Curso rápido para comer en la playa
El calor, la incomodidad y la maldita arena boicotean las comidas playeras, pero conseguir una experiencia agradable zampando al borde del mar es posible con nuestros trucos mágicos.
Comer en la playa no es cómodo. A no ser que te vayas con las sillas, la mesa, la nevera, la carpa, la abuela y el radiocasete y montes una especie de Festival de Benicassim en la arena para horror de los que te rodean, la experiencia de zampar a pie de mar tiende a lo desagradable. Por eso es importante saber conducirse en este proceloso mundo: huir de lo superfluo, dominar el menaje necesario, entender qué comidas son las apropiadas y bajo qué condiciones tienes que llevarlas.
En el vídeo de hoy encontrarás algunos consejos que harán que tus banquetes on de bich suban varios enteros en confort y calidad gastronómica. Para los que sean de secano y no les interese la playa, aviso de que también salgo practicando una danza muy masculina, que deja zanjado de una vez por todas el debate sobre mi heterosexualidad.