Del ‘photocall’ casero de Pilar Rubio a la pasarela en su vestidor de Paula Echevarría: los famosos se reinventan
Las presentaciones en tiempos de confinamiento han sido anuladas y las celebridades han buscado otras formas de seguir trabajando
Durante el periodo de confinamiento los influencers han jugado con ventaja frente a los famosos. Acostumbrados a hablar con sus seguidores desde cualquier lugar han sabido cómo promocionar productos desde sus hogares antes que nadie, sin necesidad de acudir a un plató. Ahora el set de rodaje es el salón, la habitación o los pasillos de las viviendas. Este es el caso de la italiana Chiara Ferragni, que en medio de la pandemia ha lanzado su nueva colección de ropa y accesorios deportivos junto a la marca estadounidense Champion. Su vestidor se ha convertido estos días en su pasarela particular, donde en alguna historia de Instagram se ha colado su hijo Leone, de dos años.
Pilar Rubio ha hecho algo similar, pero lo ha llevado un paso más allá. La famosa instaló hasta un photocall en su propia casa para presentar su primera colección de bikinis y bañadores que ha diseñado con la firma Selmark. Un lanzamiento que duró más de ocho horas entre fotografías y entrevistas a través de videollamadas. Aunque las formas fueron atípicas, la presentadora estaba encantada de hablar sobre el proyecto que preparaba desde hacía meses, un conjunto de prendas que definió como “los trajes de baño perfectos”, pues ha intentado que estos se adapten a las necesidades de diferentes mujeres a las que ha preguntado.
Con el objetivo de tratar en mayor profundidad este concepto, Rubio publicó una semana después un vídeo en su cuenta de Instagram para enseñar con más detalle los modelos a sus seguidores. Y en vez de colocarlos sobre una mesa o probárselos ella misma, como acostumbran las influencers, optó por un maniquí. Rellenos con puntada invisible, argollas que esconden los tirantes y tejidos que realzan la figura son algunas de las soluciones que proporcionan los diferentes conjuntos.
Otra celebridad que ha lanzado recientemente su colección de baño es la modelo Emily Ratajkowski. Centrada ahora en su labor como empresaria, la maniquí no ha tenido ningún inconveniente a la hora de presentar las prendas desde el confinamiento. Solo le ha hecho falta una cámara, sus dotes para modelar y las redes sociales para promocionar la colección que considera su favorita desde que fundó este negocio, Inamorata, en 2017.
En cambio, Paula Echevarría ha explotada más su faceta de influencer; aunque ya lo hacía desde mucho antes de la crisis del coronavirus. El estado de alarma provocó la suspensión de dos anuncios y tres sesiones de fotos para campañas publicitarias que la actriz tenía previstos. Pero desde su hogar sigue publicando instantáneas, dando consejos, retransmitiendo sus actividades... En definitiva, generando contenido de especial interés para las marcas que publicita.
La intérprete también ha aprovechado para promocionar su propia firma de ropa, Space Flamingo, y su línea de cosméticos, Paula Echevarría Fragancias. “No es porque lleve mi nombre… Pero este es uno de los mejores esmaltes de uñas que tengo”, ha comentado en referencia a una de las lacas de uñas de su colección. Al principio de la cuarentena, sus colaboraciones con marcas se vieron mermadas, pero poco a poco ha recuperado su apodo de “teletienda”. Samsung, Tous o Pantene, firmas para las que es embajadora, son algunas de las empresas con las que ha colaborado, ya sea para vender productos o hablar de iniciativas que han llevado a cabo durante la pandemia. No falta un día en que no publique una foto en su vestidor.
Lo mismo sucede con Ana Boyer. La hija de Isabel Preysler pasa estos días de confinamiento junto a su marido, el tenista Fernando Verdasco, y su hijo, Miguel, de un año, en Miraflores, la casa de su madre en la urbanización madrileña de Puerta de Hierro. Acostumbrados a llevar una vida nómada por trabajo, se han visto obligados a parar de viajar y celebrar su cumpleaños encerrados. Pero la hija de Miguel Boyer no ha cesado en la promoción de productos a través de las redes sociales. E incluso ha hecho un sorteo de un reloj inteligente.
Más provecho ha sacado Eva Longoria del aislamiento, pues le ha servido para practicar sus dotes de dirección y producción. La actriz de Mujeres desesperadas ha dirigido un anuncio de L’Oréal con su teléfono móvil y desde su vivienda. Un spot de minuto y medio que pronto llegará en una versión reducida para televisión. “Durante un rato pensé: ‘Venga canas, vamos a vernos. Puedo con esto’. Pero no, no estoy preparada para tanto pelo cano”, relata mientras muestra sus avanzadas raíces, por lo que opta teñirse con un producto de esta marca. “Cuidar de uno mismo es ponerse en valor. Porque hoy más que nunca, todos lo valemos”, cuenta Longoria por los pasillos de su hogar después de mostrarle al mundo sin reparos cómo se tiñe, se ducha, se seca el pelo y se lo peina por sí misma.
Existen celebridades, como Jared Leto y Kim Kardashian, que han visto en el uso obligatorio de las mascarillas el futuro de sus negocios. El actor ha puesto a la venta junto a su banda de rock alternativo, Thirty seconds to Mars, unas con mensajes graciosos en torno a la covid-19, como If you can read this, you are too close” (Si puedes leer esto, estás demasiado cerca, en inglés). Según ha comunicado el actor a través de sus redes sociales, donde ha publicado selfis con ellas puestas. El total de los beneficios irán destinados a diferentes organizaciones locales que lo requieran y especialmente a Global Giving, una ONG estadounidense con proyectos en 170 países.
En el caso de Kardashian el éxito con las mascarillas ha sido mayor. En una hora se agotaron todas las unidades. A través de su firma Skims, la empresaria ha presentado una colección de cinco mascarillas sin costuras que emulan diferentes tonos de piel, algo por lo que ha recibido críticas de racismo. Pero la esposa de Kanye West ha hecho oídos sordos y ha prometido fabricar más productos, cuyos beneficios irán destinados a diferentes organizaciones no gubernamentales.
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