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El rey de Tailandia regresa a su país durante un día

El polémico Jefe de Estado voló hasta Bangkok para participar en una celebración monárquica antes de regresar a su refugio alemán

Maha Vajiralongkorn, rey de Tailandia.
Maha Vajiralongkorn, rey de Tailandia.ATHIT PERAWONGMETHA (AFP)

La semana pasada salió a la luz que, ante la amenaza del coronavirus, el rey de Tailandia había optado por aislarse del mundo reservando un hotel entero en el sur de Alemania. Allí permanecía recluido junto a su corte, entre la que se cuentan una veintena de concubinas; una noticia que ahondó el descontento social contra su figura. Maha Vajiralongkorn, sin embargo, rompió su confinamiento el pasado lunes para visitar Tailandia y participar del día Chakri, una festividad que festeja la monarquía que él encabeza. Pero visto y no visto: apenas 24 horas más tarde ya estaba de vuelta en el Grand Hotel Sonnenbichl.

El rey Vajiralongkorn se desplazó hasta Zúrich, donde se reunió con la reina Suthida, quien permanece en cuarentena voluntaria desde hace varias semanas en un hotel de la ciudad suiza. Desde allí ambos pusieron rumbo a Bangkok, a bordo de un avión de la aerolínea Thai Airways –empresa que suspendió sus operaciones la semana pasada a causa de la pandemia– movilizado a tal efecto. En suelo tailandés les esperaban el primer ministro del país, el general Prayut Chan-ocha, y su mano derecha, Apirat Kongsompong, jefe de las fuerzas armadas tailandesas; quienes acompañaron a los monarcas en los festejos.

El día Chakri, en el que los ciudadanos expresan su devoción por la Casa Real tailandesa, tiene lugar cada 6 de abril. Esta fecha conmemora la llegada al trono de Phra Phutthayotfa Chulalok, también conocido como Rama I, quien en 1782 se impuso a una revolución popular que había descabezado al monarca anterior. Rama I unificó el país y estableció su capital en Rattanakosin –la actual Bangkok– a la que renombró como Krung Thep, “ciudad de ángeles”, su nombre oficial hasta nuestros días.

De este modo, Rama I dio comienzo a la dinastía Chakri de la que el rey Vajiralongkorn, que adoptó el nombre de Rama X al subir al trono, es el último descendiente. “Esta pandemia no es culpa de nadie”, declaró el monarca durante su intervención pública el pasado lunes. “El Gobierno debe solucionar el problema entendiendo sus causas. Es necesario establecer un sistema y comunicarlo al pueblo para que lo entienda bien”. A lo largo del día también hizo entrega de material sanitario para hacer frente a la pandemia de Covid-19. El país declaró el estado de emergencia hace dos semanas, lo que supone el bloqueo de la mayor parte del territorio y la entrada de cualquier extranjero no residente. Tailandia es uno de los países más afectados del Sudeste Asiático y hasta la fecha ha registrado 2.250 casos en total, con 27 víctimas mortales, 888 pacientes recuperados y 1.343 todavía activos.

En este contexto, la actuación del rey ha sido criticada con dureza. Hace dos semanas, una campaña digital en su contra se hizo viral en las redes sociales del país. Más de 1,2 millones de personas censuraron su gestión, empleando la etiqueta “Mi ksatriy wi thami?”, traducida como “¿Para qué queremos un rey?”. La conversación pronto se convirtió en uno de los temas más populares, a pesar de que la Corona –institución clave en la arquitectura política de Tailandia– está protegida por una ley de lesa majestad que castiga con cuantiosas multas y hasta 35 años de cárcel cualquier comentario negativo vertido en público.

El rey Vajiralongkorn concluyó su coronación en diciembre del año pasado, pero a causa de su polémico estilo de vida ha dilapidado la credibilidad acumulada durante las seis décadas de reinado de su progenitor, el rey Bhumibol, quien siempre contó con la veneración de la mayoría de sus súbditos. Una de los ataques más reiterados en redes sociales hacía referencia a las largas estancias del rey en el extranjero, donde reside de manera habitual. Esto, no obstante, no parece preocuparle mucho: al día siguiente volvió a abandonar el país rumbo a su guarida europea.

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