EE UU bombardea Nayaf mientras Alaui envía un "llamamiento final" a Al Sáder
Se producen fuertes explosiones en las inmediaciones de la mezquita de Alí, donde se refugia el clérigo rebelde
El acuerdo alcanzado ayer por Múqtada Al Sáder con el Gobierno interino de Irak, en el que aceptaba rendirse y salir de su refugio a cambio de la retirada de los marines de Nayaf no se ha cumplido. EE UU no sólo no se ha retirado, sino que ha apostado sus tropas a escasos 200 metros de la guarida de Al Sáder, en el mausoleo del Imán Alí, para forzar su rendición. Mientras, el Gobierno aprieta la presión política y el primer ministro, Ayad Alaui, hecho "un llamamiento final" al clérigo rebelde para que desarme su milicia, salga del lugar sagrado y se incorpore al proceso político. Al Sáder ha rechazado todos los ultimatos y EE UU ha comenzado a bombardear el centro de Nayaf y las inmediaciones del refugio del clérigo.
A última hora de la tarde Múqtada Al Sáder ha instado a sus seguidores a retirarse del mausoleo de Nayaf en el que se encuentran refugiados y a ceder su control a las autoridades religiosas chiíes, según ha informado la cadena de televisión árabe por satélite Al Yazira y la agencia de noticias France Press.
Cuando ya las bombas caían sobre Nayaf a primera hora de la tarde, Ayad Alaui ha hecho un desesperado "llamamiento final a las milicias para que se desarmen, para que desalojen los santos lugares, se comprometan en el proceso político y tengan en cuenta los intereses del país". Era el enésimo llamamiento a la rendición de Al Sáder, que ha ignorado todos los anteriores, incluido uno de esta misma mañana que advertía de un "ataque de envergadura". Según un portavoz del clérigo rebelde, está "dispuesto a morir como un mártir". Ayer pareció plegarse al llamamiento del Gobierno y anunció que sofocaría la revuelta, pero puso como condición la retirada de los marines de Nayaf, con lo que la tregua se esfumó.
Ante la falta de respuesta de Al Sáder a la última oferta, EE UU ha retomado los bombardeos una vez caída la noche, bombardeos que ya había iniciado antes de las palabras de Alaui. Los alrededores del mausoleo donde se refugia Al Sáder con varios cientos de los suyos han sido el objetivo. Densas columnas de humo se elevaban junto al mausoleo, uno de los lugares más sagrados del chiísmo.
El cerco se estrecha
Los marines estadounidenses han penetrado esta mañana en el centro de la ciudad santa, a tan sólo 200 metros de la mezquita del imán Ali Bin Talib, donde permanecen atrincherados los milicianos fieles a Múqtada al Sáder. Con esta nueva ofensiva, EE UU contradice los términos del acuerdo alcanzado ayer por Al Sáder con el Consejo de Gobierno interino iraquí, en el que aceptaba dejar las armas y salir de la mezquita a cambio de que los marines se retiraran de la ciudad santa.
Según testigos en la asediada ciudad chií, miembros de la Primera División Expedicionaria de Marines norteamericanos se han apostado a escasos 200 metros del santuario, bajo cuya cúpula dorada se cobijan los insurrectos. Los testigos, citados por canales de televisión árabes, indicaron que los militares estadounidenses, en posiciones de combate, llegaron precedidos por carros de combate y apoyados con baterías de artillería ahora visibles desde la puerta del templo, el más sagrado para los más de 130 millones de chiíes que hay en el mundo.
Cerco en Bagdad
También la capital de Irak es hoy escenario de la ofensiva estadounidense para acabar con la revuelta chií. Varios helicópteros de las fuerzas de EEUU han atacado supuestas posiciones de la milicia leal al clérigo radical, en el arrabal de Ciudad Sáder, al noreste de Bagdad. Desde el martes, más de 50 milicianos chiíes han fallecido durante las operaciones para retomar el control en esta inmensa barriada de Bagdad, con dos millones de habitantes, donde el líder del Ejército del Mahdi tiene miles de seguidores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.