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Polémico homenaje al 'Quijote' en Río

Una 'escola' de samba que este año dedica a Cervantes su desfile de Carnaval se queja de la falta de apoyo económico de autoridades y empresas españolas

España ha dejado escapar una oportunidad única para aparecer a lo grande en las pantallas de televisión de medio mundo. Una desafortunada combinación de desinterés y falta de visión de las autoridades y empresas españolas presentes en Brasil ha terminado dando al traste con la idea de la escola de samba União da Ilha do Governador de presentarse este año en el Sambódromo enarbolando la bandera española. La agrupación carnavalesca, que desfilará con 4.000 miembros la noche de este domingo y en horario de máxima audiencia televisiva bajo el título Don Quijote de la Mancha... El caballero de los sueños imposibles, se encuentra en una difícil situación económica para pagar las deudas acumuladas. Hasta ayer, la escola de samba no había recibido casi ningún patrocinio financiero de empresas españolas ni de los organismos oficiales presentes en Brasil. Los directivos de la organización no ocultan su malestar y su decepción, agravada por el hecho de que desde este año el español es un idioma obligatorio en la enseñanza secundaria brasileña.

El Sambódromo es un escaparate incomparable y su espectáculo de samba, pirotecnia y color es considerado una de las más fulgurantes manifestaciones culturales del planeta. Todas las escolas se financian a través de dos vías: por un lado, la alcaldía de Río de Janeiro y la Liga de Escolas de Samba —apoyadas por otros organismos públicos—, que aportan una buena parte del presupuesto de las organizaciones carnavalescas; otra parte queda por cuenta de empresas privadas que patrocinan los desfiles. Estas empresas tienen a su vez la posibilidad de acogerse a la denominada Ley Rouanet de incentivo a la cultura, a través de la cual las cantidades invertidas en eventos culturales pueden verse compensadas en forma de exenciones fiscales. El presupuesto de cada una de las 12 escolas que desfilan en el denominado Grupo Especial (primera división) suele oscilar entre 1,5 y 4,5 millones de euros.

La escola União da Ilha do Governador decidió el pasado mes de abril homenajear a la figura de Miguel de Cervantes y al Quijote en su desfile de este año. Su puesta en escena estará preñada de referencias a la cultura española. Aparte de los carros alegóricos, que ilustrarán con grandes esculturas diferentes episodios del popular libro de Cervantes, se presentarán coreografías con pinceladas flamencas, habrá profusión de abanicos y castañuelas (integrados en una batería de samba), y los componentes de la denominada comisão de frente (reducido grupo de bailarines que inaugura el desfile con una coreografía) lucirán trajes de luces. El propio enredo de la escola (canción que se repite por todos los componentes durante el desfile) dice: "El pueblo grita... olé / en este hechizo hay castañuelas / la batería hoy se tumba y rueda...". Se tratará de un homenaje en toda regla del carnaval de Río a España y a su cultura. Un homenaje inmerecido, porque aún no se ha visto correspondido de ninguna manera.

"Hemos querido rendir homenaje al libro más leído del mundo después de la Biblia. Contamos la historia de Don Quijote de forma irreverente, como es la tradición de nuestra escola. Y sabemos que nadie tiene la obligación de patrocinar este evento. Lo que ha sucedido es que el Instituto Cervantes asumió el compromiso verbal de apoyarnos. Nosotros comenzamos a gastar dinero en los preparativos y después no hemos obtenido ninguna respuesta", narra el vicepresidente de la escola, Djalma Falcão. Sin embargo, el director del Instituto Cervantes en Río de Janeiro, Antonio Martínez, niega este extremo y subraya que lo comprometido fue en todo momento apoyo institucional y el acceso a determinado material bibliográfico del Cervantes para desarrollar la idea de la escola. "Nosotros no tenemos partidas presupuestarias para financiar este tipo de actividades, y aun así conseguimos aportar 20.000 reales [unos 7.700 euros]", explica Martínez.

Los directivos de União da Ilha consideraron que los patrocinadores del desfile debían ser empresas españolas radicadas en Brasil y, consecuentemente, se pusieron en contacto con una lista de 27. Sólo Plena Transmissora de Energia Elétrica, que surge de la unión en Brasil de Isolux Corsán, Cobra Instalaciones y Elecnor, ha aportado 200.000 reales (casi 77.000 euros). El resto ha mirado hacia otro lado y la gran mayoría ni se ha molestado en responder a la solicitud de patrocinio.

De la Embajada de España, la escola sólo obtuvo una carta en la que se mira con "mucha simpatía" el proyecto, pero en la que también se dejaba claro que no se haría ningún tipo de gestión de mediación ante empresas españolas. "Eso escapa a nuestras competencias. Para preservar la independencia de las empresas evitamos decirles en lo que tienen que gastar su dinero", comenta a este diario una fuente diplomática de la Embajada española.

Anteayer, la legación diplomática emitió un comunicado en el que se asume tener conocimiento, "desde el inicio de la elección, del motivo de la escola". "Al no estar a su alcance la financiación de proyectos de este tipo, [la Embajada] facilitó a la escola contactos con empresas españolas para que gestionase con ellas directamente las posibilidades de apoyo económico", reza el comunicado.

Representantes de la escola União da Ilha do Governador desmienten taxativamente esta información.

El antecedente francés

El desplante español a un proyecto que bien lo querrían para sí muchos países es más sangrante aun si se compara con lo sucedido en el Carnaval carioca del año pasado. La escola de samba Grande Rio decidió homenajear a Francia en su desfile en la avenida Marqués de Sapucaí, diseñada por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer y conocida popularmente como Sambódromo.

En la Embajada francesa se acogió el proyecto con entusiasmo y no faltaron los esfuerzos apara lograr adhesiones de las empresas galas que operan en Brasil. Resultado: una recaudación masiva de ocho millones de reales (tres millones de euros) y la presencia en la avenida de las bailarinas de la tradicional sala de espectáculos parisina Moulin Rouge, que viajaron hasta la capital mundial del carnaval sólo para el desfile de la escola.

Aún se recuerda el desfile de la escola Grande Río como uno de los más espectaculares de los últimos años, con referencias a la revolución francesa y a su histórico lema "libertad, igualdad y fraternidad".

Todo ello fue posible gracias al interés redoblado de los diplomáticos franceses, que entendieron la trascendencia que podía tener pasear la bandera francesa por el sambódromo ante las cámaras de medio mundo. Algo más de 60 efímeros minutos de gloria que pasaron a la historia del carnaval carioca.

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