Sarah Ferguson: cameos, cuentos y ahora jurado en un programa de televisión
La exesposa de Andrés de Inglaterra ha rodado el episodio piloto de un concurso de baile con caballos
La exesposa de Andrés de Inglaterra, Sarah Ferguson, es uno de los personajes más peculiares de la realeza británica. Su divorcio hace más de 25 años y los escándalos han marcado la vida de una mujer que rompía los esquemas de la reina Isabel II. Y lo sigue haciendo, aunque la relación entre ambas ha mejorado. Continúa viviendo con su exmarido en en el Royal Lodge, una casa en Windsor, y su personalidad carismática la convierte en una de las más cercanas con la prensa dentro de la familia real. Suele ser habitual verla en programas o documentales que analizan la historia de la corona. Pero ahora Ferguson se ha sumado a un proyecto televisivo de mayor envergadura: será jurado en Dancing with horses, un concurso de baile con caballos.
Se trata de una emisión de la cadena estadounidense Fox que se asemeja a otros formatos similares en los que los famosos realizan coreografías de bailes de salón o patinan sobre hielo, solo que en esta ocasión los equinos son la pareja de baile. La función de la madre de Eugenia y Beatriz de York es calificar las presentaciones y valorar el trabajo semanal de los participantes junto a otros expertos. Por el momento solo ha grabado un episodio piloto, que se rodó antes del confinamiento, pero fuentes cercanas a ella han revelado que está “ilusionada” con este nuevo rumbo profesional que le permite apartarse del foco mediático que ha generado la implicación de su exmarido en la red de tráfico sexual de menores organizada por Jeffrey Epstein.
Una productora del programa, Claudia Rosencrantz, ha contado al portal Deadline que “ha sido maravilloso trabajar con ella” en un espectáculo que define como “exquisito, complicado y estupendo”. Rosencrantz lleva ocho años preparando este espacio televisivo y ha explicado que el primer episodio ha sido grabado en el Reino Unido “para tener acceso a caballos altamente entrenados de Gran Bretaña y Francia”. Algo que por el resultado “ha merecido la pena”.
Ferguson fue escogida como miembro del jurado por su gran vinculación con el mundo equino. Ha participado en carreras y causas benéficas en torno a estos animales, como la Fundación contra el Cáncer The Bob Champion. También acude cada año al hipódromo de Ascot, una cita muy importante para la realeza y la aristocracia británica.
En lo que respecta al mundo televisivo, la exnuera de la soberana ha hecho cameos en series como El vicario de Dibley o Friends. En esta última apareció a petición de sus hijas en un episodio de la cuarta temporada cruzándose por las calles de Londres con Matt LeBlanc, que interpretaba a Joey Tribbiani. La duquesa de York también ha puesto voz a un personaje en un corto animado y fue una de las productoras, junto a Martin Scorsese, de la película de 2009 La reina Victoria, protagonizada por Emily Blunt.
El pasado mes de abril Ferguson abrió un canal de YouTube al que sube vídeos en los que lee cuentos. Una iniciativa en la que también han participado amigos para mantener entretenidos a los más pequeños durante el confinamiento. “Estoy pensando en todos los niños que solo necesitan un poco de magia, así que cada día me veréis en la serie Fergie y Amigos”, escribió en su cuenta de Instagram, donde acumula casi 300.000 seguidores. A sus 60 años, es una reconocida autora de libros infantiles y recientemente ha firmado un contrato con una editorial australiana para publicar siete obras más.
La duquesa de York también fue imagen de una firma de productos de adelgazamiento durante los años que más alejada se mantuvo de la familia real. Primero adorada y después odiada por los ingleses, narró cómo los errores de su pasado continuaban asediándola. Tras ser pillada por una cámara oculta del periódico sensacionalista News of the World intentando vender a un falso empresario contactos comerciales con su exmarido a cambio de dinero, Ferguson tocó fondo emocionalmente.
Fue entonces cuando decidió cambiar su vida. Inició un duro viaje que se plasma en Buscando a Sarah, un programa de telerrealidad emitido en la cadena de la presentadora Oprah Winfrey. “Mi padre me llamaba oveja tonta. Y me decía que parecía un payaso y que tenía que crecer y dejar de ser tan tonta”, decía entonces. “Esta mañana me he mirado al espejo. Y me miraba y me miraba y me he dicho: no me extraña que nadie te quiera, eres horrible”, declaró. En otro momento del programa reconoció ser “adicta a la aprobación”. “En cierto modo me alegro de ser una adicta porque al menos podré darle un nombre. No entendía que pudiera tratarse de una adicción porque no se trata de alcohol, drogas, tabaco... La aprobación, adicta a la aprobación. Tengo un diagnóstico. Creí que solo era un tren descarrilado”, añadió.
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