La pascua del periodismo
Cada año, desde 2003, se publica en Estados Unidos el informe que lleva por título ‘El Estado de los Medios”, resultado de las investigaciones del Pew Research Center y del Proyecto para la Excelencia en Periodismo. El resumen de presentación empieza diciendo que el estado de los medios en 2008 es más preocupante que hace un año y los problemas distintos de cómo habían sido previstos por los expertos. No voy a resumir aquí el conjunto de este informe, que abarca todos los medios y aspectos, desde su situación financiera hasta los contenidos. Pero sí voy a subrayar dos aspectos, uno en relación a la economía de los medios, y el otro sobre el tratamiento de la política internacional. Muchas cosas hay interesantes en este extenso informe y en una encuesta adicional que se ha realizado con medio centenar de profesionales norteamericanos, pero me voy a limitar a comentar estas dos, que sirven para ilustrar este momento de transición acelerada e inquietante en que se hallan los medios de comunicación y el periodismo.
La crisis del periodismo tradicional, nos dice el informe, no se debe a una pérdida de audiencias gracias a la competencia de Internet, sino al creciente divorcio entre noticias y publicidad, los dos elementos que forman la ecuación básica del periodismo tal como lo hemos conocido desde la primera mitad del siglo XIX. La realidad está desmintiendo como demasiado simple la idea de que la tecnología democratiza los medios y significa el declive del periodismo tradicional. Crece el público interesado en los contenidos clásicos de los medios tradicionales, mientras que las nuevas formas de información vinculadas a Internet, como los blogs y los portales de información general atraen audiencias menores que las esperadas. Y sus autores tienen una formación más elitista que los periodistas tradicionales. Los portales de mayor tráfico en Internet concentran más público que los periódicos diarios de mayor circulación (los diez de mayor audiencia concentran el 29 por ciento del tráfico, mientras que los diez mayores diarios sólo concentran el 19 por ciento de la difusión).
Como resultado de esta crisis, que afecta a la relación con la fuente fundamental de financiación que es la publicidad, los profesionales norteamericanos se hallan ahora mismo más preocupados por el futuro económico de los medios que por la calidad de la cobertura informativa y por la credibilidad de los medios, elementos que constituían en el pasado las principales preocupaciones. Hasta hace muy poco tiempo la principal inquietud era la calidad del periodismo, ahora es simplemente su supervivencia.
Respecto a los contenidos, entre las muchísimas observaciones que contiene, destaco ahora la conclusión a la que llega respecto al interés por la información internacional. Los medios de comunicación tradicionales, dice, ya no cubren el mundo sino los intereses norteamericanos en el mundo, y éstos se centran tres países, Irak, Irán y Pakistán. De los tres, Irak es el tema estrella de 2007, aunque el inicio de la campaña electoral de las primarias, junto a los efectos del ‘surge’ u oleada, que incrementó en 30.000 soldados la presencia norteamericana, también ha eclipsado al país árabe. (Está claro, sin embargo, que el interés por Irak crecerá y llegará a ocupar un lugar central en la fase final de la campaña electoral).
El informe también desmiente los tópicos sobre la pluralidad de temas de los nuevos medios: es exactamente lo contrario, son los ’viejos medios’ los que cuentan con una agenda más amplia. Y asegura, para consuelo de este oficio tan baqueteado, que “la sala de redacción aparece como el elemento más renovador y experimental de la industria de las noticias”.
Las dos instituciones que patrocinan estas investigaciones se han convertido en un auténtico referente para los periodistas y pienso que deben interesar, forzosamente, a los lectores. Su trabajo permite conocer mejor la evolución de los medios y detectar los defectos y desviaciones respecto a las funciones exigibles al periodismo en la sociedad democrática. Los impulsores del Proyecto para la Excelencia en Periodismo son Bill Kovach y Tom Rosenstiel, dos veteranos periodistas que han escrito uno de los manuales de periodismo (Elementos de Periodismo, publicado en España por Aguilar) más útiles y de contenido más cívico que yo conozca.
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.