Boda de cortijo
Cayetano Martínez de Irujo ha salido este sábado de la iglesia del Cristo de los Gitanos en Sevilla con una flamante duquesa consorte del brazo y con ínfulas de grande de España


Llamarse Cayetano puede ser muy cayetano. Pero apellidarse Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart ya es el sumun del cayetanismo. El duque de Arjona y conde de Salvatierra salió este sábado de la iglesia del Cristo de los Gitanos, en Sevilla, con una flamante duquesa consorte del brazo y con ínfulas de grande de España. “Dejadnos en paz. Por un día os pido respeto”, espetó el aristócrata a los periodistas, enseñando esas maneras de señorito que ya ha mostrado en anteriores ocasiones. Fue lo único que dijo a la prensa tras dar el “sí, quiero” a Bárbara Mirjan. Se lo veía nervioso o molesto (o ambas). La novia, con cara de circunstancias, observó paciente y abochornada la escena desde un antiguo carruaje de la familia Alba bautizado con el nombre La duquesita.
Los cuentos de hadas ya no son lo que eran. En esta boda de postín, el novio es un señor de 62 años, padre de dos hijos, divorciado y soltero a los ojos de Dios por la gracia del Tribunal de la Rota. La novia, por su parte, tiene 29, solo cinco años más que su nueva hijastra, Amina, con la que compartió pasillos en un elitista colegio inglés de La Moraleja. La hija del duque, tímida y discreta, dio su bendición al enlace oficiando de madrina, rol que le habría correspondido a la inolvidable Cayetana de Alba, fallecida en 2014.
Tras la regañina a los medios, el duque y la duquesa desaparecieron por las calles de Sevilla rumbo a la finca Las Arroyuelas. Los novios ofrecieron un convite en su cortijo —cómo no— al que estaban invitados príncipes, marqueses, condes, socialités y estrellas de la televisión. Dicen que al duque, ex jinete olímpico y empresario agrícola, le hacía ilusión celebrar su boda en el campo andaluz, ese mismo campo al que un día tachó de holgazán. “En Andalucía hay pocas ganas de trabajar”, le dijo hace unos años a Jordi Évole, criticando el Programa de Fomento de Empleo Agrario (PER). Sus palabras enfadaron a los jornaleros y tuvo que rectificar. Nobleza obliga.

“Nosotros nunca nos hemos arruinado porque nunca hemos sido ricos. El patrimonio se tiene, pero no da dinero”, explicó Martínez de Irujo en esa misma entrevista. Lo que sí da dinero son las exclusivas de ¡Hola! El aristócrata anunció su boda con Bárbara Mirjan en la biblia del corazón. “He estado varias veces en la ruina. Estoy aprendiendo a ser empresario sin dinero. Con dinero heredado, es relativamente fácil. Lo difícil es salir adelante sin dinero y pidiéndolo a los bancos”, confesó. Habrá que esperar al próximo miércoles para ver si hay o no una nueva exclusiva, que las bodas y los viajes de novios no se pagan solos.
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