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Qué se come en el Bernabéu: nuevo mercado con la tortilla de Casa Dani, ostras de Normandía y jamón del bueno

El estadio del Real Madrid acaba de abrir un espacio gastronómico de 3.000 metros cuadrados con 17 puestos de comida

Desde esta semana, Madrid tiene un nuevo mercado gastronómico: Bernabéu Market. Se trata de un espacio de 3.000 metros cuadrados, bajo la puerta 45 del estadio, que reúne —de momento— 17 puestos de comida, con la intención de alcanzar la veintena en las próximas semanas. La expectación ante esta apertura es elevada, como todo lo que rodea al recinto deportivo del Real Madrid, convertido en un icono turístico de la ciudad. Según los datos de la última memoria del club, presentada a los socios, el Real Madrid registró una cifra récord de 1.230.000 visitantes durante la temporada 2023-2024 (más de 4.000 personas al día).

“El Bernabéu es un lugar emblemático, visitado por tanta gente como la que acude al Museo del Prado, y teníamos que estar aquí. Es nuestra primera experiencia en un mercado de estas características”, explica Estíbaliz Pérez, socia de Perretxico, conjunto de tabernas que pertenecen al grupo Hirviendo, originario de Vitoria. Acaban de abrir al público un espacio de 30 metros cuadrados, con un mostrador donde ofrecen un surtido de pinchos, entre ellos la estrella de la casa: el donut de cocido vasco en dos vuelcos (8,50 euros).

En la entrada, nada más traspasar el umbral, hay tres espacios que prometen, con jamón, churros y tortillas. La marca de ibéricos Joselito tiene ya caliente el consomé (4,5 euros), que servirá a diario, preparados el jamón, las chacinas, carrilleras y los torreznos “de los buenos”, apunta uno de los cortadores de la firma, Ernesto Soriano. “Estamos en el mejor estadio del mundo, con una visibilidad potente y llegamos con la expectativa de que se van a vender muchos bocadillos”, añade. Los bocadillos más icónicos, con el pan del obrador Alma, se despachan a partir de 9,5 euros. Para los más atrevidos están el de oreja aliñada con mayonesa picante (12 euros); el de gilda, con salchichón, piparra, anchoa y aceitunas (12,5 euros); o el de pastrami, con mayonesa de pepinillos y queso fundido (17 euros).

A pocos metros, Casa Dani, con una de las tortillas más celebradas de Madrid, tiene preparadas una ristra de sartenes de las que, según calcula el responsable del puesto, Basilio Gómez, saldrán cada día al menos 400 piezas (4,70 euros el pincho; 17 euros la entera). “Por algo estamos en uno de los museos más visitados”, afirma. Otro de los reclamos para atraer a la gente —también a los foráneos—, son los churros (cuatro unidades, 3 euros). “A los turistas les gustan mucho; siempre prueban lo tradicional”, comenta Juan Gabriel Gorrachategui, quinta generación de la familia fundadora de la Chocolatería 1902, la más antigua de Madrid. Para los forofos del club blanco, el puesto ofrece un repertorio de pastas en homenaje a las copas ganadas, a la camiseta merengue o al 10 de Modric y Mbappé (6 euros).

El mercado ha servido de excusa a los propietarios del Asador Imanol para crear una nueva enseña: Greta La Vinagreta, especializada en gildas (a partir de 3,75 euros) y encurtidos, donde también sirven ensaladilla (13,5 euros) y alcachofas confitadas (4,5 euros).

De O Carballiño (Orense) llega Paco Gómez con su puesto A Feira y un plato estrella: el pulpo (23 euros), que cuece allí mismo. En Beata Pasta, Jonathan Malacarne explica que el objetivo de la casa —con el sello del grupo Baldoria detrás— es convertirse en un templo de la cocina italiana, con platos como la pizza Margherita (11,9 euros) o los fettuccine con ragú a la boloñesa (13,9 euros). Los amantes del kebab tienen su espacio en Kebah!, donde no exhiben las piezas cilíndricas de carne, sino que la sirven ya cortada y aderezada con salsas propias. “No es el típico concepto hindú”, explican Leticia España y María Lezama, al frente del puesto, satisfechas de haberse estrenado con dos versiones: pollo clásico y pollo picante (7,90 euros).

Al lado se encuentra Divorare, grupo con 17 locales en España especializado en comida italiana rápida, a base de focaccias rellenas de mortadela, jamón, salami o crema de avellanas (a partir de 5,90 euros). En el quiosco contiguo, Manteca, se elaboran hamburguesas tipo smash —preparadas aplastando una bola de carne, en este caso de Madrid y Ávila, directamente sobre una plancha caliente—. Tienen un reto: servir mil unidades al día (a partir de 13,45 euros).

Un mostrador exhibe un surtido de ostras de Daniel Sorlut, productores en Normandía y en Marennes-Oléron. Llegan a esta nueva ubicación tras su éxito en el Mercado de San Miguel. “El tipo de cliente será parecido al que tenemos y sabemos que a la gente le gustan las ostras”, explica Luis Amor, encargado del puesto. Las venden a partir de 3,5 euros, y se pueden acompañar con una copa de champán. Muy cerca se encuentra uno de los puestos más vistosos del mercado, con unas norias de vino que hipnotizan: The Wine Shop, que ofrece 40 referencias de vinos (a partir de 3,50 euros la copa), 20 de quesos (la tabla de cinco variedades, 20 euros) y una tarta de queso, La Merengona.

En una amplia barra, vestida con platos, palillos y cuencos para la soja, se sirve la propuesta del japonés Kogumi, con una oferta que incluye desde gyozas de langostinos o de rabo de toro (9,5 y 13 euros, respectivamente), ramen (14 euros) o brochetas de atún al carbón (5 euros). Para quienes prefieran algo más rápido están las empanadas de Malvón o los sándwiches de Olsen. El broche lo pone la turronería 1880, donde sirven un surtido de helados elaborados con turrón de Jijona (a partir de 3,50 euros).

Cada puesto tiene sus bebidas propias, aunque comparten una en común: la cerveza Mahou, que cumple ahora un año con espacio propio en el Bernabéu, Plaza Mahou, por la que ya han pasado más de 800.000 personas. El espacio cuenta con una microfábrica visible al público, con una capacidad de producción anual de 30.000 litros de su variedad sin filtrar.

El mercado, promovido por el grupo Amicalia a través de su filial Restanina, ha supuesto una inversión de ocho millones de euros y cuenta con una concesión de diez años. Permanece abierto todo el año —de 10:00 a 00:00, y hasta la 1:00 los fines de semana—, aunque en días de partido cerrará dos horas antes y durante las dos posteriores para atender a los invitados VIP del estadio.

El Bernabéu acoge además otros espacios gastronómicos consolidados, como Puerta 57, del grupo La Máquina; KŌ by 99 Sushi Bar, con acceso por la puerta 39; y la taberna Arzábal, a la que se entra por la puerta 28. En el otro fondo, el sur, se encuentra el que hasta ahora es el café más representativo de Starbucks en España: un local de 900 metros cuadrados, repartidos en dos plantas y con vistas panorámicas al terreno de juego, donde se ofrecen coctelería a base de café y lotes limitados de granos especiales.

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