Asisto de vez en cuando en la televisión al histérico griterío sobre el estado de las cosas de los opinadores que parecen saber de todo. Y tiemblo cuando los presentadores del esperpéntico teatro me previenen sobre las durísimas imágenes que nos van a ofrecer
No solo fueron los goles y la copa. También fue la entrega, la pasión. Porque Diego fue artista, pero también guerrero. A cambio, claro, se le pidió la eternidad