Salen a subasta más de 500 artículos de Raquel Welch: biquinis, joyas, vestidos y su Globo de Oro
Un año después de la muerte de la actriz, que se convirtió en uno de los mayores mitos eróticos de Hollywood en los años setenta, Julien’s Auction presenta una venta exclusiva inspirada en su legado
La vida como mito erótico está llena de frustraciones. Así lo reveló Raquel Welch en más de una entrevista, como cuando habló con la revista Rolling Stone en 1974, después de protagonizar una sugerente campaña para Coca-Cola y de ser nombrada La mujer más deseada de la década de 1970 por la revista Playboy. “Para el gran público, soy la botella de Coca-Cola andante y parlante de América, la mujer Marlboro. Lo odio. Me río porque es gracioso, pero lo odio. Seamos realistas, ¿cómo se vive la vida de una botella de Coca-Cola? No hay tangibilidad en mi imagen. Dudo que la gente crea que mis partes se mueven. Bueno, pues lo hacen”, defendió la actriz, fallecida en febrero de 2023, a los 83 años, después de una breve enfermedad. Welch consideraba la belleza “una muleta” sobre la que había construido su carrera. Todo comenzó con su papel de la cavernícola Loana en la película Hace un millón de años. Solo tenía 33 líneas de diálogo ―sin contar los gruñidos―, pero lucía un diminuto biquini beige que en 1966 la catapultó a la fama. Ahora, ese biquini y otros de los artículos más preciados de la artista salen a subasta.
Welch, que participó en más de 30 películas y medio centenar de programas de televisión, pasó de ser prácticamente desconocida a uno de los mayores símbolos sexuales del siglo XX en cuestión de meses, aclamada por The New York Times como “un maravilloso monumento a la mujer”. Y casi con ese mismo leitmotiv, Julien’s Auction ha presentado la venta exclusiva Bombshell: The Raquel Welch Collection (La bomba: la colección de Raquel Welch), compuesta por disfraces, premios y recuerdos de la intérprete que se subastarán el próximo 12 de abril en Los Ángeles (California).
“Raquel Welch era esa singular estrella de Hollywood enrarecida que lo tenía todo: gracia, glamour y agallas en el cuerpo de una diosa, cuya aparición estelar en Hace un millón de años se convirtió en una de las imágenes más cinematográficas de la historia y uno de los carteles pin-up más vendidos de todos los tiempos”, aseguró Darren Julien, director ejecutivo y cofundador de Julien’s Auctions, durante la presentación de la subasta, este lunes 19 de febrero. “Fue adorada no solo por su impresionante belleza, sino por su legado de representaciones innovadoras de mujeres guerreras fuertes que poseían la misma ferocidad y fiereza que ella”, recordó.
Entre los más de 500 artículos que componen ese legado de la actriz por el que ahora sus más fervientes seguidores van a poder pujar, está incluido el Globo de Oro a la mejor actriz en una comedia o musical que ganó en 1974 por su papel de Constance en Los tres mosqueteros. Se estima que se pujen por él entre 3.000 y 5.000 dólares ―entre 2.700 y 4.600 euros―. Otros de los lotes más exclusivos serán su placa del Paseo de la Fama de Hollywood, estimada entre 200 y 300 dólares ―entre 185 y 277 euros― o, en principio, el más caro de todos, su Mercedes Benz SL descapotable de 2018, que se estima que llegue a alcanzar los 100.000 dólares ―unos 92.700 euros―.
En cuanto a las piezas de vestuario, además de una réplica de su icónico biquini de cavernícola de Hace un millón de años, de gamuza y piel sintética y con un precio estimado entre los 500 y los 700 dólares ―460 y 648 euros―, también estarán a la venta un vestido de estilo flapper que usó en la película Fiesta salvaje (1975), un bañador con el estampado de la bandera estadounidense inspirado en el traje que lució en Myra Breckinridge (1970) ―donde se convirtió en “una aliada pionera de la comunidad LGTBI” al interpretar a una mujer transgénero, según recuerda la casa de subastas―, o el biquini de lentejuelas que usó en la comedia Bedazzled (1967) para encarnar a uno de los siete pecados capitales ―la lujuria, cómo no―. Algo más de tela tienen otros conjuntos hechos a medida por los diseñadores favoritos de la actriz, Bob Mackie, Norma Kamali y Givenchy, que usó en desfiles de moda y eventos de Hollywood como la gala de los Oscar.
Además, se ofrecerán un puñado de sus piezas de joyería. Destaca su anillo de bodas de diamantes y oro de 14 quilates, de su enlace con Richard Palmer ―ninguno de sus cuatro matrimonios duró demasiado―, que se estima que alcance entre 10.000 y 20.000 dólares ―9.200 y 18.500 euros―. A este anillo se suman un reloj de pulsera Rolex Oyster de acero inoxidable y oro, y varias piezas de Tiffany & Co, entre otras joyas.
Algunos de estos artículos se presentarán en una exposición pública en el Museo de Iconos de Estilo de Newbridge, en Irlanda, a partir del 23 de febrero, y la subasta también estará disponible online a través de la página web de Julien’s Auctions. Una subasta que llega prácticamente un año después de su muerte, como un homenaje a una artista que ha dejado huella. Aunque como ella misma insistía en la entrevista de Rolling Stone: “No soy un fenómeno que existe fuera del tiempo, un anacronismo de importancia sociológica. Soy una persona”.
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