A los militares mexicanos se les va la mano
Un informe denuncia los abusos del Ejercito en la lucha contra el crimen y aconseja una mejor preparación
Las tropas del Ejército mexicano, colocadas en el primer frente de la guerra contra el tráfico de drogas han cometido graves violaciones a los derechos humanos, según denunció la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Un informe deja ver la urgente necesidad de que los soldados sean capacitados para realizar una tarea que no les corresponde, esto sin dejar de lado que los militares deben ser relevados en el futuro por policías formados especialmente para la lucha contra el narcotráfico. Según el informe dirigido a la Secretaría de la Defensa Nacional, la CNDH documentó que elementos de las Fuerzas Armadas de México han cometido homicidios, tortura, tratos crueles, vejaciones, detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza y de las armas de fuego, atentados a la propiedad, incomunicación, ejercicio indebido de la función pública y violaciones a la legalidad y a la seguridad jurídica.
Desde diciembre de 2006, cuando el presidente mexicano, Felipe Calderón, declaró la guerra al narco en México, las tropas reforzaron su protagonismo en el campo de acción. La Comisión ha indagado sobre su actuación al margen de la ley en los Estados de Sinaloa, Sonora, Michoacán y Tamaulipas, plazas en las cuales el crimen organizado ha sentado sus bases y en las que las bandas de sicarios han sembrado muerte y terror.
La Comisión hace varias recomendaciones sobre la actuación de los militares, sobre todo recomienda dar mayor capacitación a los soldados para que cumplan su misión. Pidió a los altos mandos de las Fuerzas Armadas que mejoren sus sistemas de contratación y selección de hombres, ya que se convertirán en personal militar y participarán en operaciones de seguridad pública.
El saldo de la investigación de la CNDH es negativo para los militares. Entre otras cosas, señala que en las quejas presentadas por ciudadanos maltratados entre 2006 a 2008, destacan los casos de 14 personas que murieron cuando los soldados accionaron sus armas de manera indebida.
El 11 de enero de 2008 en Huetamo (Michoacán) varios soldados dispararon sin motivo aparente en un reten contra los tripulantes de una camioneta. Dos jóvenes de 17 y 19 años murieron. En otra ocasión, el 16 de febrero de 2008, militares que hacían guardia en Reynosa (Tamaulipas) intentaron detener un vehículo disparando sus armas de fuego. Uno de los tripulantes murió.
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