El ex presidente de Enron no comparecerá ante Congreso que investiga la quiebra de la compañía
Kenneth Lay denuncia en una carta presentada por su abogado el tono "acusatorio" de los legisladores estadounidenses
El ex presidente de Enron, Kenneth Lay, no comparecerá hoy ante dos comités del Congreso que investigan la quiebra de la compañía, la mayor de la historia de EEUU, porque cree que no será tratado de forma imparcial.
Lay había aceptado comparecer de forma voluntaria ante los comités, pero finalmente no lo hará por consejo de su abogado, Earl Silbert, quien, en cartas presentadas para ser leídas al inicio de la sesión, lamenta el tono "acusatorio" de los legisladores.
La decisión se produce poco después de que un informe interno de Enron responsabilizó a los principales ejecutivos por la complicada maraña de sociedades paralelas que sirvieron para ocultar la situación financiera de la empresa y enriquecer a sus responsables.
Durante esta semana hay previstas diez audiencias de diferentes comités del Senado y la Cámara de Representantes sobre la quiebra de Enron y sus consecuencias en accionistas y trabajadores.
Lay, de 59 años y que dimitió el pasado 23 de enero, había aceptado inicialmente comparecer mañana ante el Comité de Comercio del Senado y el de Servicios Financieros de la Cámara de
Representantes.
Tono acusatorio
En su carta a los presidentes de los dos comités, el letrado ha señalado que las audiencias de los comités había adquirido un tono "acusatorio", por lo que había indicado a Lay que "retire su aceptación previa de la invitación".
"No se puede esperar que Lay participe en un procedimiento en el que se han alcanzado conclusiones antes de dársele una oportunidad de ser escuchado", añade la carta.
El abogado Silbert podría referirse a las declaraciones que han realizado varios legisladores últimamente, con expresiones como "Lay tenía que saber que esto era un enorme sistema de fraude", o "alguien tendría que ir a chirona por esto".
El senador demócrata Byron Dorgan considera la decisión de Lay de no acudir al Congreso es "un gran error", ya que el ejecutivo había aceptado comparecer hace más de un mes y dio la impresión de que iba a colaborar con los legisladores.
Dado que el anuncio es muy reciente, no se sabe si las dos audiencias de mañana se celebrarán finalmente, ya que Lay era el principal compareciente previsto.
Tampoco se sabe si el Congreso enviará una citación judicial al antiguo presidente de Enron, una opción legal que no puede descartarse.
Investigación interna
El anuncio de la no comparecencia de Lay se produce muy poco después de que la divulgación de una investigación interna encargada por el consejo de dirección de Enron, que ha culpado de la quiebra a la oscura gestión de los principales ejecutivos.
El informe señala la creación de cerca de 3.000 sociedades paralelas, muchas de ellas participadas por los ejecutivos, a pesar de que ello es una violación de las normas de ética de las corporaciones.
Esas asociaciones permitieron ocultar de los libros de contabilidad cerca de 1.000 millones de dólares en pérdidas entre septiembre del 2000 y septiembre de 2001.
En ese período, los principales ejecutivos vendieron sus acciones de la empresa y obtuvieron beneficios de muchos millones de dólares, mientras los títulos se mantuvieron con una cotización elevada, gracias a esas prácticas dudosas.
Compleja maraña
El llamado Informe Powers, presentado en la noche del sábado y que tiene 218 páginas, responsabiliza sobre todo al jefe de finanzas de Enron, Andrew Fastow, de la creación de esa compleja maraña de compañías y al ex presidente, Kenneth Lay, por permitir esas actividades.
La investigación señala que, sólo en una de esas asociaciones Fastow logró un beneficio personal de 4,5 millones de dólares tras una inversión de 25.000 dólares.
Según la prensa estadounidense, Fastow logró en total 30 millones de dólares con su participación en esas asociaciones paralelas.
"Los directivos se enriquecieron con decenas de millones de dólares que no debían haber recibido", sentencia el informe, que critica la decisión de permitir a los ejecutivos participar en las asociaciones, a pesar de que contravenía las normas éticas.
El informe, presentado ante un tribunal de quiebras de Nueva York, señala que los principales ejecutivos de la compañía facilitaron "la manipulación de las declaraciones financieras de Enron".
También responsabiliza a la empresa auditora Arthur Andersen, porque señala que "no cumplió sus responsabilidades profesionales" al auditar los libros de cuentas de Enron ni avisó a los directivos de sus preocupaciones acerca de las sociedades paralelas.
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