los cinco metros que alcanzó el miércoles.Un par de jóvenes utilizan una señal para limpiar el barro después de que el agua de las inundaciones haya desparacido ya del barrio Westend de Brisbane. Otros suburbios continúan sin embargo empantanados, mientras pequeños pueblos esperan más lluvias y las previsiones metereológicas anuncian posibles ciclones.Un grupo de jóvenes cubiertos de lodo ayuda en las tareas de limpieza de la casa de un amigo, una de las arrasadas por las inundaciones. Durante un descanso, aprovechan para posar alrededor de un piano destrozado.Los habitantes de los suburbios de Ipswich, a los que ya se puede acceder, no han tardado en ponerse a trabajar para evaluar los daños y reparar los destrozos causados en sus viviendas y en las calles por las inundaciones.Las carreteras y negocios de Ipswich estaban completamente sumergidas bajo el agua de las inundaciones el 13 de enero. El nivel del agua ha estado un metro por debajo de las peores inundaciones que se recuerdan en la zona, registradas en 1974.
