Muere la ex presidenta de Filipinas Corazón Aquino
La heroína de la revolución popular de 1986 ha fallecido a los 76 años tras padecer un cáncer de colon
La ex presidenta de Filipinas Corazón Aquino ha muerto tras una batalla de 16 meses contra el cáncer de colon, según han confirmado sus familiares. La heroína de la revolución popular de 1986, fallecida a los 76 años, fue diagnosticada en marzo del año pasado y se había sometido a un tratamiento de quimioterapia. Hacía cerca de un mes que su vida corría serio peligro tras la intervención quirúrgica a la que fue sometida el pasado junio.
Cory, como se la conocía, fue ingresada en el hospital en junio tras perder el apetito. "Nuestra madre falleció tranquilamente a las 3.18 del día 1 de agosto (hora local, 20.18 del día anterior en la península española) de una parada cardiorrespiratoria", anunció su hijo, el senador Benigno Aquino, en la televisión nacional.
Corazón Aquino fue presidenta de Filipinas entre 1986 y 1992. Fue la primera mujer en ocupar la máxima representación de un Estado en Asia. Su lanzamiento en la escena política se produjo tras fallecer su marido, el líder opositor Benigno Aquino, asesinado en el aeropuerto de Manila en 1983 cuando descendía del avión en el que regresaba del exilio. A su muerte, ella se convirtió en el centro de la oposición al Gobierno autocrático de Ferdinand Marcos y lideró la revolución popular pacífica que derrocó al dirigente en 1986. Ese año asumió el poder, que ejerció hasta 1992 en un país profundamente dividido después de años sometido a la ley marcial y la insurgencia comunista. A pesar de su enorme popularidad personal y de la nueva Constitución, Aquino tuvo que enfrentarse a repetidos intentos de golpes de Estado militares y a la insurrección comunista, luchando también por consolidar la incipiente democracia.
Homaneja de los filipinos
En los últimos años hizo campaña contra el ex presidente Estrada, pero se reconcilió con él en las protestas contra la actual mandataria del país, Gloria Macapagal-Arroyo. Aquino fue candidata al Premio Nobel en 1986 y recibió varios galardones y distinciones por su compromiso con la democracia y los derechos humanos.
La presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, ha decretado diez días de luto nacional por la muerte de la ex mandataria. "Anuncio que mantendremos un periodo de diez días de luto", ha explicado Arroyo en un comunicado en el que calificó a la fallecida de "tesoro nacional".
Nada más conocer la noticia de la muerte de la antigua dirigente convertida en símbolo nacional, cientos de personas comenzaron una peregrinación hacia su vivienda con velas encendidas o flores. Muchos otros mostraron su pésame portando crespones amarillos, o exhibiéndolos en sus vehículos o junto a sus casas.
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