Cuatro muertos en un atentado en Estambul en vísperas de la cumbre de la OTAN

Al menos cuatro personas han muerto y otras 21 han resultado heridas esta tarde al estallar una bomba en un autobús municipal que recorría la ciudad turca de Estambul, donde dentro de cuatro días se celebrará la cumbre de la OTAN. Horas antes, la policía halló una bomba cerca del hotel de Ankara donde se alojará el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, el próximo sábado. El artefacto explotó antes de ser desactivado y causó heridas a tres personas.

El segundo artefacto ha explotado a la una y cuarto de la tarde (dos horas más en Turquía) frente a un centro médico de la Luna Roja del barrio de Fatih, en la parte europea de Estambul, según ha informado la cadena de televisión NTV. Fuentes del Directorio Provincial de Sanidad han cifrado en cuatro los muertos -dos hombres y dos mujeres- y en 21 los heridos, de los que 13 se encuentran hospitalizados y uno está muy grave. El resto sufre heridas leves. El Gobernador de Estambul, Muammer Guler, que ha visitado a los heridos, ha señalado que la investigación apunta a que el atentado es obra de algún grupo de extrema izquierda. La policía ha detenido a tres personas, dos hombres y una mujer, por su presunta relación con los hechos.

Dos detenciones han sido llevadas a cabo en el barrio de donde partió el autobús, según la agencia Anatolia. Además, la policía ha realizado registros en centros comerciales y estaciones ferroviarias y marítimas de Estambul, primera ciudad de Turquía con más de 12 millones de habitantes. La policía apunta como hipótesis que uno de los muertos sea un terrorista que en el momento de la explosión transportaba la bomba hacia el lugar donde debía estallar. Las sospechas se centran en una mujer de unos 25 ó 26 años, que ha resultado muerta y cuya identidad se trata de esclarecer. La policía piensa que llevaba la bomba escondida en un bolsa sobre sus rodillas.

La "plena confianza" de la OTAN

Por otro lado, varias televisiones que citan fuentes policiales señalan que el artefacto era una bomba de sonido, pero que ha causado tantas víctimas por ser un lugar cerrado. La explosión de Estambul se ha producido horas después de otra registrada a 20 metros del Hotel Hilton de Ankara, en el que se alojará el presidente Bush durante su visita a la capital el próximo sábado. Los servicios de seguridad del hotel habían encontrado un paquete sospechoso por la mañana, pero ha estallado antes de que llegara un equipo de expertos. Tres personas han resultado heridas, dos policías y un civil.

El atentado ha sido asumido por un grupo de extrema izquierda, según fuentes policiales. Además, la agencia Antolia ha informado de que la policía ha desactivado una bomba artesanal, provista de un temporizador, cerca de Yalova (noroeste), cien kilómetros al sur de Estambul. Los tres ataques se han registrado a apenas cuatro días de la Cumbre de la OTAN de la semana que viene y a la que acudirán los jefes de Gobierno de los miembros de la Alianza, incluido el presidente de EE UU.

Tras conocer la noticia de los atentados, la OTAN ha querido mostrar su respaldo a Turquía, único país musulmán de la Alianza, y su secretario general, Jaap de Hoop Scheffer, ha asegurado que tiene "plena confianza" en que las autoridades turcas mantendrán la seguridad durante la reunión. De hecho, la Casa Blanca se ha apresurado a asegurar que no habrá cambios en el programa de viaje de Bush a Turquía, mientras que el ministro turco de Exteriores, Abdula Gul, ha tratado de minimizar los hechos: "Turquía es un país fuerte y seguro. Semejantes cosas ocurren también en Washington y Londres". Conforme se acerca la fecha de la visita de Bush, se multiplican los actos de protesta en toda Turquía contra ambos eventos, protagonizados por grupos de izquierdas e islamistas, unidos bajo el lema Bush, no vengas.