“El textil patrimonial es la forma de tejer de los ancestros”: una tribu de artesanos vuelve a las raíces
Mallorca acoge XTANT 2021, un encuentro global que ofrece conferencias, exposiciones y una muestra con la venta de piezas de 45 creadores locales e internacionales
Al caer la tarde, en la imponente terraza del Museu Es Baluard, en plena fachada marítima de Palma, una mujer se prueba un sombrero y se mira coqueta en el espejo. Es de paja de trigo florentino y está hecho a mano por la artesana Ana Lamata, que tiene su taller en Madrid. La mesa con los sombreros y turbantes cuidadosamente desplegados está rodeada de otros expositores, con vestidos de algodón orgánico colorido, cojines de lanas o bolsos de yute. Forman parte de la muestra de 45 artesanos locales e internacionales que exponen y venden sus productos en el encuentro global de artesanía textil patrimonial XTANT 2021 que se celebra hasta el 26 de junio en Palma y que también ofrece charlas, demostraciones de artesanía y una exposición de tejidos en el cercano Casal Balaguer.
“El textil patrimonial es la forma de tejer de los ancestros, es un lenguaje que mostraba de dónde venías, quién eras y lo que sentías. La Revolución Industrial lo rompió y ahora todo está absorbido por la industria de la moda, que domina el lenguaje y lo controla” explica Kavita Parmar, diseñadora y experta en textil que junto con su socia Marcella Echavarría y la Asociación Contemporánea de Artes y Oficios impulsa este interesante encuentro global. Su proyecto inicial para fomentar la trazabilidad de las prendas de ropa y dar su lugar al artesano derivó en la etiqueta Who made my clothes (Quién hizo mi ropa), que a través de las redes sociales intentó recuperar la humanidad que se había perdido con la industrialización. Una aventura que durante tres años no tuvo mucho éxito hasta el derrumbe en 2013 del edificio Rana Plaza de Bangladesh, un complejo que albergaba numerosos talleres textiles en la capital Dacca en el que murieron 1.134 trabajadores y que provocó un cambio en muchas personas que comenzaron a interesarse por el proceso de creación de sus prendas de ropa. Un trabajo de activismo que, para Parmar, solo se puede hacer día a día “con tu tribu” y que decidieron llevar a varias partes del mundo en este formato.
La lejanía de la gran industria, las prendas hechas a mano y los materiales naturales son el alma de la ecléctica muestra. Irene Peukes, diseñadora y artesana, trabaja el calzado y algunas prendas de ropa en su marca Pla. Los zapatos son de yute trenzados con algodón, con suela de caucho natural y fieltro sostenible mientras que las prendas están tejidas a mano en Guatemala. “Intento unir la artesanía del mundo con el saber hacer de Mallorca” cuenta. Junto a ella, Araceli Iranzo expone los bolsos y carteras hechos de palmito mallorquín, que ella misma recoge, seca y trenza a través de su marca Antic Mallorca. Recoge la tradición abandonada del pueblo de Capdepera, que antes del boom turístico vivía de sacar rendimiento a este material. “Son cestas y bolsos que duran toda la vida, tardas 25 o 30 horas en hacerlos. La calidad es muy superior a lo que viene de otros países, que no tiene que ver ni en color ni consistencia” señala.
Muy cerca expone Carmen María Castañeda, que estudió Bellas Artes y tras un tiempo en París se especializó en técnicas de bordado de alta costura. Descubrió que siempre se aplicaban a la moda pero no se captaba el lado sensible, el de los lenguajes que crean los materiales y los dibujos. “Empecé con complementos que me ayudaron a experimentar con los bordados y luego me di cuenta de que no necesitaba una prenda o un patrón para desarrollar conceptualmente mi trabajo” afirma. Ahora está centrada en la artesanía artística contemporánea bajo el nombre de Anónima by CM y trabaja el bordado en lienzo, organza y papel vegetal experimentando “la imperfección de la técnica” con el crochet de Luneville, un método que no permite al artesano ver lo que está bordando y que le sirve para llevar los tejidos al límite.
En otro de los expositores se pueden admirar las coloridas telas que muestra Oceane y que provienen de Burkina Faso. Ethical Fashion Initiative trabaja con algodón orgánico del país africano, donde se fabrican las telas de las prendas y los muñecos expuestos. Telas que, según cuenta Oceane, llegan después a prendas y complementos de firmas como Loewe o Camper. La típica tela de llengues mallorquina, utilizada para muebles, bolsos o zapatos, fue este año eje de atracción de este evento efímero a la isla. Un textil que, como el del resto de prendas de la muestra, representa el concepto del lujo que tiene Parmar: “El lujo es algo que es escaso, que toma tiempo. Y eso, sin duda, lo es la artesanía” concluye.
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