Canadá protegerá la reserva natural más grande de Norteamérica
El futuro parque natural tiene la superficie de Portugal y evitará la intervención de poderosas empresas energéticas
El gobierno de Canadá prevé convertir 102.000 kilómetros cuadrados de bosque al norte del país en la reserva natural más grande de Norteamérica. Con una superficie terrestre superior al tamaño de Portugal, el nuevo parque nacional canadiense será una de las áreas protegidas de vida salvaje más importantes del mundo.
Las tierras que serán protegidas están dentro de los bosques boreales, donde se concentra todo un anillo de árboles de más de 3.000 kilómetros que cruza regiones de Escandinavia y Rusia. Alrededor del 77% del bosque canadiense está formado por reservas de árboles, la mayoría de hoja perenne, que juegan un papel trascendental en la lucha contra el calentamiento global y el incremento en la emisión de gases. Según los expertos, este nuevo y gigantesco refugio natural ha sido siempre casa de verano para miles de aves que emigran cada año a Canadá y uno de los ambientes naturales con más fauna salvaje en un área rodeada por el brazo este del Gran Lago Slave y los territorios del Noreste.
La noticia ha sido acogida como histórica por las organizaciones en defensa de la biodiversidad medioambiental norteamericanas. "Será el área más grande que se protegerá en la historia de Canadá", ha dicho a The New York Times Monte Hummel, presidente de la World Wildlife Fund de Canadá. Las dimensiones hablan por sí solas. Uno de los parques naturales más emblemáticos de EE UU, Yellowstone Park, que se extiende entre los estados de Wyoming, Montana e Idaho, se queda pequeño al lado de este plan. Norteamérica tiene motivos para alegrarse: la nueva reserva natural canadiense equivale a 11 parques como Yellowstone.
Varias organizaciones y colectivos llevaban siete años luchando por conseguir la proteccion de esta zona natural ante el inminente peligro del poder empresarial que quería operar en la zona. Compañías energéticas como ExxonMobil, ConocoPhillips y Shell querían intervenir en buena parte de la reserva para construir un gaseoducto en conexión con Estados Unidos. También se habían abierto minas de diamantes en los territorios del Noreste, donde, entre otras firmas, se incluye la famosa Tiffany. Incluso la exploración de uranio era ahora el principal interés para muchas empresas dispuestas a sacar provecho de los recursos naturales de esta reserva.
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