Un vino hecho a mano, segundo mejor del mundo

La elaboración de Valduero 12 años es la representacíón artesana de la excelencia, pero también un proceso de ejemplar respeto al medio ambiente. Está íntegramente hecho a mano: nunca ha tocado máquina alguna. Su nacimiento en las tierras más altas de la Ribera de Duero, en los alrededores de Gumiel de Mercado (Burgos), parte de unos viñedos que se cultivan de manera natural, sin uso de químicos, sin riego, sin pedirle a la tierra más de lo que la tierra de modo natural da, con el 100% de uva de la variedad tempranillo (tinto fino). “Somos menos de un segundo en la historia de nuestra tierra, y nuestro anhelo es cuidarla y que esta nos dé lo mejor de sí”, reflexiona Yolanda García Viadero, una de las hermanas fundadoras de Valduero. “Nuestro ecologismo no es una moda, es una convicción”. Este vino es la demostración de la eterna vida que puede tener la uva tempranillo procedente de un viñedo en vaso. Se elabora solo en añadas realmente excepcionales, con una producción limitada y numerada. Un vino de coleccionista... armado de paciencia, porque no resulta fácil resistir a la tentación de deleitarse con este trago.

Una producción selecta y selectiva

El viñedo que alumbra Valduero 12 años tiene más de nueve décadas, y su producción no supera los 1.500 kilos por hectárea. Nacido de tierra de arcillas y calizas, las levaduras autóctonas le confieren el carácter y la personalidad del terroir. “Desde 1999 elegimos las mejores uvas de los mejores viñedos”, cuenta Viadero. “Vendimiamos a conciencia y con cariño, de manera totalmente artesana”.

Para eleborar Valduero 12 años se desgrana o despalilla a mano cada racimo cuando llega a la bodega, tras la vendimia, también manual. Valduero apuesta así por el talento humano y la artesanía, para que no sean sustituidos por las máquinas. Y realza, de paso, el carácter regio de una uva, la tinta fina, que en tan alta latitud y de tan natural cultivo, es puro oro.

Somos menos de un segundo en la historia de nuestra tierra, y nuestro anhelo es cuidarla y que esta nos dé lo mejor de sí. Nuestro ecologismo no es una moda, es una convicción

Yolanda García Viadero, cofundadora de Bodegas Valduero

Debe su nombre (12 años) al reposo que guarda el vino antes del descorche: permanece al menos 48 meses en barricas de roble de seis orígenes distintos, y otros ocho años en botella. Ese envejecimiento paciente es un homenaje al arte de pasar el vino por varias maderas de orígenes diferentes, para después dormir durante años dentro de la botella, bajo bóvedas excavadas en las cuevas de Valduero, lo que entronca con la idea de que el vino vuelva a criarse en la quietud de la madre tierra.

En ránkings de referencia

Valduero 12 años 2001 se ganó un puesto entre los denominados Siete magníficos del planeta enológico en la cata celebrada en Wiesbaden (Alemania) por la revista Fine, icono del lujo centroeuropeo, en la temporada 2021-2022. Coleccionistas del Viejo Continente, acostumbrados a atesorar en sus bodegas botellas de incalculable valor, decidieron en cata ciega conceder a Valduero 12 años la segunda posición. Este fue el resultado:

1. Château Haut-Brion (Burdeos, Francia)

2. Valduero 12 Años (Ribera del Duero, España)

3. Château Petrus (Burdeos, Francia)

4. Penfolds Grange (Australia)

5. Masseto (Italia)

6. Pingus (Ribera del Duero, España)

7. Romaneé Conti Echezeaux (Borgoña, Francia)

Por otro lado, Valduero 12 años ha logrado este 2022 el reconocimiento de uno de los masters of wine más prestigiosos de Europa. En un reportaje en Decanter 2022, Pedro Ballesteros aclama a los tres mejores vinos de Ribera: Vega Sicilia, Pingus Valduero y Valduero, y pone énfasis en el carácter artesanal de Valduero 12 años. Según él, “Valduero 12 años 2001 es un vino excelente que, sin duda, está dirigido a un tipo de personas acostumbradas a disfrutar de los grandes del mundo”. Y cómo no, a coleccionistas y amantes del vino capaces de valorar la producción artesanal. “Un vino virtuoso y único en su clase”, concluye Ballesteros.

Quienes lo han probado no olvidan el retrogusto y la satisfacción que produce un vino tan señero. El futbolista Cristiano Ronaldo, el escritor Ken Follet y el músico Mark Knopfler (líder del grupo Dire Straits) son miembros de honor del club Valduero La Tenada desde hace más de siete años. Entre otros, también se alinean en esa cofradía del buen buqué los chefs con tres estrellas Michelin Martin Berastegui y Elena Arzak, el tenista Feliciano López o la diseñadora Ágatha Ruiz de La Prada. El club se gestó en el año 2010, año en el que la selección española de fútbol ganó la Copa del Mundo. Pensado para empresas y personas de un perfil muy marcado (directivos, ejecutivos, grupos de amigos y verdaderos amantes del vino), lo inauguró Vicente del Bosque, entrenador de aquel histórico equipo.

Para hacerse socio del club, hay que adquirir una barrica de vino, equivalente a 225 litros de vino, que el comprador puede decidir cómo distribuir en los formatos que desee: 300 botellas de 0,75 litros; 150, de 1,5 litros; 75, de 3 litros; 45, de 5 litros, o 15 de 15 Litros.