Debate en la distancia de Berlusconi y Veltroni

Silvio Berlusconi y Walter Veltroni, los dos principales contendientes en las elecciones legislativas que se celebrarán en Italia los próximos 13 y 14 de abril, han protagonizado este martes un singular debate televisado en directo. En lugar del tradicional cara a cara electoral, los candidatos se han enfrentado por separado y de manera alternativa a varios turnos de preguntas preparadas por un grupo de periodistas. Un extraño formato que no ha suscitado ninguna emoción entre los telespectadores italianos y que, según Berlusconi, a quien las encuestas dan entre 5 y 9 puntos de ventaja, responde a la rigidez que actualmente se vive en Italia. "Es como ir al dentista", bromeó Berlusconi tras responder a un turno de preguntas, antes de dar paso a Veltroni: "¡Siguiente!", añadió.

A pesar de todo, el debate ha permitido a ambos abordar las cuestiones clave de la campaña para dirigirse sobre todo a la franja de los indecisos, que según los sondeos representa hasta un tercio de los votantes. La precariedad laboral ha sido uno de los temas calientes: "No es el principal problema de nuestra juventud", dijo Berlusconi, candidato por el conservador Pueblo de la Libertad, mientras que para Veltroni, ex comunista y líder del Partido Demócrata, "es el mayor drama del país".

Berlusconi, de 71 años, magnate de la comunicación y dos veces primer ministro de Italia, ha atacado personalmente a su contrincante. "Es un gran cuentista, pero los italianos no son bobos ni tan ingenuos", ha dicho de Veltroni, ex alcalde de Roma y 20 años más joven que él, quien por su parte ha acusado a Berlusconi de vender falsas promesas para ganar votos y ha aprovechado para lanzar su mensaje de cambio.

Sobre los impuestos, ambos se han comprometido a aliviar la carga fiscal y Berlusconi ha prometido incluso eliminar la tasa sobre la compra de primera vivienda. Otro tema caliente ha sido Alitalia, la compañía aérea de bandera italiana, sobre la que pesa una amenaza de compra por parte de Air France. "El Estado no puede consentir la pérdida de una compañía que forma parte de la identidad nacional", afirmó tajante Berlusconi.