Contra el hambre, resiliencia

No es la ciencia de residir siempre en el mismo sitio. Ni el nombre fino para llamar al asilo donde sueñas con meter al abuelo cuando da la lata. Resiliencia es la capacidad de adaptación ante las situaciones adversas. Un ejemplo facilito para que lo entiendas, que te veo con la boca abierta ante ideas tan profundas: un día vienen tus suegros a casa a cenar y se te quema el pollo que tienes en el horno. Sacas el pollo, salvas la poca carne que no se ha quemado y preparas una pasta con ella y cuatro verduras. Tu suegra dice que está bueno. Fin de la historia. Es un caso festivo y puede que un poco frívolo, pero podría ser resiliencia.

Lo que a algunos nos sirve para solventar dramas del Primer Mundo, a otros les salva la vida. El apoyo a la resiliencia se ha demostrado como un arma efectiva en la lucha contra el hambre en los países más afectados por el cambio climático. Mejorándola, cualquier población puede recuperarse antes de una crisis. En El Sahel, franja desértica que recorre África de este a oeste y una de las zonas más pobres del planeta, la resiliencia ayuda a combatir los efectos de las sequías o las fluctuaciones de los precios de los alimentos. Un dato rápido para hacerse a la idea: según el Banco Mundial, un euro invertido en resiliencia supone un ahorro de siete en respuesta de emergencia.

Acción Contra el Hambre promueve la resiliencia en El Sahel con sistemas de alerta para prever la escasez de pastos, microcréditos, huertos nutricionales o proyectos para extraer agua con energía solar, que favorecen la adaptación cuando arrecian los contratiempos. Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra mañana, la ONG y la Comisión Europea han lanzado la campaña 100 ejemplos de resiliencia, en la que tengo el honor de participar junto a los periodistas Mamen Mendizábal y José Antonio Ponseti, los editores de la revista Mongolia Edu Galán y Darío Adanti y el youtuber Celopan.

Tú también puedes formar parte de ella: no tienes más que contar tu caso de resilencia particular en esta web o en las redes sociales con la etiqueta #100resiliencias. Los mejores acabarán en un bonito libro electrónico que se podrá descargar gratis, y que también se enviará a los políticos para que incluyan este asunto entre sus prioridades. Tienes hasta el día 23, así que mueve el cucu y pon tu granito de arena resiliente, que no cuesta nada y obtendrás la impagable gratificación de sentirte mejor persona.