Irlanda ratifica en referéndum el Tratado de Lisboa
El primer ministro, Brian Cowen, declara la victoria del 'sí', que ha contado con el apoyo del 67,1% de votantes, según la Comisión electoral
Irlanda ha votado rotundamente a favor de la ratificación del Tratado de Lisboa. La Comisión electoral ha informado de que el 67,1% de los irlandeses se han mostrado favorables al texto. El sí ha sido mayoritario en 41 de las 43 circunscripciones del país. Horas antes del resultado definitivo, en torno a las 14.30 (una hora más tarde en la España peninsular), el Taoiseach (primer ministro irlandés), ha cantado victoria en una declaración pública en la que ha subrayado: "Hoy es un gran día para Irlanda y un gran día para Europa". "Hoy hemos hecho lo adecuado para nuestro futuro. El futuro de Irlanda está en Europa. Somos mejores si estamos juntos".
A esas horas se había escrutado ya un 37% de los votos y el resultado no arrojaba ninguna duda: casi 67% a favor de la ratificación del tratado, algo más del 33% en contra. Finalmente, el sí ha superado esa barrera del 67% y en algunas zonas de Dublín ha llegado al 80%. Circunscripciones como Dublín Sudoeste, donde en 2008 el no ganó con el 65% de los votos, han registrado este sábado una victoria del sí con casi el 60%.
La victoria del sí ya había sido vaticinada a primera horas de la mañana con en unas declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores irlandés, Micheal Martin, y los datos de un sondeo del principal partido de la oposición, el Fine Gael, que pronosticaba que el sí había superado la barrera del 60%. "Estoy absolutamente encantado por mi país. Parece que en esta ocasión va a haber una convincente victoria del sí", ha declarado Martin a una emisora local. También los partidarios del no han aceptado pronto la derrota.
Irlanda había rechazado el tratado en una primera votación el año pasado pero esta vez la crisis económica ha hecho que los irlandeses dejen de lado otras consideraciones y se hayan decidido por no obstaculizar una relación con la Unión Europea que ha sido clave en el milagro económico que el país empezó en los años 90.
Con la ratificacón de los irlandeses ya sólo quedan por salvar los obstáculos de Polonia y la República Checa para que el Tratado de Lisboa entre en vigor. Los polacos se han comprometido en dar luz verde al texto de inmediato si el sí gana en Irlanda. Los checos, sin embargo, pueden aún provocar cierta incertidumbre porque aunque la población, el parlamento y el Gobierno están por la ratificación, el presidente Vlacav Klaus es un euroescéptico que intenta paralizar el Tratado de Lisboa y ha conseguido que un grupo de senadores planteen a última hora un recurso judicial que ya había sido resuelto, de hecho, en el pasado.
El problema es que si ese recurso prospera y la decisión final se retrasa varios meses, podría dar tiempo a que los conservadores británicos, que probablemente ganarán en junio las elecciones en el Reino Unido, den marcha atrás en la ratificación ya acordada por el parlamento de Westminster y el Tratado de Lisboa vuelva a entrar en crisis.
Esa posibilidad, sin embargo, parece bastante remota, sobre todo si finalmente el resultado del referéndum irlandés se transforma en un firme espaldarazo al sí. En ese caso, si Polonia y Chequia no lo impiden, el tratado podría entrar en vigor a principios de 2010.
Los irlandeses acudieron a votar este viernes pero el recuento no ha empezado hasta esye sábado a las nueve de la mañana (las 10 en la España pensinsular). La participación parece haber superado el 50% y ha sido especialmente pronunciada en los grandes núcleos urbanos y sobre todo en los barrios de clases medias de Dublín, donde el sí parece estar ganando en una proporción de dos a uno.
Según una encuesta a pie de urna del Fine Gael entre 1.000 votantes en 33 localidades, ha habido un decisivo cambio de tendencia respecto al referéndum de junio del año pasado y el voto favorable al tratado estará esta vez por encima del 60%, con tasas cercanas al 70% en Dublín. En 2008, el Tratado de Lisboa fue rechazado por el 53,4% de los votantes. En junio de 2001 los irlandeses ya rechazaron en primera instancia el actual Tratado de Niza, pero lo acabaron aprobando con casi un 63% de síes en una segunda votación en octubre de 2002.
La victoria ahora del sí en el Tratado de Lisboa supone que los irlandeses han resistido la tentación de convertir el referéndum en voto de castigo contra el Gobierno de Brian Cowen, del Fianna Fail, al que responsabilizan de la recesión que padece Irlanda. Ha sido en cierta forma una victoria del voto del miedo: del miedo a debilitar el vínculo económico con la Unión Europea, un vínculo esencial para explicar la presencia de multitud de multinacionales estadounidenses que utilizan Irlanda como puerta de entrada al mercado interior comunitario.
Pero ha sido también una derrota del miedo: de la campaña negativa de los partidarios del no que vaticinaban que la ratificación del Tratado de Lisboa conllevaría la drástica reducción del salario mínimo a 1,84 euros por hora.
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