Cómo reflejar una realidad más justa solo con tu móvil
La realidad aumentada, el sistema del juego ‘Pokémon GO’, puede servir para el activismo. En Nueva York han creado estatuas de mujeres con esta tecnología
En Nueva York, el 91% de los monumentos están dedicados a hombres, pese a que el 52% de la población no lo son. El ya exalcalde de la ciudad Bill de Blassio anunció en su segundo mandato una inversión de 10 millones de dólares para llevar a cabo siete estatuas de mujeres históricas, pero cuando terminó su legislatura aún no se había construido ninguna. El colectivo Extended Reality Ensemble (XRE) ha decidido no esperar y utilizar la tecnología de la realidad aumentada para reemplazar algunos de los monumentos más notables de la ciudad por otros de mujeres o personas no binarias. El proyecto se titula Make Us Visible (danos visibilidad) y se lanzó en marzo de 2022 como parte de las actividades durante el mes histórico de la mujer. “La realidad aumentada es el medio perfecto para conseguir cambios rápidos”, explica Anne Wichmann, una productora de música alemana cofundadora del colectivo y creadora del proyecto junto a la italoaustraliana Clara Francesca. “Además, al ser gratuito, permite que el arte sea accesible para todos aquellos que dispongan de un teléfono inteligente”.
La realidad aumentada (RA) incorpora imágenes virtuales a algo real permitiendo que el usuario interactúe en esta realidad alterada o mejorada. El director ejecutivo de Apple, Tim Cook, se considera su admirador número uno. “Es una de las pocas tecnologías profundas que existen. Un día volveremos la vista atrás y nos preguntaremos cómo podíamos vivir sin ella”. Cook también la prefiere por encima de la realidad virtual, ya que, según él, “permite que los usuarios estén presentes, pero mejora la realidad. La mayoría no quiere aislarse del mundo”, afirmaba en 2017 en una entrevista en el programa estadounidense Good Morning America.
La RA se hizo conocida en 2016 con gran polémica a raíz de Pokémon GO, considerado el videojuego más mortífero de la historia, que produjo multitud de accidentes entre jugadores distraídos que trataban de cazar pokémons incluso conduciendo, lo que ocasionó también muchas muertes. Ahora se aplica en otros ámbitos además del entretenimiento. Se está incorporando con mucho éxito a la estrategia empresarial, especialmente al comercio electrónico, ya que, según los datos internos de Shopify, un producto que ofrezca una experiencia 3D de realidad aumentada tiene un 94% más de posibilidades de compra, un dato que no debería pasar inadvertido al sector privado. Pero además de las ventas, la arquitectura, los videojuegos y el marketing, la RA también se puede aplicar a la educación, al turismo, a la astronáutica o a la medicina, donde está revolucionando el campo de la cirugía.
“Un día nos preguntaremos cómo vivíamos sin esta tecnología”Tim Cook, de Apple
La gran sorpresa ha sido que el activismo, mucho menos predecible, ha encontrado en la RA una herramienta para aumentar su eficacia. El artista Mark Skwarek es el mayor referente y el más ambicioso: ha tratado incluso de unir Corea del Norte y del Sur mediante realidad aumentada. Empezó a aplicar esta tecnología para el activismo en 2010 creando una aplicación, The Leak in Your Home Town (una fuga en tu ciudad), que protestaba por el derrame de petróleo en el golfo de México, el mayor vertido en la historia de EE UU. Y siguió con Occupy Wall Street, que se convirtió en el primer movimiento en utilizar RA para sus manifestaciones. “No se nos permitía protestar en Wall Street. La realidad aumentada nos dio una voz”, explicaba Skwarek, impulsor de la aplicación protestAR, con la que se podía, enfocando con el móvil el edificio de la Bolsa de Nueva York, ver cómo este se convertía en una máquina tragaperras.
Esta tecnología tiene la capacidad de impactar en la sociedad al proponer un cambio de mensaje, de paisaje o de perspectiva. Impulsa la concienciación y promueve una representación plural que incluye las narrativas de las minorías. En Nueva York, el colectivo Movers and Shakers la utiliza para educar sobre la historia estadounidense desde una perspectiva que incluya a las personas negras, indígenas y de color. “La historia de los negros ha sido sistemáticamente erradicada durante siglos. Y todavía nos vemos obligados a confrontar monumentos de esclavistas en espacios públicos”, explicaba Glenn Cantave, uno de los miembros, en una charla TED. “Nuestra visión es un Pokémon GO para una historia contextualizada”.
En palabras de la activista británica Aisha Thomas en su propia web, “hasta que la sociedad nos represente a todos, la pregunta siempre será: ¿a qué pertenezco? ¿Pertenezco?”. La representación importa y ha de ser intencionada como un paso más hacia la igualdad. Esta misma línea sigue el colectivo XRE en Make Us Visible. En su página web se accede a un mapa interactivo y una audioguía a través de los monumentos de RA alternativos de mujeres o personas no binarias. Al pulsar en el icono de cada escultura se accede a la información del artista y a descubrir cuál fue su inspiración para crear la obra. Las piezas quedarán encapsuladas en NFT (certificado digital único que se asocia a un archivo) y estarán disponibles online de forma permanente con el fin de generar una discusión sobre los monumentos públicos en el mundo. Como explicaba la geógrafa feminista Leslie Kern en su libro Ciudad feminista, en la actualidad las ciudades están organizadas “para sostener y facilitar los roles de género tradicionales de los hombres, tomando las experiencias masculinas como la norma y mostrando poca consideración por la manera en que la ciudad puede obstruir los caminos de las mujeres e ignorar su experiencia cotidiana de la vida urbana”. En una conversación mantenida por correo electrónico, la investigadora Elo Vega habla de una violencia invisible ejercida a través de los monumentos públicos: “El análisis y el desvelamiento de la función política de las representaciones constituyen una tarea fundamental en los procesos de identificación de la violencia simbólica, un empeño indispensable en la lucha de las mujeres por su emancipación”.
XRE se ha asociado a la organización fundada por Michelle Obama, United States of Women, que ha emparejado tres de las obras de realidad aumentada a acciones concretas de activismo. Mr. Blacklash (Angela Davis), de Erin Ko, busca un aumento de la representación femenina en el congreso; Excluded: Black Women in American History, de Lauren Owen, quiere aumentar el número de personas de color (solo tres) y mujeres (cinco) representadas en la Corte Suprema, y Colours of Kalpana, de Ans Kumar, informa de que dos tercios de las deudas por préstamos universitarios son de mujeres y solicita a Biden que se cancelen. También han anunciado su expansión a Europa.
Make Us Visible estará en octubre en Múnich aprovechando que el programa de arte público de la ciudad se centra este año en generar un debate en torno a los monumentos públicos y la igualdad de género. Allí presentarán alternativas de realidad aumentada a los monumentos vigentes y programarán actividades paralelas que contribuyan al debate. Harán lo mismo en Venecia en septiembre.
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