La polémica herencia del actor Michael Gambon deja sin nada a la madre de dos de sus hijos

La vida sentimental del actor británico Michael Gambon, fallecido en septiembre de 2023, a los 82 años, también hubiese dado para una película. En 1962, con tan solo 22 años, se casó con Anna Miller, que pasó a convertirse en Anna Gambon, al tomar el apellido de su marido. Dos años más tarde, en 1964, tuvieron a su primer y único hijo juntos, Fergus, quien hoy tiene 60 años. Tras más de cuatro décadas de matrimonio, en el año 2000, durante el rodaje de la miniserie de Channel 4 Longitude, el intérprete conoció a la escenógrafa Phillipa Hart, 25 años menor que él, e iniciaron una relación que duró más de 20 años y de la que nacieron dos hijos, Tom, que llegó al mundo en 2007, y Will, nacido en 2009. Según los medios británicos, la esposa de Gambon conocía esta relación y, aunque al principio generó conflicto en el matrimonio, con el tiempo fue aceptada. El actor, conocido mundialmente por dar vida a Dumbledore en la saga de Harry Potter, se dividía entre la casa que compartía con su mujer y la que compartía con su amante y sus dos hijos pequeños, y nunca ocultó esta situación a su círculo más próximo. Aunque celoso de su intimidad, tampoco la publicitó ni comentó nada a los medios de comunicación.

Es por este motivo por el que la herencia del actor ha generado cierta sorpresa después de que este martes 5 de marzo se conociera su testamento. Según informan medios como el Daily Mail, que han tenido acceso a los documentos, Gambon ha dejado un total de 1.465.882 de libras esterlinas (unos 1,7 millones de euros) a su esposa, y nada a su novia. El testamento, fechado en el año 2016, convierte a Anna Gambon en la albacea de su patrimonio junto a su hijo Fergus. Sus otros dos hijos, que en la actualidad tienen 17 y 15 años, recibirán 10.000 libras y un pequeño trofeo cada uno (un corazón de plata, insignia que Gambon recibió como reconocimiento a su trabajo como actor de teatro, una en 1987 y otra en el año 2000, por el Variety Club). Tras ser interrogada por el tabloide británico sobre si conocía que había sido excluida de la herencia, Phillipa Hart ha respondido: “No es asunto mío. Y realmente no quiero hablar de esto”. Fergus, el hijo mayor del actor, también ha declinado hacer cualquier tipo de declaración sobre el tema.

Michael Gambon falleció el pasado 28 de septiembre por las consecuencias de una neumonía, como informó a través de un comunicado su agente Clair Dobbs, emitido en nombre de la familia del intérprete y recogido por The Guardian: “Estamos devastados por anunciar la pérdida de Sir Michael Gambon. Amado esposo y padre, Michael murió pacíficamente en el hospital con su esposa Anne y su hijo Fergus junto a su cama, después de un ataque de neumonía. Michael tenía 82 años. Pedimos que se respete nuestra privacidad en este momento doloroso y agradecemos los mensajes de apoyo y amor”. Celebrado por público y crítica, tanto por sus roles en teatro como en la gran y pequeña pantalla, Gambon fue admirado además por varias generaciones de compañeros de profesión, como señalaba el mismo diario.

“Fue enormemente prolífico, con más de 150 apariciones entre televisión y cine, en una era en que incluso la mitad de esa cifra habría sido impresionante y poco habitual. Y eso para un hombre cuyo currículo en el teatro también fue prodigioso”, subrayó por su parte la revista Variety. Aunque fuese conocido principalmente por su papel protagonista en la serie The Singing Detective y como Albus Dumbledore en la adaptación cinematográfica de la saga de Harry Potter, entre sus personajes también destacaron dos reyes de Inglaterra (Eduardo VII en la película para televisión El príncipe perdido y Jorge V en la oscarizada El discurso del rey), Winston Churchill (en la televisiva El secreto de Churchill) o el presidente de EE UU Lyndon B. Johnson (en Camino a la guerra, con nominación al Emmy incluida). Y, a la vez, varios gánsteres o el directivo de una compañía de tabaco en El dilema, de Michael Mann.

En el año 2015, Gambon anunció su retirada de los escenarios en una entrevista al periódico The Sunday Times. Reconoció entonces tener problemas de memoria que le impedían aprenderse los guiones. Años antes, precisamente por olvidar su parte del guion, llegó a sufrir un ataque de pánico por el que tuvo que ser hospitalizado. “Es algo horrible de admitir, pero no puedo hacerlo. Me rompe el corazón”, reconoció el actor, quien también admitió que desde hacía un tiempo solo aceptaba papeles cortos y actuaba con un pinganillo para que le pudieran chivar sus líneas cuando las olvidaba.

En la gran pantalla, su última aparición fue en un pequeño papel en la cinta de terror Cordelia (2019), del británico Adrian Shergold, que recibió críticas mixtas. El legado del actor fue distinguido con un Emmy, también con el galardón honorífico de los Premios del Cine Independiente Británico en 2012 y cuatro galardones de la Academia Británica de Cine. En España fue reconocido como mejor actor en el Festival de Sitges de 1989.